martes, 27 de septiembre de 2016

la CGT



La CGT se constituyó el 27 de setiembre de 1930; trece años antes de que el Coronel Perón se hiciera cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión (el antiguo Departamento Nacional del Trabajo de los conservadores, que el radicalismo había intentado empoderar).

Las primeras reivindicaciones que planteó la nueva central se relacionaban con la libertad de doscientos veinticinco presos gremiales y la conmutación de la pena de muerte impuesta por un tribunal militar a tres choferes que se habían tiroteado con la policía. Además reclamaban el levantamiento del estado de sitio y la realización de obras públicas para disminuir la desocupación. De todas maneras, no pudieron evitar la deportación de ciento cincuenta trabajadores -casi todos a la Italia fascista- por imperio de la Ley de Defensa Social (una ley de Residencia potenciada).

La reclamada unidad sindical llegó por la fusión de la Confederación Obrera Argentina (COA, socialista) y la Unión Sindical Argentina (USA, sindicalista revolucionaria) y fue votada 43.487 afiliados de ambas organizaciones. En esos tiempos, los obreros organizados no eran más del 15% de la masa laboral existente (desde 1936 la CGT agrupará entre un 62 y un 75% de los trabajadores, y estallará la afiliación masiva durante el primer peronismo).
Los obreros ocupados en la industria manufacturera aumentarán un 51% entre 1935 y 1941.

En este movimiento obrero, sólo los ferroviarios agrupaban a la mayor cantidad de trabajadores de su sector (más del 80%). Tres sindicatos del transporte (Unión Ferroviaria, La Fraternidad y la Unión Tranviaria) controlaban en 1939 el 40% de los delegados al congreso de la CGT. Aliados con el sector terciario (Confederación General de Empleados de Comercio –CGEC-, Asociación de Trabajadores del Estado –ATE- y UOEM) se aseguraban la mayoría en los cuerpos directivos de la central. La disputa sería siempre por el control de Ferroviarios, en ese momento bajo la conducción de la tendencia "sindicalista".

Ya que estamos, hablemos un poco de esta gente... los "Sindicalistas", una escisión de trabajadores del Partido Socialista de principios del siglo XX que ganó la conducción de la Federación Obrera Regional Argentina (fundada por Anarquistas) en 1915, lo que resultó en la división de la antigua central en FORA del V° Congreso (la que continuó anarquista) y FORA del IX Congreso (la que dirigieron los "Sindicalistas Revolucionarios"). Las ideas de los "sindicalistas revolucionarios" fueron hegemónicas en el movimiento obrero (salvo para los sindicatos por oficio que dirigían los anarquistas) y por lo tanto influyeron en las dos grandes facciones que se funden en 1930 (tanto la COA como la USA eran ideológicamente sindicalistas revolucionarias, una más orgánica con el Partido Socialista y la otra independiente absolutamente).

Los dirigentes y cuadros obreros del momento que se reconocían "sindicalistas revolucionarios" ponían el acento en el sindicato como organización fundamental de la sociedad, que daría pie a una nueva sociedad. El sindicato lo era todo, la organización que agrupaba a los trabajadores en tanto tales sin las divisiones "artificiales" que proponía la política. Desconfiaban de políticos, policías, jueces, funcionarios, militares. Solo un trabajador podía ser un compañero, y si era del sindicato tanto mejor. Creían en la acción directa y que había que dar un paso después del otro, hoy se diría que se movían tácticamente sin mayores preocupaciones por coberturas ideológicas. El lenguaje era el acostumbrado... "revolucionarios" se dice, pero a la hora de los bifes sabían negociar con cualquiera que quisiera negociar. En 1916 lo pudieron hacer con un Presidente que solía llamarlos y recibirlos en la Rosada, don Hipólito Yrigoyen. Y pese a que se ha dicho mucho, no se casaron con él ni con el radicalismo... al menos no por mucho tiempo.

La CGT de los treinta fue muy criticada por seguidista del general Uriburu (el del golpe), por rosquear con el general Justo (su "democrático" sucesor y gran esperanza blanca del liberalismo), y seguramente fue cierto. Fueron los primeros "sabios y prudentes" de los que hablaría otro general en una plaza colmada un 1° de mayo en muy otras y remotamente abismales circunstancias. Fueron el movimiento obrero que había entendido que sus hijos también serían trabajadores porque el ascenso social no se daba en la tierra de promisión, eso era para los patrones. Entonces, quisieron el paraíso en la tierra, mejorar condiciones de trabajo, de contratación, seguridad laboral, asistencia médica y social, y salarios. Quisieron Convenios Colectivos que las patronales respetasen. Nunca quisieron al Estado husmeando en las organizaciones gremiales, pero no le hicieron un asco cuando el Estado se acercó fuera con elenco radical o conservador.

Los "sindicalistas revolucionarios" puros se irían eclipsando, perderían la dirección de la Unión Ferroviaria y resucitarían decadentemente la vieja sigla USA en el treinta y siete. Sin embargo, su estela sería larga... Socialistas y comunistas se harían cargo de la central obrera casi en seguida y casi en seguida habría dos CGT. Todo eso antes del peronismo, y vamos a decirlo, el peronismo se hará con estos tipos, muchos de los cuales habían sido y se sabían "sindicalistas revolucionarios".

Hicieron la CGT. Hay que saberlo y recordarlos porque algo deben tener que ver con todos nosotros.

Porque la historia del movimiento obrero es, indisolublemente, nuestra historia.












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