martes, 27 de octubre de 2015

LO POSIBLE

Es posible. Lo primero que hay que hacer es separar el deseo de las certezas y reconocer a cada cosa por separado, algo así como guiarse por el principio de realidad. Uno no tiene toda la información, apenas alguna experiencia y conocimiento como para pensar un rato. Las pretensiones de hacer sociología política amateur en base a esos dos atributos, siempre rayan lo berreta.

Algunos creen que los aparatos explican toda la política. El poder de los aparatos, los partidos-maquinaria electoral, la rosca. En esos planteos la gente suele pasar desapercibida, o es sólo ese aditamento que da lustre a la picardía de los dirigentes. Esto puede ser postulado a derecha o a izquierda, explica el voto-ganado y también el fuego-amigo. Hay que tener cuidado con estas cosas, porque por ahí suele colarse el gorilismo.

Uno no niega la pertinencia política de los aparatos partidarios, sólo matiza su peso e influencia en una sociedad (toda la sociedad), que va llevando una experiencia democrática de más de tres décadas sin interrupción.

Y con la democracia vino también una derecha que se metió en el sistema constitucional y aprendió a usar las herramientas que tenía a mano. Saben militar, saben llegar a la gente, saben esas cosas que antes eran patrimonio de los partidos populares y la izquierda. No todo es boludeo y globos, hay contacto real con gente real. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de reflexionar lo que va pasando elección tras elección porque no estamos solos, los otros también juegan.

Ahora no es tiempo de analizar. Ahora hay que actuar para que lo complicado se traduzca en algo posible. Estamos en un momento complicado, qué duda cabe. Es posible aún que Scioli sea el próximo presidente, también. El Frente para la Victoria ganó las PASO y las elecciones del domingo 25 de octubre. El problema son los márgenes, el humor social y la derrota difícil de digerir en la provincia de Buenos Aires. Para después queda, insisto, el análisis más fino. Todos sabemos que cuando las papas queman, los pases de factura son de un online en tiempo real y destemplado. Razones habrá, lo que no hay es la oportunidad. Ahora no, chicos.

El candidato no es el Proyecto, es Scioli. Si encarna más o menos el famoso Proyecto es otra cuestión. Pero nuestro candidato es Scioli. El presidente que queremos se llama Daniel (Scioli). Y el que no acuerda con esto que es tan sencillo, puede votar a Macri, en blanco o irse de vacaciones (sugiero las playas que terminan con “…de la Lora”). No hay tutía, no hay neutrales.

La discusión –que es preciso aplazar por ahora- es sobre el peronismo, el kirchnerismo, el progresismo y este Proyecto político que comenzó en 2003 y que todos los que estuvimos y estamos hemos apoyado y apoyamos. Claro que hay que hablar de eso y seguramente, haya que separar paja de trigo o, para no ser peyorativo, dejar que las identidades busquen su lugar en el mundo. De los oportunistas –que siempre acompañan en primer o segundo plano- para qué hablar, el tiempo suele encargarse de ellos.

Es posible y sentirlo es un acto de fe. La irracionalidad suele ser una buena compañera de la conciencia y es imprescindible en momentos como estos. Si todo pasara por la ciega razón, la occidental y prolija razón, hubieran sido imposibles muchos de los buenos momentos que tuvimos en estos doce años (también los malos, que fueron menos, pero también).

Sólo esto. Lo demás es lo que los pueblos hacen con su historia, la hacen la deshacen. Después de todo son sus dueños.


Es posible. 

1 comentario:

  1. Disiento. Pienso que estamos perdiendo por irracionales. Por errores básicos generados en actitudes poco racionales.

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