miércoles, 3 de agosto de 2011

LA FILA

Hacen la fila. Algunos tienen cara de apurados, es domingo y siempre hay algo que hacer un domingo. Otros no, están serios. Como ven que vamos a buen ritmo, no hay enojos.


Es inevitable pensar en lo que van a votar. O mejor dicho, pensar en por qué van a votar así. Es el voto indolente, estúpido, de derecha, de la no política o de la anti política… cuántas certezas sin contrastación, sólo con la realidad como testigo y verdugo.


Viene uno que quiere pasar con los hijos. Y si. Nos tratan bien, sonríen algunos con algo de nervios, otros de educados, los hay que están muy seguros y pueden ser amables, aparecen los callados que apenas hacen un estiramiento de labios. Pero todos, todos quieren estar a la altura. Será el barrio.


A la altura de qué… Me interno de caminata de otros domingos hace mucho por la avenida de jarrones de Parque Lezama, en un invierno como este pero con más frío en el alma. Y me voy atrás, cuando fui felíz una vez antes de la posterior y antes de ahora. Me veo como si fuera otro en la cola. Veo a un fulano que soy yo con un pibe de algo más de año y medio a upa. Es el ’85, legislativas y no era invierno (o si). Dejo el documento, es la segunda vez que voto. La primera en el ’83 (me tocó perder, como ahora), antes la dictadura, yo hubiera votado por primera vez en 1977.


Entro al cuarto llevándolo de la mano. Le muestro las boletas, las revuelve, lo reto, las acomodamos de vuelta, me mira. No entiende demasiado, pero se da cuenta que es uno de esos momentos como cuando comenzó a tomar bien el tenedor, a soportar el jabón sin abrir los ojos. Acá votamos, elegimos a los que van a mandar, ves, así, el que papá piensa que es mejor, esto se llama democracia. Ahora ya está, salimos. Salgo y pide brazos otra vez, después lo hago caminar un poco, tardaremos muchísimo en hacer cuatro cuadras. Lo pensé unos años después, pero eso fue lo único, Francisco, que pude(imos) darte, te debemos la justicia social, la salud, la educación, la liberación nacional, la felicidad de todos porque si no no habrá felicidad. Te debemos. Pero no hay más milicos, hijo, no hay más.


A la altura de eso. Se trata de eso y tienen cara de eso, más allá de lo que están votando. Veo en los ojos la seguridad de tiempo tomado, les gusta votar, les parece bien votar. No tengo ninguna duda. Puta, es un motivo de abrazo. Aunque más no sea el único. No se.


Ya a esa altura en el ’85 aún no estaba Emi. Se iba a casar mi hermano. Hacía menos de tres años que se había muerto el viejo. Euge llegaría en menos de cuatro años. Mi vida daría muchas vueltas. Durante mucho tiempo dejaría de militar. En otro tiempo dejaría de trabajar en el lugar que lo hacía. La vida comenzaría una y otra vez, como si fueran varias vidas. Calculo que a muchos les pasa.


Fui fiscal muchas veces, general, de mesa (como esta vez), uno lo sabe de memoria, mira con piedad, suficiencia o paciencia a los presidentes de mesa. Confraterniza por lo general con otros fiscales, soporta a los fiscales generales de partidos chicos que hacen las 24 horas de Le Mans en ochocientas mil mesas, critica la comida (o no), tiene expectativas (o no), se cansa y se aburre, se tensa en el escrutinio (o no). Un día distinto al del resto de los mortales que sólo hacen fila, votan y vuelven a su domingo.


Es algo normal y en este país (este país) no es muy normal este tipo de costumbre. Para nada y sin embargo, parece que siempre hubiera sido así. Y esto más allá de lo que voten, si se taran de tanto en tanto, si infantilizan la percepción del derecho en si, si tienen malos momentos. Uno no siempre se lleva bien con la democracia.


Y también está la política, las ideas. Ideologías. Tachín, tachín. Para uno es serio y está bueno de tanto en tanto reírse un poco de uno. Porque es en serio, muy en serio.


Y porque… algunas deudas se están pagando, lento, medida a medida, pero se están pagando. Carajo. Ojalá esos hijos algún día me digan, cuando ya esté dispensado de hacerlo: Papá, querés ir a votar, te acompaño.

5 comentarios:

  1. Lo que no saben tal vez esos de la fila es que nos estamos encargando de hacer un paìs mejor para esos pibes que llevan a upa, como usted al suyo.

    Ah,que bueno que ahora sea otra vez feliz ;-)

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  2. Muy lindo Gaby, muy emotivo compañero!!Adriana

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  3. Esta muy bueno y es cierto, hay otras cosas importantes. Los detalles los charlamos antes o despuès del Capitàn Amèrica (si no locos, somos cuando menos bizarros).
    Ariel

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  4. Gaby : como siempre tus palabras son muy aclaratorias para mí.
    Comparto tus sentimientos

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  5. y uno se guardaba una boleta de cada candidato de recuerdo... como si fuera algo que no se iba a repetir eternamente... pregunto.. ¿alguien se guardo una boleta de Castrilli, en esta última elección?
    Guille

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