jueves, 27 de octubre de 2011

El prócer

¿Cómo es un prócer? Generalmente es un general, va a caballo y lleva una bandera, señala el horizonte y mira hacia la utopía… o nos clava la mirada bajo una boina y una estrella. Claro que no estoy hablando de los “próceres” de la (de)generación del ochenta, sino los de verdad.

Conocí a uno, lo vi moverse, podría imitar su voz, le conozco el andar y los gestos. Todos tienen algo que contar o recordar sobre él. Son las cosas que a uno se le escapan cuando comienza la Historia. Uno no imagina nunca que alguien tan cotidiano pueda ser trascendente, como eso que se dice “qué va a ser actor si vive a la vuelta de casa”. Pero es que a veces -muy de tanto en tanto- en países como estos hace falta un milagro.

Veníamos decúbito dorsal encarando una escalera. Amargados, sin futuro y con la gente –esos que podían claro- de salida por Ezeiza. Con la gente desparramada. Veníamos aburridos y atontados de tanto primer mundo en la salada, de tanto puterío en la política y de tanto turro vendiendo humo. Se nos venía encima la insoportable desfachatez de la impunidad, la vergüenza y la derrota.

Y entonces -cuando todo estaba perdido- apareció un fulano alto, desgarbado, que no se abrochaba el saco cruzado, flotaba sobre unos mocasines y era imposible saber a quién miraba. El pelo despeinado, la sonrisa burlona y fácil, o la seriedad marcada en sus labios escondidos y apretados. Todos los gestos en el dibujo que hacía ante un auditorio que no podía ni quería creerle, tampoco escucharlo.

Con las primeras cosas que hizo como presidente, algunos dijeron “setentismo” y sonreímos, claro. Fuimos viendo algo así como una segunda oportunidad. Fueron apareciendo los desaparecidos en actos, plazas, escuelas, placas, reivindicaciones, juicios de la verdad con sentencia y penas de cumplimiento efectivo, en cárceles comunes. Apareció el apuro por las cosas que había que hacer (y nadie las había hecho). El trataba todo como si fuera natural, como si el sentido común fuera natural.

Habló menos de Perón, mucho menos que en esos actos de liturgia y circunspección del todovalelomismo. En vez de nombrarlo, se le dio por honrarlo un poco todos los días. Gobernar, dicen que es.

Hubo empleo. A mi me tocó ver los dientes medio amarillos medio negros de los nuevos laburantes antes de hacer uso de la obra social. Contentos, todavía desconfiados como perro apaleado, pero contentos. Qué alegría pagana la de la dignidad recuperada.

El lo hacía con picardía. Porfiado. Y como descanso tomó la costumbre de tirarse de panza entre la gente en los actos. Entró calladamente en corazones duros y volvió a encender ojos escondidos.

¿Alguno sabe bien como es eso de la dignidad? Una culebra que se escapa por dentro cuando no puede asomarse, un fuego que queda cuando el incendio se da por terminado. Es porque la dignidad, cuando está aprendida, sigue quemando bajo la piel. Un día alguien le corre el toldo al sol y la humillación se va corriendo desnuda por la puerta de atrás. Es ese tipo. Yo creo que le debemos todo.

Insisto… ¿qué es un prócer?

Un prócer sabe adónde quiere ir y va nomás. Se cae y se levanta. Negocia, claro que negocia, y sale sin renuncios. Se desanima, se descontrola, manda todo a la mierda. Y vuelve. Escucha, cuenta con cuántos cuenta. Avanza y retrocede, y siempre quedás un poco mejor y con la posibilidad de dar unos cuantos pasos más. Es el que cada tanto, mira para atrás a ver si vos todavía estás ahí. Te invita, te incita, se te mete adentro y de pronto te parece que muchas cosas son posibles. Y tal vez no lo son, como no lo eran antes. Lo que cambia es el fulano que lleva la chispa adentro. Y entonces vamos.

Si hubiera filmaciones de otro tiempo tendríamos a muchos que frente a la cámara dirían “yo estuve con San Martín en San Lorenzo”, “lo vi de lejos, cuando mateaba con la tropa en el Plumerillo”. O uno ve la película de Belgrano, y parece que podría ser así, un tipo así.

A nosotros nos tocó Néstor. Fue de pasada. Guardo un apretón de manos por encima de las vallas. Le dejé una bic negra pegada al ramillete enganchado en la reja en la cola enorme de la despedida. Y el corazón que me devolvió.

Como la historia no existe todavía, cuesta la fecha. Los ojos te traicionan, te flojean. Y uno como un boludo se pone ancho con la bandera, le da un beso al aire y se vuelve caminando por la Plaza. Aunque esté acá sentado escribiendo estas cosas.

Los nietos de todos, aún de los que no entienden, lo leerán en los libros. Algún día. Y yo le diré a un fulanito –el que me toque- que viajé en tranvía (aunque era muy chiquito), fui varias veces con un tío en el tren del bajo (no el de turismo sino el otro que seguía después de Bmé Mitre), jugué con los changuitos de Gigante mientras mis viejos hacían las compras, me fui pateando tres veces a Gaspar Campos, pero no vi a Perón.

Pero a Néstor Kirchner si. Y pensaba en que siempre estaría. Y no. Los que estamos siempre somos nosotros, que nos reciclamos de generación en generación. El pueblo siempre está. Hace mucho que ese pueblo levantó un nombre y lo llevó como bandera a la victoria. Y pasó esto, casi sin querer. Que Néstor estaba paradito ahí, esperándonos con la bandera. Ahora es nuestra.

martes, 25 de octubre de 2011

En una noche como esa

Tempranísimo en domingo, por cuarta vez en el año. Las dos primeras, bueno, espanto y lo que no se alcanza a hacer como se debe por esas cosas de la conciencia humana y la marencoche (qué pensamiento simbólico maravilloso el de mi tía María, pobre). La cuestión es que este domingo era el día. Lo sabíamos más que intuirlo, primarias de por medio.

