sábado, 25 de febrero de 2017

CUMPLE

Hoy no cumpliría sesenta y siete. Tendría que estar vivo para eso. Brutal pensarlo así, pero la vida fue brutal, Argentina fue tan brutal y ahora tan vanal (y brutal).

Más allá de los cumpleaños a los que ni vos ni yo fuimos, esos que se celebraron en familia lejos en el sur; más allá de los recuerdos y las fotos tan particulares que atesoran los que pueden; más allá de todo eso está el tipo que si conocimos cuando acá casi nadie sabía que le decían Lupín.

Cumple bueno, mirá si cumplió. Por decir algo, cumplió veintinueve años cuando se sacudió del camperón la nieve y trajo de vuelta al peronismo. De paso, haciendo olvidar (nunca se olvida pero ponéle) el trago tremendo de ese popularismo que arrastraba el liberalismo y que muchos te enrrostran como peronismo mientras otros se empiezan a toquetear.

El si cumplió compromisos avalados por congresos de miedo, compromisos que no habría que honrar y él que si, con esa quita que venía a ser nuestra dignidad y que no había que pagar. Le cumplió a los docentes y los fue a ver en conflicto. Con nosotros cuando apareció por la tele diciéndonos que lo la Corte lo estaba apretando.

Cumplió con sus(nuestros) compañeros entrando a la ESMA para liberar los fantasmas y llevarlos a la Plaza, a la Rosada. Mirá, ahora es la exESMA... Para qué hacer la lista ¿no? la buena gente la sabe, la buena gente recuerda, la buena gente es agradecida.

Los que seguimos cumpliendo años son los que quedamos afuera de la cola ese día espantoso, los que hicimos remolinos que parecían pogos abrazándole el coche que nos lo llevaba mientras caía una lluvia más triste que la mierda. Nosotros tenemos que cumplir, y no hay otra manera que ponernos todos juntitos y sacar del contenedor al país que él nos vino a dejar. Porque ahí lo pusieron entre ladrones, pusilánimes y avivados, donde siempre estuvo y nunca debió estar... o si, son duras las penitencias y los aprendizajes.

Si mirás el discurso que dijo en la bicameral cuando subió te das cuenta, cumplió todo, pero todo. No se si el alma va a algún lado, si existe ese lado, si el alma está, qué se yo, pero ese tipo se quedó acá y debe ser por eso que decimos "cumpliría 67".

Néstor no cumple, porque ya cumplió. Igual, felicidades compañero Presidente.

Lo decimos juntos... ¡y viva Perón!

miércoles, 22 de febrero de 2017

RESCATANDO A WILLY

Hay algunos que se jactan de no saber nada, mientras opinan de todo... o era al revés, porque cuando le rebatís alguna de esas certezas que te tiran por la cabeza y aún más, le demostrás que anda repitiendo titulares de la tele, ahí se escabulle con un "no se" taimado. Tengo un amigo y compañero que a tipejos así que dicen por ejemplo: "ese es un chorro", refiriéndose siempre a algún funcionario del gobierno anterior (sea tramo CNK o CFK, no importa), le dispara un certero "¿y vos cómo lo sabés?" El amigo indaga la fuente, el pensamiento, la construcción de la certeza para demostrar de manera cabal que el individuo en realidad no sabe, sólo está repitiendo y peor, creyendo que sabe porque todos lo saben, porque es así.

Hemos dicho que el tipo en cuestión es un boludo y más calificativos derivados de la bronca por hacernos perder -y al país- tiempo, dinero, oportunidades... porque sabemos que algunos de esos tipos votaron como votaron ya que no se bancaban estar mejor que ahora. La verdad.

Me dicen que hay que parar de putearlos. Digámoslo, esperamos en algunos casos recuperar su voto o ganarlo. En fin, y vamos a seguir pensando que es un boludo que hace cosas de hijo de puta. Vamos a fingir... ponéle.

El daño que esa masa descontrolada ha hecho  es incalculable. Pasado el enojo ya, uno se pone a escucharlos y... te vuelve, te juro que te vuelve. Hablo de los que genuinamente piensan que piensan ellos lo que piensan, no de los que son Derecha convencida. De esos diletantes que cuando se complica la conversa te tiran un "a mí la política no me interesa", o "no entiendo... no lo leí... no me había enterado", hasta ese final "yo no soy de ninguno, del gobierno tampoco más allá de que lo haya votado". El más original te dirá que es "independiente", esa patente de corso que sirve para no casarse con nadie y picotear en todas las fiestas. El menos dotado, que no le interesa, que "la cosa pública", la marcha del país, la manera de dirigir el Estado y elegir las prioridades le chupa un huevo.

