"(A pesar de que) la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Asociación de Empresarios de la Argentina (AEA), principales entidades patronales del país, (...) reclamaron ayer 'seguridad jurídica' y 'reglas claras' para el país, cuando muchos de ellos han pedido ayuda fiscal del Estado argentino para solventar sus millonarios proyectos de inversión ..." Leemos en el diario K de reciente aparición Tiempo Argentino (jueves 5-8-2010, "La UIA claudicó ante la AEA" pág. 12) con asombro, pero la cita sigue:
"...por ejemplo, el titular de Fiat, Cristiano Rattazzi tiene un proyecto por el cual está buscando capitales a través del Fondo de Financiamiento del Bicentenario por $ 300 millones. También Sebastián Bagó, titular de Laboratorios Bagó, presentó proyectos de inversión por $ 179 millones, y también está buscando el patrocinio del Fondo del Bicentenario. Cabe recordar que esta iniciativa del gobierno nacional se destina a inversiones a una tasa anual fija de 9,5% en pesos. (...) Adrián Kayfmann, del Grupo Arcor, también reclamó 'seguridad jurídica', no obstante busca presentar un proyecto por $ 60 millones, con el beneficio de la Ley de Promoción de Inversiones, la cual permite beneficios fiscales como la devolución anticipada de IVA, o la amortización acelerada de Ganancias. (...) Federico Nicholson, de Ingenio Ledesma, ingresó un proyecto de inviersión de la empresa Glucovil por $ 11 millones, también bajo el paragüas de esa ley."
Estoy cansado de escuchar en sobremesas familiares domingueras que tal o cual empresa, tal o cual ejecutivo, off de record y bajito dice que nunca ganaron como ahora, que este gobierno les permitió levantarse de la nada (o del desastre del 2001) desdiciendo la tirria y el odio de clase que destilaron minutos antes contra el binomio K. Entonces ¿cuál es?
Nadie está obligado a comulgar ideológica o políticamente con un gobierno (este por ejemplo) o una idea (el peronismo por ejemplo) porque la situación económica generada por estos le sea ampliamente favorable. A lo que si se está obligado es a no mentir. Sería justo (miserable también, pero justo) decir: "Nos está yendo muy bien gracias a las medidas adoptadas por este gobierno, pero no estamos de acuerdo con la redistribución de las ganancias ni con el gasto social que conlleva. Queremos retener el máximo de la ganancia". Duro, antisocial pero honesto.
De la misma manera, se puede decir algo acerca de vastos sectores de las capas medias que, con cara de tragedia, se lamentan de absolutamente todo como si un destino fatal los persiguiera. Teniendo dos macetas en el balcón como toda aproximación al campo, se condolían de la "agresión" que el gobierno inflingía a tan nobles sectores productivos. Envidiando marcas de cartera, acusaron una y otra vez a Cristina de "soberbia" repitiendo como loros lo que caía del multimedios de la sra de Innoble. Sin saber un carajo de economía, putearon cada medida, cada afirmación del Estado, nostalgiando sin ponerse colorados las idas épocas de la convertibilidad.
Esa ha sido la alianza neoliberal: victimarios con víctimas en pujante desborde. Ahora también se juntan, pero para lamentarse. ¿Y si el período K es más largo de lo esperado¿ ¿Y si "estos" vuelven a ganar?
Recordaba dos escenas. Una, la de un viejito caminando cerca de la Rosada que, de pronto, hace un gesto como de mandarlos a la mierda. Nadie lo veía, no lo hacía para que lo viera nadie, era él y su bronca. Otra, una kineseóloga que me atendió y deseaba que así como se le habían roto tejas de su casa con la tormenta de hace unos meses (todo ocurría en zona norte) se le rompiera el techo o la cabeza a Cristina en la Quinta. ¿Qué decir?
Es gorilismo, es antiperonismo. Pero también es pelotudéz. Por suerte hay mucho del otro lado y mucho para decir (no es en esta nota). Se ha recuperado espacio y mucha gente vuelve de esa actitud contrera y ciega. Pero asombra -desconcierta a veces- la caraduréz de los hipócritas y la correspondencia de los necios.
De todos modos... Dos encuestas no oficialistas dan a Cristina con un 50% de imagen positiva. La gente compañero se va dando cuenta; la discusión sobre la Ley de Medios tuvo más efecto incluso -creo- del que vaya a tener la propia ley, porque muchos ya no se tragan todo. Soy optimista, creo que las frenéticas reuniones magnétticas con el-nunca mejor dicho- properonismo, y las de los empresarios, muestran que saben que en este mom,ento pierden. Tal vez me pase un poco, pero siento que hay que ir por.. el 63% de los votos!!!
ResponderEliminarAbrazo