viernes, 9 de junio de 2017

EL ORDEN DE LAS COSAS



La patria es más que el país, que una dimensión geográfica o de economía política. La patria es un proyecto, nunca viene sola ni está colgada entre las utopías. Es un proyecto concreto que se lleva a cabo o que es impedido. Por eso es que hay un solo proyecto de Patria (y va con mayúscula) y lo otro es para establecer una y otra vez una colonia. No hay tercera vía en esto, en tal caso, es necesario poder captar todos los abordajes posibles del proyecto de Patria (y eso pertenece al pensamiento complejo, vale avisar).

Para los referenciados –como uno- en el nacionalismo, la Patria es la máxima referencia y barre con todos los eufemismos. Tiene que ver con esencia y con mística, un saber dónde se quiere ir y cómo se quiere llegar. Objetivos y valores. De todas las aproximaciones, quedémonos con la última. La Patria es el otro. Es un parteaguas tan fuerte. Los que optan por la colonia jamás podrán entender qué es el otro, donde está, qué le pasa y que tiene que ver con uno. Nada. 

Y una última cosa. Por la Patria se jura. Porque compromete hasta el alma, porque si uno va de verdad no hay después. Y si no es así, no se jura…

Después está lo del movimiento. Uno dice Mayo, la idea de la nacionalidad sudamericana, el federalismo tozudo y volvedor. Algo del radicalismo yrigoyenista. Sin duda alguna, el peronismo. Doctrina, idea, acción, movimiento. Eso que sirve para hacer el proyecto de la Patria, moverlo, recuperarlo cuando se pierde, estarle encima al país y aparecerle por todos los costados. Estar organizado, sin dejar ni por un segundo la insolencia espontánea. Pertenecer, unirse básicamente, estar. Y también la vida, esa la personal, la de todos los días. Y si le parece, pejotearse sin miedo ni tapujos, que también le hace al Movimiento. 

Al final, los fulanos y fulanas. Los que llevan o deben llevar en alto el proyecto de la Patria, porque vienen del Movimiento. La gente diría, que como no se trata de ángeles, alguno se tuerce, otro se dobla, otro se va al carajo. Y los más, ahí paraditos, permanecen como siempre fueron, compañeros.

Nada nuevo, pero repasando: primero la Patria, luego el Movimiento y, por último los hombres. Y las mujeres.

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