Mismo colegio, misma gente. Somos los únicos que pusieron fiscales en todas las mesas (y en nuestro caso, todos amigos de años), los demás a la vieja usanza de la izquierda: un fiscal general para cuatrocientos colegios. Mal comienzo. Me pareció que los fiscales generales de los Hermanos Saa apenas habían cumplido los dieciocho. Había por ahí alguno que otro avezado en estas cuestiones, que ya no recordaba cuándo o en qué elección dejó de figurar como uceerre. Algo así como exilados, vagabundos en un limbo que se les escapa. También un mengano que hoy se dice PRO, pero a los dos minutos aparece como entusiasta duhaldista, pero ya no sonríe (el 14 de agosto nos auguró el malestar de esa misma noche cuando tuviéramos que reconocer la derrota). Algunas viejas que se vienen a hacer un mango, porque la bonanza no llegó a todos lados. O una changa. O como la vicepresidenta que me toca en suerte, que anda de mal en peor, siempre peor y con una energía negra que te la cuento. Otra que era radical. Esto parece un hospital de Naciones Unidas. Por suerte, en algún momento los milicos abren y entra la gente.

Siempre dos en la cola, no más. Así todo el día y se van haciendo los porcentajes de concurrencia. La mayoría hace una broma sobre el cumplimiento del deber cívico, pero se les nota el orgullo. Más allá del color del voto, ese orgullito se percibe. Eso para todos los que quisieran que el voto no fuera obligatorio, en un alarde de la conciencia política que no tienen y el desconocimiento de la larga marcha de un pueblo. Pero en fin, si empezamos a putear gente no paramos más…

Sandwichitos en el medio (siempre me preparo en casa, más suculentos y generosos, como para uno y a veces para más de uno), poco café, agua, gaseosa. Las diez horas ahí, hasta que son las seis.

Son las seis. Una compañera recibe mensaje, Canal 13 esta titulando: "ARRASA CRISTINA". En estas mesas de Monserrat (alto), llegamos a un 35, y hasta el 38% ganando. Bien, muy bien. Terminar el tramiterío, ayudar a llenar actas, telegrama, y todo eso que un fiscal no hace pero bueno, ahí estamos. Los demás anotaron rápido y salieron apurados a llevar el pelpa o seguir con el resto de las mesas antes de que los presidentes se las tomen a su casa.

Nosotros tenemos una cita para festejo. Seguro los de Binner también, agrandándose pero bueno, tienen algún motivo. El PRO tranqui y conformes con la boletita amarilla solitaria. El resto, al olvido si fuera posible, al absurdo con seguridad. Es desastre. Lo prepararon, siguieron el manual de lo que no se debe hacer al pie de la letra. Acaparan la derrota, hasta en eso son egoístas. No se hunden hoy, hace mucho que vienen haciendo agua. Hoy se les rompió la represa.

Vamos para allá. La calle es medio un quilombo ya. Gente que va apareciendo. Centro tomado. Uno que grita algo. Muchos que se saludan. La Ve primero como contraseña, en otros momentos como bandera de guerra y ahora es un abrazo a lo lejos o porque no podemos andar abrazándonos con todos (y todas). Gritamos un intempestivo "andateCoboslaputaqueteparió" y la cana nos mira como a resentidos. Somos resentidos.

Bocinazos, esos que hacen el cantito. Banderas. La capital castaña clara que hace profesión de fe peronista. Peronismo explícito. Kirchnerismo galopante. La pendejada como cuando viene el agua, por todos lados. Cuando llegamos al Intercontinental todo se agolpa. No se si somos multitudes, pasa que estamos todos en la misma baldosa. Y felices. Horrorosamente felices. Nos lo decimos. Comentamos. Se hacen concursos de boludeces y no gana nadie, de puro boludos. La felicidad es boluda.

Un gordo grandote enrremerado (para la ocasión) pispea con maestría y concentración un celu que es tele con antenita. Recepción perfecta, debe tener cable o algo así. Nos juntamos a su alrededor (a medio metro los demás ni se dan cuenta, esto es un quilombo). La morocha (esa) me dice: tecnología del negro peronista. Extraordinario.

Y aparece la Señora en la pantalla. Estalla todo, las banderas (que no van a bajar) tapan todo. Levantamos las manos, hacemos la Ve, gritamos, saltamos. Locura. Habla para todos, después nos habla a nosotros solos, nos reta cuando silbamos a cualquiera de los otros. Se rie. Se pone seria. Se quiebra. Sale. Dice que va a ir a la Plaza.

Nos clavamos un choripan en la Plaza, como Dios (cuando es peruca) manda. Está buenísimo, sobre todo tras la sinceridad del parrillero cuando le pido un par que estén hechos. "Dame un minuto", dice y espero los que quiera. ¿Qué otra cosa tengo que hacer? Aparecen amigos, compañeros amigos, gente que uno conoce y lo conoce a uno (más de esto último que lo primero, increíblemente), gente que te saluda y no te acordás quién era. Gente que pensás "¿vos acá?". Y si, está acá (sigamos agradeciendo que se podía mejorar). Como uno. Y hace dos años nos daban por muertos, así como hoy están ellos. Se terminó el kirchnerismo, decían. Se terminó el peronismo, pensaban. Al menos ESE peronismo. Porque Duhalde, De Narváez, los Sáa, Puerta, Rico… esos no les molestan.

El piberío es infernal y copan todo. Hay mucha familia. Chicos a upa asombrados, medio dormidos, asustados del ruido (acostumbrándose al ruido). Desde el Hotel estaba el Evita, ahora entra La Cámpora y hay banderones como para elegir. Banderones con montonazos de gente abajo y atrás. Viene un camión con una banda, mucha trompeta. Bombos, obvio. Y hay otros que tienen cara de "eslaprimeravezquevengo". Y felicidad en la cara. Un gentío.

