martes, 20 de diciembre de 2011

...Y VEINTE (segunda parte)

Hay quilombo en la Plaza. Todo en este gobierno es patético, hasta la tragedia. El padre de la Convertibilidad se tuvo que ir y parece el drama de la patada en el culo a López Rega, pero no lo es. Porque en este país la única salida es Ezeiza (algunos lo hacen, muchos lo dicen y otros te lo enrostran como si fueras culpable de algo). Que se vayan todos (y que venga ¿quién?). No hay mucha gente afuera, pero persisten. Es una cosa rara para un día de semana.

Hay quilombo en la Plaza. Le pegaron a las Madres. Le pegaron a las Madres… estos hijos de puta no dejan una por hacer. La democracia institucional se transformó en esta basura y todos nos revolvemos en la mierda hasta que alguien tire la cadena. Salimos, ahora si salimos. Otros, muchos salen. A la Plaza.

Las Madres ya no están pero quedaron en el aire rodeando la pirámide. El cielo será de gases y nubes renegridas. Nos vamos más atrás, ya no es posible volver a donde estábamos (y el progresismo fue un tren sanitario de emergencia que descarriló enseguida, como era de prever), acá empieza otra cosa y no se ve nada. Un pañuelo y vinagre. Un fulano va de grupo en grupo con vinagre, limón, encontró su tarea. Y nosotros la nuestra haciendo una fogata sin asado (a media cuadra del laburo) para cubrir a los pibes que tiran baldosas a la montada. Quevamosquevenimos. Quenosescondemos. Quevolvemosasalir. Y así.

Uno no pierde la costumbre de caminar en medio del desbole. Vamos por Piedras porque suenan golpes secos y sordos. ¿Gases? Son tiros. Uno no sabe pero está cayendo el compañero frente al banco ese de mierda, le tiraron desde adentro. Y su placa será deshecha y rehecha tantas veces…

Nos vamos al carajo, pero al paso. Se arma un grupo grande en la 9 de Julio. Gente, azules, autos, carreras, armas. Un cana saca la pistola porque se ve acorralado, tira para arriba (este tira para arriba) y huye. Deja la moto en el suelo y los motoqueros se avalanzan. Desguace por trofeos (y repuestos). Y después, fuego a lo que queda (el tira no se quedó a ver ni de lejos). Euforia. Participamos todos, decidimos todos el destino final de la moto (y también del cana).

Cerca de Congreso y la gente en la vereda como de domingo, algunos sacaron sillas por Yrigoyen angosta. Me paro en una esquina. Estamos volteando a De la Rúa… y si (tratando de arreglar algo que muchos hicimos mal).

Todavía van a sonar más tiros a lo lejos, a lo cerca. Los notamos, casi los vemos, nunca voy a saber si pegan cerca. Las sirenas de las ambulancias van y vienen. Es la tarde y algunos gritan "¡renunció!". Falta un poco para que sea cierto, pero se ve en el cielo. Esto es un desastre.

Nos miramos a los ojos muchas veces, sobre todo cuando nos cruzamos. No nos conoceremos más que en este momento. Estamos uno al lado del otro rodeando la fogata con un auto adentro y los motoqueros dando vueltas con la bandera en alto, allí en 9 de Julio y Corrientes. Si, el McDonal's a la mierda.

Se sublevó el subsuelo de la patria y llegamos al primer piso de oficinas y maestranza, del patio de comidas ni hablar. Estamos jodidos, estamos más que jodidos. Los buitres vuelan alto y nos van ubicando (ya están preparando la sesión del Congreso).

foto: Carlos Brigo

1 comentario:

  1. decime que la moto estaba en 9 de julio y belgrano, será la que ví yo?... estabamos cerca y no nos conocíamos?. yo no estuve en el ojo de la tormenta, estuve por ahí afuera,pero esa imagen... es imborrable
    Guille

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