Muchos compañeros explicaron hasta el cansancio la comedia de enredos en que devino la cobización de Redrado en el Central con el asunto del Fondo de Bicentenario. O sea, vamos a ir por otro lado...
Un primer tema: ¿por qué es bueno que el Banco Central sea independiente, autarquico, en síntesis que poco y nada tenga que ver con el Ejecutivo elegido en elecciones democráticas? Como bien dice mi amigo Ricardo en "La mentira de la independencia del Banco Central" (blog de HUINCA), esta modalidad neoliberal de ordenamiento económico permitió el desguace de Estados y estafas siderales cuya última expresión ha sido la peor crisis mundial del capitalismo realmente existente.
Lo interesante sería desear un país independiente, un proyecto nacional que logre superar la etapa neocolonial a que nos han sometido la multipolaridad capitalista (el famoso neoliberalismo) y el cipayismo irredento de los poderes económicos -con su coro corporativo de políticos "responsables"- que han nacido acá, pero eso les importa un comino.
Interesarse por el decurso más general de un gobierno que ha renegociado la deuda externa con una quita del 30%, ha desenganchado al país de una relación perversa con el FMI y se propone crear un Fondo para pago de deuda y colchón de futuros sobresaltos globalizados. Tratar de entender algo seriamente, antes de repetir estupideces. Es mucho pedir.
Esto me lleva a un segundo punto: la República. Los "defensores de la República" ¿de qué República están hablando? Si todo ese rejunte de radicales fracasados, progres cagones y funcionarios de organismos multilaterales de crédito con intereses extranjeros de saqueos comprobados, nos vienen a enseñar a defender lo que siempre les ha importado un bledo, estamos realmente en problemas. Es decir la República, la corporización de un Pueblo organizado como se pensaba en otras épocas. Y molesta mucho que haya formas de defenderla, pero en serio. Como creo yo se hace en este país, que cada vez es más en serio.
No defendían la "República" cuando negociaban el megacanje, o cuando dejaban un tendal de treinta y cinco argentinos muertos por la represión en el 2001. No todos los críticos del gobierno son responsables de esto, es cierto. Pero lo lamentable es que los que no cometieron esas atrocidades, se pongan al servicios de los que sí las hicieron y tomen su discurso obedientemente.
En el medio del despelote leguleyo lo importante es hacer una ensalada y revolear la media. Lo que tiene que quedar claro es que los Kirchner se hicieron con la guita del ANSES y como gastan mucho (quién sabe en qué), tienen problemas de caja crecientes y necesitan levantarse ahora el Fondo del Bicentenario. Y ahí estaba el blondo Redrado (un demócrata) para defender las reservas. Y ahí estaba el San Martín del Subdesarrollo (treintamonedasCleto) para mover los instrumentos institucionales a fin de reencauzar el desastre. Podemos ir viendo cómo piensan festejar el Bicentenario, igual que sus ancestros e inspiradores (los inventores de esa "República" oligárquica) festejaron el Centenario con represión, xenofobia y exclusión.
No importa. El peronismo original comenzó una revolución y pretendió hacerla en paz y por la ley: desde las primeras elecciones realmente libres de 1946 hasta la Constitución de 1949, base de un proyecto nacional concreto. El barullo y la violencia la pusieron otros.
Esta vez no va a ser así. Nuestra tarea es que el vecino común, la señora de al lado, sepan que Cristina gobierna, que la Patria no corre peligro, que hay futuro este mismo año, que la profundización del rumbo elegido se va haciendo consolidando lo que hay.
Los que podrían quejarse porque la macroeconomía no les llega con la velocidad que se necesitaría, son los que más bancan. Ven en concreto las cosas que sí les han cambiado algo, a pesar de que eso no los haya promovido socialmente todo lo que corresponde aún.
Dios nos cuide entonces de los cuidadores de la República.
muy bueno. en realidad, hay que desenred(r)arse y no tratar de entender: es una mezcla de mediocres (para tratarlos bien) que sólo quieren figurar, aliados con los que verdaderamente tienen tocados sus intereses. La tarea es pensar, para nosotros, adonde conducen estos obstáculos para ver la mejor manera de esquivarlos y seguir adelante. es imposible argumentar con quien juega sin reglas. y al pedo
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