¿Cómo será la campaña?
Es posible que la “inseguridad” estalle promediando marzo con crimichorros pasados de rosca haciendo empanadas con alguna familia de clase media. Secuestros extorsivos “al boleo”, también. Asaltos mortales a jubilados, posible. Desfile de familiares, vecinos, ocasionales transeúntes horrorizados por los micrófonos de movileros “a lo Bazán”, discursos de dudoso sentido común, puteadas al Gobierno y a la Justicia garantista. Alguno que otro que pide mano dura mientras se quiebra en el llanto furioso.
Decir de golpe que el dólar se va a 30 pé, inseguridad de los depósitos, peligro con la guita. Mejor, la inflación obviamente provocada por el Gobierno y su manía de ampliar el gasto público. Pronósticos de debacle y aislamiento internacional. El pánico en el bolsillo.
Más. Piquetes, irredentos izquierdistas cortando todo y rodeando el Ministerio de Desarrollo Social. Algún picadito en la 9 de Julio y las carpas, muchas carpas y gente meando todos los canteros.
Lo de las tomas de terrenos también. Eso hay que seguirlo. En lo posible vecinos belicosos que tomen la represión en sus manos, hasta ahí como para que se vea que el Estado no existe o que no quiere hacer nada.
Si se dieran saqueos cartón lleno, saqueos a supermercados. Pero no como el que se vio en diciembre con los chabones rajando con cajones de cerveza y bebidas blancas. Tienen que llevarse alimentos para que quede claro que el pueblo (bajo) está cagado de hambre.
Algún gobernador cagando a tiros a los indios. Otro gobernador pactando un sinnúmero de minas a cielo abierto.
Una estafa, una gran estafa que involucre a De Vido si es posible, o a Moreno (ya sería genial, casi casi para un orgasmo opositor). Lo de Jaime ya está quedando viejo, lo de Skanka no pasa nada, la valija venezolana yastá. Otra cosa y con ruido.
Y la señora sola. De negro y sola. Algo como que el kirchnerismo es una mentira de conveniencia y que en realidad, como repite Laje por radio América: dejar sentado que el kircherismo de verdad cabe en una Trafic. Los demás son todos oportunistas y van con el que gana.
Un quilombo en el PJ, si es de la Provincia de BA mucho mejor. Y mostrar a Scioli pensativo como dudoso (¿cuándo se da vuelta?).
Enero-febrero candidatos en playa (pero no de joda). Elisa tostándose sin lámpara (un hallazgo) y chancleteando donde muere el yodo y la sal como un Tagore autóctono (¿me siguen?). El bulldog con las antiparras y la buzarda de pelitos blancos y la voz finita advirtiendo lo malo que puede ser no ser liberal como él, como sólo él.
Macri sonriendo a lo hiena del brazo despreocupado de su esposa, caminando por un pinar que deja llegar el aroma del mar. Solá en el canal Rural, oliendo mierda como siempre. Pino plantando un pino cámara en mano adelantando la próxima peli “Terremoto”. De Narváez de traje y zapatillas recorriendo barrios mugrientos de la provincia.
¿De vez en cuando una idea…?
Los radicales juntándose y refundando el partido por milésima vez. Ricardo cada vez más parecido a Ricardo y Cleto cada vez más pelotudo e hijo de puta (sus dos atributos). Suma cero, un tango de martillo y pluma.
Atrás de todo, claro, Duhalde. El y la Chiche como un matrimonio victoriano sin Inglaterra. A veces creo que exageramos y no es que quiera minimizar.
A veces tengo miedo que juguemos este juego. Que nos convirtamos en paranoicos y berretas, que seamos igual pero al revés. Un contraclarín. Es lo peor que nos puede pasar. Esta oposición es “walking dead”. Ojo con esto que contagia.
Cristina profundizó el modelo –tal y más de lo que pedíamos- recién salida del sacudón rural. Allí vinieron las cosas impensables y no quiero hacer la lista, que ya la vamos a hacer todos los días en campaña. Y eso que algunos pensamos que falta: la ley de Entidades Financieras, algo parecido a una reforma agraria, incluir a todos los excluidos y blablablá. Esta mujer es de temer con lo que uno sueña.
Cristina salió a gobernar desde Río Gallegos, casi antes de enterrar a Néstor. Es esa mujer que estaba parada (y qué parada) frente al féretro. Es la que nos consolaba, porque éramos más flojos que ella. Muy posiblemente sea nuestra candidata.
No nos hace falta entrar en el Bailando de las elecciones.
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