Nos empezamos a ir, estamos cansados. Mañana por suerte tengo el día y voy a poder reponerme, hacer cama y fiaca, mirar todos los noticieros, todos los diarios. Pasarlo con la fulana (esa morocha). Pero llega la Señora y todo se detiene. Quiere saludar a la Plaza. No la veo pero la escucho, la gente enloquece y se emociona muchísimo. Se nota el amor, una dimensión mucho más honda que el acuerdo o la convicción. Y nos vamos yendo. La historia grande, ya está.

Cuando de ida cruzábamos la NuevedeJulio, muchos miramos al sur buscando ese edificio que quedó prepontente parando la calle. Buscábamos la mirada y el gesto, la contención (porque la alegría también requiere de contención, nunca viene sola). Algunos levantaban la Ve, otros una consigna, otros un beso al aire. La mirada de Eva. En una noche como esta.

lunes, 24 de octubre de 2011

LO HICIMOS BIEN


Mañana es para hablar de Ella. Hoy, lo primero que vino es tu imagen. Es por nosotros, claro que es por nosotros, por este país. Por eso la Señora. Y por eso es por vos. Gracias (otra vez).

viernes, 21 de octubre de 2011

LAS RAZONES 5: Nosotros

Ya pasó lo de la deuda (ya se que todavía debemos, pero sabemos cómo pagamos, cuándo, cuánto y a quién), quedó atrás la parva de pobres comiendo en los colegios, la barbaridad del fin del trabajo y todas esas pelotudeces del primer mundo. Pasó el infierno.

Todavía hay muchos colgados de las ramas, ¿sabés?. Porque no nos hacemos los boludos, todavía el daño sigue comiendo junto a nosotros. ¿Y qué pensabas? No se trata de hacer esa alegoría infantil del vaso medio lleno o medio vacío, ni sacar cálculos de costo-beneficio, ni por supuesto la cosa infame del ganar-ganar. No nos hagamos los giles que estamos grandecitos papi.

Los pibes sentados en la vereda con la net (la cristinet, ¿te gusta?) en Jujuy, en La Rioja, y en pueblos perdidos para vos o para mi pero no para los que viven ahí. En pueblos encontrados. Porque en una de esas hasta volvió a pasar un tren, no todos los que deberían pasar, pero algunos que no pasaban.

Los discursos de a diario. Que son inauguraciones, que la Señora te cuenta y te tira cifras. Y los que están en cada lugar y en cada tema, las ven. Ven las cifras transformadas en cosas, en programas, en fábricas, en servicios. No sólo eso de inaugurar una red de agua corriente y que la gente llore agradeciendo. Cristina se puso hasta medio mal, y recordó lo poco que habían sido las generaciones de políticos para que la gente tuviera que agradecer una cloaca o el agua. No te hablo de eso.

Te hablo del plan agroalimentario, del plan industrial, de las exportaciones nuevas porque no se basa todo en la soja…; un modelo de desarrollo con inclusión social. Parece un spot. Yo parezco un spot. ¿Cómo se dice todo esto de otra manera?

Te cuento algo personal. Hace un tiempo y por cosas que a uno le pasan medio que dejé un poco de lado cuestiones que para mi habían sido constitutivas. Qué se yo, la militancia como algo cotidiano. Algo de cansancio, una dosis de retrasada vagancia, y otro poco que por primera vez (y con inconciencia, pero te lo quiero decir) me dije: bueno, vamos a ver un poco de tele, a tomar un vino, a pensar en nada, si gobierna Cristina. Y la puta, la Patria no corre peligro. Por primera vez desde que andaba guitarreando los sábados en las plazas en los setentas, que caminaba con vagos amigos por las vías muertas y dábamos vueltas por Belgrano y por el Centro hasta la madrugada, desde aquella época que no sentía que la Patria no corría peligro. Y quiero tener la libertad de sentir esto (sin culpa).

Y esto es lo que pasa. Se viene otra generación (están acá, algunos son hijos nuestros), entramos en otra época mejor, mucho mejor que la que vivimos.

Quiero hacer la revolución en paz en mi país, el nuestro y (nuestra revolución). Quiero a la Justa, Libre y Soberana más que a una novia. Quiero que mis hermanos (la familia digo) siga con sus vidas como corresponde. Eso de un buen laburo, juntarse, avanzar, progresar, alguno que quiere estudiar algo. Otro que le da vueltas al caracú buscándole un tercer agujero (pensamiento nacional que le dicen).

No quiero discutir más con la derecha. No quiero que me hablen más de las ventajas del egoísmo, de la maravilla de ganarle a alguien. Como decía Hebe hablando de recuperar un barrio (y siempre con Hebe y con todas las Madres), no se trata sólo de enchufarte en una casa mejor, de ponerte agua y cloacas, se trata también de juntar la basura, hacer el jardín, poner cortinas en las ventanas. El Pueblo tiene derecho a la belleza, porque es una necesidad sentirse lindo.

Creo que entre todos nos podemos garantizar cuatro años (y sumamos doce). Y seguir, porque con un ‘55 basta y sobra, ¿no?

Vamos a terminar el Warnes, a poner de pie el Elefante Blanco, vamos por las rutas y los rieles que rompan el abanico de la Ciudad Puerto y nos den muchos puntos de desarrollo. Vamos a que los chicos nos conviertan en historia y nos dejen hablar en la mesa de vez en cuando.

Vamos a brindar como se brinda chocando una copa que suene adentro, de esas que sabemos. Vamos a votarla.

jueves, 20 de octubre de 2011

LAS RAZONES 4: ¿Doscientos años de qué sirvió?

Quedó mal parado. Se mandó a guardar un poco. Néstor Kirchner había empezado siendo el "chirolita de Duhalde", el manejado por una mujer ambiciosa, que conocía el terreno de la capital y el corazón del poder. Y ahora pasaba a ser el manipulador absoluto, ese desaforado que no la dejaba gobernar, que la usaba para volver (y otra vez lo de la tiranía).