No entender y desinteresarse le parece una gran virtud. No se contamina como uno, no le "meten ideas en la cabeza" en un partido y sobre todo, no se ensucia las manos. No es corrupto, como uno (generalmente se cuida de decir eso cara a cara, porque no sabe en qué puede terminar la cosa y lo bien que hace).

¿Es rescatable el boludo? Los entendidos dicen que si, y no se refieren a internarlo en un campo de resocialización hasta que le interese lo que debiera interesarle, no no y no (no  me diga que no lo pensó...). Ocurre que hay que tenerle una paciencia de santo, y el militante muchas veces se parece a un santo.

¿Es uno más inteligente que este fulano? Si, aparte de ser mejor persona. Sospecho que estas parrafadas no prefiguran una campaña electoral efectiva...

Hay que ir hacia el boludo decididamente. Hay alguno medio arrepentido, hay otro que confiesa su boludéz y ya es algo. Digamos la verdad: nunca se borrará lo que hizo. Pero puede haber atenuantes. ¿Sabe? acá tenemos que quedar frente a frente a los Otros, a esos que creen fervientemente que el individuo está por encima de la sociedad, que el Estado debe facilitar los negocios de los que pueden aprovechar las oportunidades, que hay ganadores y perdedores y la vida es una lucha salvaje que debe ser ganada por ellos. Quedar enfrente de la derecha, sin otro aditamento. Y ahí ser lo que uno es. No podemos seguir regalándole boludos a la Derecha Liberal.

Nosotros creemos en una comunidad organizada, por ejemplo. En una sociedad que nivele y que permita oportunidades para todos. Con la gente adentro, como se dice. De ahí la defensa de los humildes, ya que los poderosos se defienden muy bien solos.

Y volvemos con el cabezón... A él le conviene lo nuestro y no esto; diría más, que lo nuestro lo es también de él, aunque le aterre eso de formar parte de un colectivo que no sea una prepaga o una tarjeta de crédito. En algún lugar de su alma (tienen alma, se ha discutido y se llegó a la conclusión de que tienen) lo que anda pasando les hace ruido. No es lo que esperaban.

Vea, algunos esperaban que la Señora y su séquito no esté más. Cumplido. Que no juegue más  en política. Esa te la debo. Alguno muy jodido querría que el peronismo se haga pelota de una vez. Ya saben que no. Que no haya cepo y también cumplido, pero resulta que no compran  muchos dólares y antes tampoco. Que se eliminen las trabas a la producción por eso de los subsidios, el déficit del Estado y la inflación. Qué decirle, ve el tipo que ocurre todo lo contrario. Que no haya más corrupción... ¡madre mía!

Un buen día puede llegar a la conclusión de que la inflación no tenía nada que ver con esas cosas, con igualar, sino con el poder de los que quieren desigualar. ¿Mucho no? Si, vamos más despacio.

Mire, apostar a que la gente tenga guita en el bolsillo y gaste, que los fabriqueros fabriquen y le vendan cosas a esos y todo vaya enganchadito, genera alguna distorsión inflacionaria. Corregirla y vigilarla es la cosa. Sería un gran avance que se entendiera que un proyecto, modelo o cómo le guste, necesita continuidad y cambios al mismo tiempo. Que importa mucho lo que uno hace con un voto.

Deje los sentimientos por un momento, porque ese tarado seguramente es un familiar, un sobrino, una prima o un amigo. Gente que usté no quiere mandar a la mierda, aunque ya lo haya hecho. Deje eso de lado, se trata de hacer política y en política se aprende a sumar y a multiplicar. Son dos operaciones, no cuatro. Para llevar adelante un proyecto como el que teníamos en marcha hasta el '16 tiene que haber una masa convencida importante, y si no está convencida al menos que vea que le conviene. Muchos se irán convenciendo en el camino.

Usté sabe qué pasa si se quedan solamente los puros ¿no?, los que están consustanciados, esos de los que uno se cree parte siempre... Se facasa. Entonces, no falta el pelotudo que te diga "entonces qué, ¿hay que parecer de derecha?", ¿entonces hay que rebajar, hacer la que hacen algunos que los compañeros llaman traidores?

