Suerte. Escuché que las encuestas daban parejo a Menem y al Bull Dog y me asusté. Lo voto en primera vuelta me dije, no sea cosa que. 22,5 creo. El 25 de mayo estaba petrificado en Av de Mayo y Sáenz Peña sin saber si me movía o seguía esperando. Las motos, el auto y la ventanilla baja. Te vi y grité ¡viva el presidente! Miraste un segundo y sacaste la mano saludando. Me quedé ahí pensando "la puta, soy oficialista". Tuve otra oportunidad pero esa vez la mano agarró la mía, fue un "fuerza Néstor". Pasó de todo, ya sabemos. Más de lo que sabemos. Entré en la ESMA con mis hijos, con vos adelante abriendo los portones. No esperaba más, era suficiente pero había más. Recordaba haber sido así de felíz de muy pendejo en eso que llaman la primavera de Cámpora. Y nunca más hasta que apareciste. Es mentira que sólo importan los procesos sociales y que no hay hombres providenciales, pelotudeces. Ahora estoy acá, extrañándote. Decir que me ayudaste a recuperar la adolescencia, que le pusiste una cara a esos valores que intentabamos transmitir a los pibes, qué te puedo decir. Muchos años pensé que había que ganar tiempo, porque la dictadura, porque la democracia blanda que pudimos conseguir, porque el menemismo y la puta que lo parió, porque la chatura sanguienta de la Alianza... ahora se que el tiempo hay que usarlo. Lo estamos usando, quedate tranquilo, sirvió. Sos lo que nos merecíamos. Y también que tuvimos mucha suerte.
martes, 16 de noviembre de 2010
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