Comenzó a decir cada cosa… Es la Presidenta Coraje. Cuando nos golpean tenemos que poner la otra mejilla. Nos mueve sólo el amor. Que florezcan mil flores. No hay ninguna razón para dudar de él, de ese abrazo de oso hormiguero sentado atrás, casi donde las cámaras no dan pero lo buscan. Se corrió del todo.

Los samigos lo fueron a buscar, los cuatro mosqueteros de Mar del Plata que pudieron juntar a un respetuoso auditorio de presidentes latinoamericanos y lo proclamaron como el primer secretario general de la UNASUR. Y le tocó correr. No sólo por Bolivia (que fueron un par), sino correr por una paz en la diversidad entre Colombia y la Venezuela Bolivariana, correr por un Ecuador que podía ser otra Honduras. Se movió como cuando era Presidente, desprolijo, rápido, efectivo. Lo quisieron.

Y la vida siguió con menos sobresaltos. El grupo A fue tan implacable como inoperante, para sorpresa de la opinión pública (y disgusto de sus auspiciantes).

Casi sin darnos cuenta nos vimos en la 9 de julio caminando, rozándonos, empujándonos amablemente. Nos vimos seguido y muchos, pero muchos. Y en cada gesto una bandera, de cada bandera un guiño en el corazón. Seguramente no estamos de acuerdo en todo, pero sabemos las mismas canciones, nos juntamos a saltar como pelotudos y a llorar por los mismos parientes lejanos.

Por decir un doscientos, por decir un poco más porque queremos que en la ronda esté la indiada. El corazón se te va del pecho. Todos te parecen conocidos (y es que lo son). Y el odio entonces, es un chico llorando solo perdido en una esquina (y si nos dan tiempo, hasta que le arrimamos un pañuelo a ver qué onda). De golpe, todo es posible doscientos años después.

No voy a olvidar nunca el 2010. Festejos, hijos de la mano (qué grandes están), la escarapela K del huevo frito tan bonita. Y terminamos con el Censo, ese que va a hacer el INDEC (difícil decir que miente con tantos encuestadores dando vueltas).

El Censo. Te lo dicen por un mensajito y atontado no lo crees. Prendo la tele, es temprano todavía. Quedás en el aire, te quedás sin aire. La puta madre, yo no quiero comenzar a construir el mito. Necesitamos tanto a este fulano entre nosotros. Pero se va, Néstor se va. Sin despedirse, sin protocolo. Chau.

Y comenzó el milagro de ver claramente que los setentas habían -por fin- terminado. Una caravana inmensa, un aluvión interminable que da vueltas por el microcentro de pendejos, treintañeos y nosotros (y otros más viejos también) horasdehorasdehoras. Banderas,llantos,abrazos,y el andateCoboslaputaqueteparió para darnos ánimo. Gracias, Néstor… y todos agregamos Fuerza, Cristina. Porque no sabemos, es increíble pero todavía no sabemos.

Y se va el cajón con el pañuelo de las Madres como para abrigarlo, la gente bajo la lluvia (como cuando Perón, viste) hasta que levanta vuelo y se va a Gallegos, tan lejos, como cuando vino, de tan lejos.

Cuando volvimos a casa, nos dimos cuenta que estaba ella. Sola viendo no se qué fotos viejas, perdida en sus pensamientos que quién sabe. Y nos quedamos en la puerta por respeto, y de miedo que dan estas cosas.

Ella se levantó un poco como cansada, alzó los ojos oscuros, nos vio ahí como papafritas y nos tiró: el lunes los quiero a todos en sus puestos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

LAS RAZONES 3: Una yegua suelta en el campo

Una pingüina. La Diputada, la Senadora por Santa Cruz (esa que fue echada del bloque ante la mirada de fastidio de Eduardo Menem). La Senadora por la Provincia de Buenos Aires. La presidencia del purgatorio, con Néstor de custodia detrás de los granaderos. ¿Cómo sería profundizar el modelo y avanzar en el Proyecto Nacional? Como si acaso salir del infierno hubiera sido obra de un “modelo” y encaminara un “proyecto”, cuando si apenas se balbuceaban –con más ganas que certezas- nuevamente una Justa, Libre y Soberana… ahora.

Una victoria inobjetable –salvo para Carrió que había ganado y le escamoteaban más de veinte puntos- y una muy merecida luna de miel de al menos cien días (como tuvieron todos, menos los K). Tres meses. Un apenas y no vinimos venir los idus de marzo. El campo.

El campo era un enorme cielo gris y un tembladeral de maquinaria agrícola, camionetas que se hicieron famosas y corte. Entre Ríos y De Angelis. Santa Fe, Buzzi. Los nombres de una Federación Agraria vergonzante, a los codazos con la aristocracia de olor a bosta. SRA, CARBAP, siglas horrorosas siglas históricas siglas. Sindicalismo patronal sin estatuto del peón. Una o dos torpezas los habían juntado, una o dos gubernamentales errores, y 125 nometoqueslaplataquelahiceconvosperoesmía ylaputaquelopariógobiernozurdodemierdalosimpuestosalassupergananciassisonnuestrassonconfiscatorios.

Voltearla. Después vemos… muchos elaboran planes al costado de la ruta, se reparten ministerios, dividendos, zonas de influencia. La edad media vuelve a caballo de espectros acorazados. Voltearla, después vemos. Hay adoradores de la imbecilidad repartidos en tantas opciones políticas. Cacerolazo en barrio norte, cacerolazo en constitución. ¿Qué pasa? Frente a la Quinta las Furias. La Yegua, que se vaya la yegua. Culosrrotos de clase media apenas aprendida (si hace tan poco que saliste del arroyo) intercambian feisbucytuiter se autoconvocan se autofranelean. Se dan coraje. Alguno más sincero o más enfermo no se, escribe por ahí "viva el cáncer". Mierda.

