viernes, 5 de febrero de 2016

UN DESIERTO DE SAL

Estamos atravesando los primeros kilómetros del desierto. Lo que se extiende ante nosotros es un arenal o un salar que llega hasta el horizonte. Así son los desiertos. De nada valdrá entrar a la carrera, ni agotarse antes de llegar a un oasis (que siempre los hay, sólo que hay que conocer para encontrarlos). Para hablar en criollo, lo que se discute es si serán cuatro u ocho los años de cruce.


Usté no lo cree. Bueno, es cierto que lo asisten razones de una lógica cuasi impecable. Desde ya que era una pavada que no se podía gobernar con “el peronismo enfrente”. Nadie queda igual después de una derrota, aunque ésta haya sido por un margen exiguo como es el caso. Derrotas son derrotas y quiere decir que perdimos, no estamos en el gobierno y no manejamos nada a nivel nacional. Triste, cierto. Pero tiene razón si piensa que, dada la velocidad que ha tomado el “cambio” y la destrucción sistemática de andamiaje y logros del gobierno anterior (del nuestro), es de pensar que algunas variables económicas y sociales se pueden ir por un barranco o, simplemente, al carajo. 

Y usté sigue con el análisis y ve, claramente, que entre la apretadura externa (pagoabuitres, préstamosnuevamenteydeudanuevamente) que saben conseguir y el achicamiento del mercado interno vía enfriamiento del consumo -que para allí va el asunto- la cosa puede ponerse difícil. Socialmente difícil. Es posible.

Y se podría seguir especulando. Plantearse por un casual, ¿esta gente viene para el saqueo nomás o se piensa quedar y reformular el país con la estrategia de una derecha consciente y poderosa? ¿ladrís o ideólogos? Y uno le agrega, ¿y por qué “o”?

La primera cosa que tenían que hacer era sorprender(nos) tomando rápidamente control de la situación y sacarnos de la cancha. Ahí lo ve, con la jugarreta del tipo de cambio y la compra de dólares se mandaron una primera devaluación de la moneda; de la misma forma con el verso de los “ñoquis” pasaron a realizar la reforma y ajuste del Estado para adecuarlo a las funciones del Estado mínimo que siempre desearon los liberales. Endemientras, la ponen presa a Milagro Sala y nos rompen el bloque de diputados.

¿Todo nos lo hacen? Seguro que no, de este lado también se juega. ¿Sabe qué? No estamos en nuestro mejor momento, acabamos de perder una elección importante. Acabamos de perder el poder político del país. Eso tiene consecuencias múltiples, enormes, también en lo anímico. No queda una fuerza intacta e invencible que sólo requiere de buenos líderes que la lleven adelante. Si así fuera habríamos ganado. Es una fuerza que acusa cansancio por muchos años de gobierno, por bancar muchos momentos difíciles y dejar para otro día muchas discusiones y también, digámoslo, de barrer bajo la alfombra muchas miserias humanas. Las ideas son buenas, lástima que las realizan los hombres… Ay, Carmela.

Si usté es de esos que privilegia las ideas en la vida, que piensa que sus principios es lo más importante que uno tiene, por favor deje de leer acá. Pa qué? Un movimiento como éste, y ud (para que no piense que no se que se escribe “usted”) que me piensa en el kirchnerismo por ay como si fuera una casualidad absoluta la paternidad de la criatura. Nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio -precisaba pícaro Néstor- nosotros somos peronistas. Y el kirchnerismo ha sido hasta ahora una excelente versión del peronismo de Perón, y a la vez la manera de encarar el tradicional frentismo que es parte de la doctrina peronista en el siglo XXI.

Entonces, un movimiento como éste –le decía- tiene sus idas y venidas, internas, rupturas y arreglos, actitudes que rayan la traición y dejan la raya. En la historia de la lealtad está la historia de la traición, qué se le va a hacer. No se haga mucho problema por esto. Lo esencial, lo estratégico es que la derecha no logre partir el movimiento en forma duradera. Porque ahí sí que sonamos. Y es lo que buscan permanentemente, no por la gobernabilidad sino por la posibilidad de consumar nuevamente la dependencia en la Argentina (eso que ellos llaman pomposamente “república”). El peronismo ha sido siempre el dique de contención de la derecha en nuestro país. Si quiere otro día se lo explico, porque seguramente alguna vez escuchó decir algo distinto. Se lo aseguro, lo debato y se la gano. Ninguna duda. Quiebren el peronismo y su frente aliado, y habrán hecho mierda la Patria.

Con la mira puesta en estas cosas, yo le invito a atravesar el desierto. Caminado a paso firme y tomando sorbos de agua cada tanto sin enyenarse, sin piques ni maratones. Entre compañeros se va a hacer más fácil y por una de esas cosas, encontramos el oasis y la salida.

Vamos a llegar, que es lo mismo que volver.


1 comentario:

  1. Maestro, maestro, muchas gracias. No sabe lo bien que viene esto.
    No en vano lo he denominado mi terapeuta político (y encima no le pago como al otro)
    Ya sabe quien soy.

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