He pasado casi dos mil años en silencio, soportando estoicamente las cosas que se han dicho de mi y de mi acción en la cena de Pascua. Ahora se que si hubiera avisado, el mote hubiera sido otro pero ya está, lo hecho hecho está. Pero lo mío era por conciencia, recuerden que tiré al carajo las treinta monedas.
Nunca quise ocupar el lugar del Mesías, porque siempre tuve claro que el domingo de Ramos la gente lo vivaba a El y no a mi. Yo nunca tuve votos, salvo los de una banda minúscula que me incitaba a hacer lo que hice (en eso debo decir que nos parecemos con el sr del que hablaré a continuación).
Tampoco me arrogué el hecho de ser uno de los Apóstoles, no convoqué a un Concilio ni me reuní a cada rato con los enemigos del Pueblo (salvo lo de Caifás). Mientras estuve entre los Doce, creí en el programa del Mesías. Yo sólo quería que El tomara el poder político y no lo hizo. Me sentí defraudado y lo entregué.
Esa noche, mirando TN en el infierno, me indigné cuando el senador Pichetto dijo esa frase que aún me duele. Y quedó así. Desde ese día todos los comparan conmigo. Es injusto, es innoble, me degrada. Ahora resulta que todos los traidores somos iguales, ya no se respetan las jerarquías.
Ese papanatas no es de mi estilo.
Entonces, a usted le digo papafrita... Ya que no va a tener las bolas de colgarse como lo hice yo, al menos haga patria y renuncie. ¡Renuncie flor de hijo de puta!
Nunca quise ocupar el lugar del Mesías, porque siempre tuve claro que el domingo de Ramos la gente lo vivaba a El y no a mi. Yo nunca tuve votos, salvo los de una banda minúscula que me incitaba a hacer lo que hice (en eso debo decir que nos parecemos con el sr del que hablaré a continuación).
Tampoco me arrogué el hecho de ser uno de los Apóstoles, no convoqué a un Concilio ni me reuní a cada rato con los enemigos del Pueblo (salvo lo de Caifás). Mientras estuve entre los Doce, creí en el programa del Mesías. Yo sólo quería que El tomara el poder político y no lo hizo. Me sentí defraudado y lo entregué.
Esa noche, mirando TN en el infierno, me indigné cuando el senador Pichetto dijo esa frase que aún me duele. Y quedó así. Desde ese día todos los comparan conmigo. Es injusto, es innoble, me degrada. Ahora resulta que todos los traidores somos iguales, ya no se respetan las jerarquías.
Ese papanatas no es de mi estilo.
Entonces, a usted le digo papafrita... Ya que no va a tener las bolas de colgarse como lo hice yo, al menos haga patria y renuncie. ¡Renuncie flor de hijo de puta!
Judas Iscariote.
¡qué boquita! ¿eh? No se preocupe don Judas, como al ex ingeniero en el pasado, como al aún ingeniero amarillo y a su ex socio colorado, todos esos que le hacen la competencia son como tronco podrido: sin peso ni sustento, se los lleva el agua. ¿Se acuerda del 17% de López Murphy, jefe de la oposición, blablablabla? jajaja, río abajo, río abajo, río abajo...
ResponderEliminarMuy bueno. Impecable. Pobre Judas, compararlo con semejante jueputa.
ResponderEliminarSaludos
Ahhhhjajajaja... qué bueno que está esto!!! Lástima que lo leí tarde... Disdculpe, tenía otras cositas que hacer el viernes por la noche...
ResponderEliminar