Uno tiene un quilombo en todos lados. Uno, que parece un traidor a su clase (que no es clase sino un rejunte de jamón del medio), discute con todo el mundo. Aparece la discusión política de verdad, el combate en democracia de verdad. Hay que salir a defender las cosas que hay y las que puede haber (esas que todavía no se ven). Vienen con antorchas a quemar el monstruo de frankestein. Están en una cruzada para salvar la república. Uno ve cosas imposibles. En un auto conocido un "estoy con el campo". Y no debiera estar ahí, madre mía. Las cosas se dan vuelta, la conciencia se retuerce, se manipula, se extingue. El mundo se acaba, la Dictadura triunfa. La mierda sale a flote.

Néstor enloquece. Nosotros nos la pasamos custodiando la Plaza ante el ataque posible de la antipatria. Ellos avanzan hasta el obelisco. Fogatas. Baldosas. Banderas. Consignas. Cobrar un impuesto a las superganancias de los sojeros divide al país. Como se dice, los pueblos suelen luchas duramente para mantener su esclavitud. Pero es triste, te queda algo que no se va.

La Mina, esa yegua se levanta. Traga saliva. En Senadores se escucha: Lo que tenga que hacer, hágalo ya. Y Judas traiciona, como debe ser. Nos recibimos de militantes otra vez, parece que soportamos todo. Ella sigue, nosotros entonces también.

Nos decretan el final. Las comadrejas abandonan el barco, la casa, el barrio. Son épocas excelentes para hacer sociología mate en mano. Se ven los claroscuros en blanco y negro: los traidores, los entregadores, los tontos, los obsecuentes, los arrastrados, los cagones, los delincuentes, los violadores, los equivocados, los colonizados. Los gorilas.

Hay mérito en haber seguido (no es para refregar, sólo para tenerlo siempre presente). Y Cristina, Crispasión, la evadesbocada que buscaban, gobierna. Y gobierna. Y manda todo al parlamento que aún es legal. Ley de Medios. La guerra que conocemos por las cabezas de la gente. Los dictadores de la palabra (y del hecho, la putaquetepariómultimedio) te dicen "totalitario", el asesino te acusa de criminal.

Y Asignación Universal por Hijo. Escupen bilis pensando en las mujeres como sirvientitas a engañar (clichés del cine de los cuarenta que tienen como religión). Otros se indignan porque no es universal y les robaron la idea (viejo tema de tenerle bronca al hacedor).

Pero todos saben que hay odio, que nadie se la banca y que nadie nos banca. Si hasta perdimos las parlamentarias. Por poco, pero las perdimos. Ahora vamos a ver. Van a recuperar la República. Hacer otro presupuesto (como si hubieran ganado la presidencial), el 82 móvil, lamarencoche. Hasta el socialismo nacional (o el nacional socialismo, porque la alianza anti K es muy heterogénea y hay lugar para todos).

Hacemos mierda la jubilación privada. Esa que no pagaba y timbeaba con los depósitos. La que era asistida por el Estado. La maravilla de los noventa. Hacemos mierda el negocio y se hace obligatoria la solidaridad. Una dictadura infame. Y encima, se jubilan más de dos millones de no aportantes. Vagos. Patrones vagos, hijosdeputa de re mil puta que nunca les hicieron los aportes y se los comieron. Es la cuarta tiranía.

Pienso. Se quiere ir con las botas puestas (con lo bien que le quedan). Nos van a hacer paella en Plaza de Mayo. Hasta que un día de puro cansado uno apaga la tele, y la radio.

martes, 18 de octubre de 2011

LAS RAZONES 2: Néstor

Una sonrisa amplia, un ojo entrecerrado aguantando el sol de mayo, la mano afuera de la ventanilla entreabierta. Granaderos adelante, la fanfarria atrás. ¿Cómo sentir tan propia una foto tan vista? Será por esa estupidez congénita y cristiana de renovar la esperanza contra toda experiencia. Pensar “viva el presidente”, otra estupidez y casi traición para quién ha pensado tantos años que el Estado es el estado burgués y el presidente es otro presidente. Gritarlo a dos metros del fulano encima, no tiene calificativos.


Pero no me equivoqué porque Néstor ya no me puede cagar. No se si no habrá dejado alguna convicción en la puerta de la Rosada. Lo que si se es que vi la zambullida (digo una y fueron muchas) entre la gente, como un pogo de institucionalidad. El camarazo que esta vez no fue por Cabezas sino de torpe y zarpado.
Es el “presidente que si fue”. Va el rosario picado grueso. La Corte, pero no lo que siempre se relata, me quedo con el tipo en cadena nacional diciendo que lo vinieron a apretar y pidiendo el banque. Algo que no se había hecho. Sonó tan de militante y pareció tan sin pulover. Sin embargo, explotó en muchos, iba en serio. ¿Así iba a ser? A cada cagada montada una denuncia, un pedido de ayuda. No, pero qué bien vino.


Esto no es un resumen, repito, va como sale. Busco una imagen que poner antes de la que quiero pero no encuentro… El tipo abre las puertas de la ESMA y fuimos una marejada que venía de tan lejos. Pedazos de adolescencia que habían quedado bajo las piedras salieron a la luz ese día en un territorio maldito pero distinto, empezaba a ser exorcisado. Cayeron uno a uno los pilares de la impunidad que se había hecho material constitutivo de la democracia débil, o cómplice. El dedo señaló la pared en que estaban colgados los cuadros y, con la diligencia de quien cumple una orden, un general de esta época descolgó las imágenes de los criminales. Era su gesto, su dedo, su mirada que tantas veces sirvió para la broma porque no se sabía a quién se dirigía, pero sabía muy bien adonde apuntaba.


Mi viejo diría que siempre se habla bien de los muertos, algo que pudo comprobar por si mismo. Es cierto. Néstor fue un baldazo de realismo. Si la política era el arte de lo posible, él venía a opinar qué cosa en tal caso era lo posible.


Y acá un tema… No se trataba de esos íconos que uno agencia y que cumplen con todos los recaudos de la gloria. No transar, luchar incansablemente y siempre, marcar un camino, morir antes de tiempo. Es impensable sin los sesentas y los setentas, pero no quedó encerrado en el cuadro del setentismo ni del progresismo. Ni de la izquierda. A veces pienso que para dar cuenta de la postmodernidad, primero hay que atravesar la modernidad. En un mundo penetrado irremediablemente por la globalización y la crisis del estado de bienestar (otro problema europeo que se nos cayó encima), con un Muro caído a ambos lados y una guerra que de fría pasó a ser gélida y televisada, alguien tenía que poder leer bien las historias secundarias del neoliberalismo.


Pesito a pesito se va haciendo el montoncito. Superávit fiscal. Pago al FMI para desmadre del pensamiento políticamente correcto a la izquierda. Foto en los diarios de funcionarios fondomonetaristas abandonando las oficinas cerradas del organismo en el corazón del Ministerio de Economía. Una foto en simultáneo con Brasil. El país no rompió ni se rebeló, no denunció la deuda, sólo se deshizo de un contralor colonial, apenas eso.


Prometió un país en serio y uno se pregunta ¿qué es eso? Orden de cuentas, una cosa para adentro y para afuera. Deuda, negociación, quita, reestructuración. Es decir, pago. Algo incomprensible si no se da vuelta por el otro lado de la mesa. Adentro, el Estado comenzando a reparar. Transformar planes lentamente en laburo, pacto con empresarios que privilegien la creación de puestos de trabajo. ¿Pactos? Si, el tema es el para qué. Hasta pactos con Clarín. Con todo aquel que aceptara las reglas del juego que iba apareciendo.


Generalmente, cuando se dice “pragmático” uno se refiere a alguien que toma decisiones que le permitan tomar otra más. No se habla de dirección. En este caso si.


A muchos nos pareció que no era el momento de pelearse con Duhalde, y después que no era el momento de parar. Y aparece el tema del PJ.


El PJ es la piedra del escándalo, la locura que divide las aguas del buen pensar. Sería tan bueno que algunos dijeran que no están de acuerdo con que exista el PJ… porque es lo que es, trae su historia, no podemos diseccionarlo. Néstor era peronista, pertenecía a ese partido y no dudó en zambullirse (y otra vez) de cabeza. Ganó a los buenos y a los malos –sobre todo ese aparato bonaerense- y construyó poder también ahí. Algunos votos parlamentarios lo fueron por convicción y otros porque el nombre de este jefe comenzaba con K. Néstor fue peronismo explícito. Hay gente a la que no les gustan las porno, es así.


Y con esa fuerza… un minuto, traduzco: con esa nueva correlación de fuerzas (que involucra todo lo que vengo diciendo y no un elemento aislado) transformada en poder político se fueron armando otros escenarios impensables unos pocos años antes.


Estamos en el infierno camino al purgatorio, decía. No una revolución (menos La Revolución). Y se me ocurre, ¿por qué todo esto les parece a algunos tanto menos? Tengo dos respuestas, voy por una. En nombre de La Revolución (y el Socialismo) se han cometido verdaderas atrocidades, se erigió un imperio, se colonizó cultural y militarmente, se falsificaron principios. Y se hicieron una cantidad de cosas buenas, que se parecen en cuestión de derechos y realizaciones a muchas realidades del primer peronismo (1946-1955), a veces son inferiores incluso. Llegar al purgatorio en Argentina significaba poner bases distintas de la canallada neoliberal, no es poca cosa.


Una primera cuestión. La otra es la “desprolijidad”, el tema de los buenos y los malos, la muy señalada y poco pensada “corrupción”, el hecho de que las cosas no son como una las sueña cuando te fuiste a la cama después de comer basura. Hay pesadillas en los sueños y ni un momento de tu vida es tan puro como uno quiere creer.


Y esto último otra vez tiene que ver con el peronismo. Hay que aceptarlo y comprenderlo, no todos quieren ser peronistas. El peronismo es para todos pero no es para cualquiera. Y hasta ahora se ha demostrado que es el único movimiento popular capaz de ejercer el poder en Argentina y dar vuelta cagadas imposibles (alguna de ellas defecada por otro sector del peronismo). Néstor sintetizó los claroscuros… ¿Alguno pensó cómo gobernar el purgatorio?, porque dirigir el paraíso no me parece una gran proeza la verdad.


Y como de revolución no se trataba la cosa, terminamos un buen día en Mar del Plata rodeados de fulanos como Chávez, Evo Morales, Lula, destruyendo el plan ALCA en plena cara de Bush. Marketing seguramente… Miles bancando otra independencia americana. De eso se trataba. El MERCOSUR administrativo y aduanero se fue transformando en un bloque económico y político, desde donde fue posible generar un movimiento que alineó a Latinoamérica pese a muchas diferencias. La UNASUR marca un momento sin antecedentes de unidad continental, justo cuando el mundo se define en bloques y se cuestiona cada vez más la unilateralidad. Alguién lo vio antes…


Un buen día el turno de Néstor se terminó. Muchos vimos primero una segunda oportunidad, pero luego fuimos comprendiendo que se jugaba la primera oportunidad que teníamos en el siglo 21.

lunes, 17 de octubre de 2011

LAS RAZONES 1: La noche del Titanic

"Las razones" es una serie de reflexiones que fundamentan para mi el voto del 23 de octubre próximo. Te los largo de a uno y seguiditos, esperando compartir las sensaciones y las respuestas que yo encontré en estos años. Va.


Pudo haber sido casualidad. A veces lo pienso, pero no. En América (o en el Tercer Mundo, categoría aún válida) hablemos de arbitrariedad o de azar, pero no de casualidad por favor. Sucede que ahora, que casi no van quedando los que no estaban de acuerdo (como siempre ocurre en los triunfos), parece obra de la lógica.


Pero no lo es. Dosmiltres era un año que comenzaba mal, luego de un par de años malos y otros también malos. Esas imágenes tan europeas de los indignados, eran moneda corriente con sólo caminar por Florida así como ahora lo hacen los turistas. Está la gran puerta, magnífica, del (ex)Bank of Boston resguardada aún por una lisa de chapa gruesa, que no está lisa ni lo estuvo de tanto golpe incansable de martillos y loquesea. Devuelvanmelosahorros… decían los nuevos náufragos. Recuerdo al que se instaló con su familia en el hall de otro banco con reposeras, sombrilla, baldecitos y heladerita porque la retención forzada de su dinero le impedía pasar las vacaciones en otro lado. Un sector medio ofendido, vulnerado, tomado por pelotudo. Humillación, no humillados.


Los Humillados eran otros, pero no se veían. Estaban lejos, no tenían cuentas en esos bancos ni en ninguno, y tampoco acostumbraban pasear por Florida. Cartoneaban, y si la base era la 31 entonces si, esa y la de los hoteles que merodean Plaza San Martín, era su zona.


Había humo en lugar de aire. Recuerdo de fogatas, fuego de caucho y corte. Y se dio eso brevemente, lo que se le ocurrió a un antiguo militante piqueteycacerola…


La corporación política en la tele tras la defección de aquel hijo dilecto. ¿Cómo hubieran podido pensar las viejas que lo saludaban de lejos en la asunción del primer lord mayor electo de Buenos Aires –porque les valló el intento de tocarlo- que iba a terminar en el helicóptero blanco y grande que compró Menem? Se decía que si alguno veía a De la Rúa entrando a un banco con un arma y una bolsa, hubiera dicho “mirá, el Chupete va a depositar”. Confianza, la Ciudad Puerto al menos se la tenía. Y el progre desahuciado que desesperado decía “yo lo voté por el Chacho”. Pero el Chacho se las había tomado porque fue un pionero en eso de “vi algo que no me gustó”. La Alianza fue el mal gobierno de los cobardes. Jóvenes sushi chorros, saltimbanquis progresistas con cara de yonofui. Una larga manga de turros, hijos de puta y canallas. Residuos de los ochentas y noventas, malogradas camadas de politiqueros basura. Un verdadero fin de las ideologías y la muerte de la historia. Telón.


Puerta, Camaño, Rodríguez Saa… siete días, cinco noches, Chapadmalal (all inclused), corte de luz, corrida, San Luis, renuncia. Default. Grosso devaluado hasta la lástima con su prontuario a cuestas. El país se acaba. Cacerolazo. La Plaza tierra de nadie. El Cid Campeador. Cortes en el sur, cortes en todos lados.


Uno termina respirando el humo, porque tenemos que ver con algo de todo, algo apoyamos, en algo nos equivocamos. Todos jugamos. No todos tenían el gran juego, claro y como siempre. Y un buen día se ordenó (¿?). El Senador se hizo cargo. Llovieron Jefas y Jefes para parar a los negros. El corralito se hizo corralón. Rescate bancario en alta mar. Rescate empresario en tierra firme.


Había un susto... A veces pienso si era verdad que el país se hundía, si ese insumergible era el Titanic. No se, pero es lo que decían. Guerra civil… ¿quién contra quién? No se, unitarios y federales, porteños librecambistas contra industrias provinciales, no se qué nombre les(nos) pusieron. Pero de golpe, la rueda del infortunio se detuvo y todos quedamos como estábamos medio frizados. El deterioro social corre igual como las quemaduras cuando ya no hay fuego. Pero eso no se ve, claro.


La idea no es hacer una cronología; pero como terminar el párrafo sin subir al puente, sin correr por todos lados, sin recluirse en la estación Avellaneda, sin encontrarse con la mirada de hiena de Franciotti. Venían agitando, venían pidiendo un muerto y tuvieron dos. Y se tuvieron que ir meses después, pero antes de lo que se esperaba.


El Senador no se pudo presentar (nunca por el voto popular parece). Aparecieron las fuerzas vivas, los progresistas de todo pelaje y juntos. Lilita era de centroizquierda. La CTA con las firmas del petitorio aún en la mano (a tres años casi) daba salvoconductos de santidad. Y el gobernador de Santa Cruz no quería abandonar el PJ… se presentó junto con otro “peronista”. En un momento los encuestólogos dibujaban algo así como el último círculo del infierno: una segunda vuelta entre Menem y López Murphy.


Como para morir con las botas puestas (o los escarpines, vaya uno a saber), una opción fue votar al gobernador de nombre impronunciable (en primera vuelta, por las dudas). Era la última opción de Duhalde malhumorado. El Lole asumía su renunciamiento permanente sin honores y desde ya sin lucha, De la Sota no medía. Pocos sabían del grupo Calafate, un lunfardo patagónico. Pocas esperanzas que arrancaron con un 2% y un desconocimiento enorme.


Refresco la memoria, Menem ganó con un 25%. Kirchner sacó un 22, 5 (creo). Iban a una segunda vuelta miserable. No quiero ser hipócrita: qué país de mierda en el que gana semejante hijo de puta.


Todos lo sabemos, no hubo segunda vuelta. El nuncaderrotado se bajó y nos dejó otra vez en bolas. Con los resultados brillantes de la década neoliberal, los desocupados, la miseria, los humillados, las generaciones perdidas. El sistema político nos dejó con bronca, y el sabor feo de que la democracia no cura, no da de comer, no educa.


Esa noche, Kirchner y nosotros nos quedamos solos y a oscuras. Todos los demás se habían ido. No había ya un país.

QUEREMOS A PERON

"Me dijo Farrel: Bueno, Perón, ¿qué pasa?. Yo le contesté: Mi General, lo que hay que hacer es llamar a elecciones de una vez. ¿Qué están esperando? Convocar a elecciones y que las fuerzas políticas se lancen a la lucha. Eso está listo -me contestó- y no va a haber problemas. -Bueno, entonces me voy a mi casa. -¡No, déjese de joder!, me dijo y me agarró de la mano. -Esa gente está exacerbada, nos van a quemar la Casa de Gobierno." *

No fue una casualidad, sólo algunas pocas cosas lo son (o al revés). Para los que nunca van a entender nada (y hasta a veces algunos hacen esfuerzos, pero no les sale), hoy es el aniversario del populismo argentino. De esa especial relación "líder-masa" sin intermediaciones político-institucionales. O también cabe la otra versión liberal -por izquierda- de la emergencia de una alianza del bonapartismo militar, la burguesía parasitaria del estado y sectores ideológicamente desclasados que toman el control del movimiento obrero, para erigir un dique de contención a la radicalización y giro a la izquierda de las masas. Masas, masas y masas… nunca Pueblo.

El "hecho maldito del país burgués" se brinda a todos, pero no se marida bien con todos los paladares. Sucede que hay razones que pasan por el bolsillo y la panza, si, se elevan a la mirada que apenas se para y se adentra en el alma, muy adentro del alma. Quién pueda conjugar los verbos del secreto habrá iniciado la llamarada. Perón fue uno de esos pocos y ese fue el día preciso.

La dirigencia obrera -que interpretó cabalmente y hasta casi casi tarde el sentimiento y deseo de las bases- jugó una carta a fondo y deliberadamente. Fue una decisión conciente juntar la defensa de las conquistas obtenidas (no como "gracia desde arriba", malvados atorrantes que se la dan de izquierdistas), con la libertad del Coronel Perón. Era ese hombre la garantía, su nombre se transformó en consigna de lucha porque significaba cosas concretas.

¿Participar o no en la distribución del Producto Bruto Nacional desde el Estado? ¿Ser parte o proteger la "independencia" más allá de los resultados? ¿Mantener los principios o inaugurar otros en base a la larga experiencia? Algunas de las preguntas. Rescatar a Perón. Torcerle el brazo a los enemigos de adentro del Gobierno y a la Oligarquía. Hacer una demostración de fuerza propia para que lo vean todos. Enterarnos de que tenemos fuerza propia. Son algunas de las respuestas.

Lo demás es la historia de una alianza entre Perón y el Pueblo, entre Perón y más precisamente los trabajadores que hicieron el 17. Un amor siempre correspondido, no exento de peleas y chispazos de gente brava, de lealtades larguísimas, de generosidades estremecedoras. De nomeolvides eternos.

Cosas que sirven para mirar de reojo el presente -eso que pasa desde que nos damos cuenta- y saber para dónde tira el futuro cuando se habla de peronismo, pero de verdad. Algo de esto vamos viendo ahora, casi cuando parecía que se había terminado la esperanza y empezaba el recuerdo. Pero no.

Y entonces, a tanto tiempo, uno también sale al balcón y está en los dos lados, arriba y abajo (maravilla extraordinaria del peronismo), y escucha por primera vez cuando ya cayó la noche en la Plaza de antes de que naciéramos:
"-¡Trabajadores! Hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino…” *

Y sigue, y aún sigue.

* Extraído de la obra de Norberto Galazo: Perón. Formación, Ascenso y Caida (1898-1955) Tomo I; Edicioes Colihue. Grandes Biografias. 2005.

domingo, 9 de octubre de 2011

Un país en el que la Patria no corra peligro

¿Será una dictadura si sacamos una barbaridad –como el 14 de agosto- y gran parte de la oposición desaparece?… En tal caso, sería una variante curiosa de suicidio político colectivo. Es que algunos están convencidos, pero muy convencidos de un rumbo que sólo los acerca a un enorme iceberg en medio de la noche (y la banda seguirá tocando en cubierta, sin glamour pero con una indisimulable virtud por la negación). Hace mucho que están lejos de la gente y que además, la gente les chupa un huevo. Bueno, a veces la vida se toma revancha. Nos veremos el 23.

Pensemos por un momento en un país en que la Patria no corra peligro. Es decir, un país en el que la derecha no pueda volver a gobernar por unas décadas. Un país –y es otro ejemplo tomado al azar- en el que Carrió se haya declarado derrotada, en el que Duhalde termine enredado en monosilabos y lamentos, Chiche no sea senadora, Ricardito Alfonsín pare de gritar estupideces ante un auditorio replicado por la magia de la computación y deje de pensar que es un líder. Un país sin que la prédica de una desvergonzada como Patricia Bullrich llegue a ningún lado, en el que el “colorado” De Narváez pueda dejar de actuar de peronista y vuelva a sus empresas.

Eso por hablar de los francamente impresentables y que no tienen a nadie que se les anime a encararlos con un espejo. Hay otros, como el Alberto que se postula para ser anfitrión de la Isla de la Fantasía (vamos nuestro Lamas puntano), y que sólo parece buscar un container para cobijar los restos del “peronismo disidente” (y vengarse de ese otrora Padrino que dejó a oscuras al Adolfo en Chapadmalal).

Un país para confrontar proyectos si, con un Binner y hasta con un Sabatella, pensando que tenemos una mejor visión de la Argentina, una más completa, más sensible porque nuestro proyecto se basa en esa Patria (¿se acuerdan?) Justa, Libre y Soberana. Y tiene antecedentes (no sólo tragedia). Competir con otros que nos corran “por izquierda” o por la progre. Y ganar la voluntad de la mayoría del pueblo argentino.

Nos tenemos merecido un Peronismo del siglo 21 armando la sociedad para dentro de muchos años. Y estas pesadillas que se autotitulan “oposición” queden en un tacho de basura arrumbado en el cuartito del fondo, de salida para la vereda.