Claro que no. Hay que esperarlos en el camino y a veces, hay que ir a buscarlos a estos que son con el voto un mono con una ametralladora. Aceptarles que uno se equivocó también, aunque nunca sobre la identidad del enemigo (porque hay "enemigo"). Mire, yo le temo realmente a los talibanes del proyecto, esos que son incapaces de ver errores propios y tienen el índice fácil para señalar a los réprobos; nunca me llevé con el calvinismo político.

Dicho esto, uno vuelve y empieza de nuevo con el fulano. Las derrotas son así, lo más difícil es aceptar que ocurrieron. Necesitamos al boludo, necesitamos que deje de serlo, y él nos necesita.

A veces son un feo espejo, aunque el pecado de uno sea en este caso muy menor. Recuerde siempre: fue menos de un dos por ciento, no son tantos.

Acabo de releer esto y casi casi como que me voy convenciendo...


martes, 21 de febrero de 2017

BANCANDO ESTE...

El problema de las ideas siempre ha sido su encarnadura. La gente que lleva adelante esas ideas que nos desvelan, las traicionan o las masomenosean. El tema en el fondo, es esa gente.


Porque con las ideas, aunque a usté le parezca que no o que es un tema recomplicado, mire que nos hemos puesto de acuerdo en términos generales. Otro asunto es que haya más de una idea, o bien una docena de ideas, de cómo llevar el país adelante y hacia dónde. Cosas que se comenzaron a discutir desde que a unos cosos se les ocurrió que la colonia de tan ajena nos quedaba chica, o tal vez desde antes aún con eso de peninsulares contra criollos…

Proyectos de país, muy bien. El maniqueísmo militante le dirá a usté que siempre fueron dos. Macana, fueron varios; algunos se hicieron, otros a medias, alguno mezclaíto, y otros quedaron con un destino de papel y conforman el lejano horizonte móvil de la utopía (o la pesadilla).

Dentro del Federalismo había más de un proyecto fijese, ¿o se cree que Rosas, Dorrego, Quiroga o López por un decir, pensaban lo mismo? Cuando le tocó el turno a la “civilización” liberal y conservadora de nuestros Pudientes, también hubo distintas miradas… está por ejemplo, el river-boca de Sarmiento que quería farmers-ciudadanos cultos y politizados que a sus ansias de progreso emblocaran la construcción de una República democrática, burguesa e inclusiva para “los que corresponde”. Ahí le caía Alberdi con su “república posible”, de fulanos con derechos económicos (y jerárquicos) y algunos menos con derechos políticos también para arribar -algún día- a esa ansiada “república verdadera” en que todos seríamos iguales, desechados ya los que no debían estar.

La oligarquía hizo el propio y le fue bastante bien por un tiempo, mercado inglés mediante. Un par de reformas desafortunadas y les cae como un escupitajo en la torta el peludo Yrigoyen. Llegó la plebe y una nueva manera popular de hacer las cosas. Parecido en el fondo dirá alguno con razón, pero no lo mismo en absoluto. Acá empieza en serio el tema de la inclusión social en un proyecto político. Perón la rompe: proyecto industrialista, proyecto social, proyecto político y proyecto continental (¡quémáquerée!).

¿Daba lo mismo quién encarara cada viscisitud de los proyecto en juego? Siempre importó quien, porque el candidato no suele ser casi nunca el proyecto. Diría más, diría que las ideas no existen, existen las personas (y lo de las ideas es un subterfugio explicativo). Medio posmo, pueser…

Mire, a mi me parece que fue el peronismo el que mejor dio cuenta de todo esto. Tenía la necesidad, tuvo el hombre, se hizo el tiempo; y la doctrina se viene rumiando, más allá de que estuvo casi todo dicho en los cincuentas. Una idea potente que solo pudo ser derrocada, pero que para ser proscripta se debió prohibir a Perón. Y después, la idea en la Resistencia, la idea del Retorno, un Proyecto Nacional y la desencarnadura. Una idea tan potente que no pudo tener sucesión, aunque si relectura. Y de ahí los mil caminos posibles de la traición uno diría, pero tampoco, porque la traición es acción y no escritura.

El peronismo ha sido una idea versionada, de tanta encarnadura que se ofrece para. El mal llamado “kirchnerismo” ha sido la última novedosa versión de comienzos de siglo, como así también su experiencia exitosa de mayor duración (increíbles doce años, en un país fogueado en la lucha incesante por la dependencia). Y todo está abierto.

Volviendo... Vea que hasta para hablar del Cielo habría que hacer un repaso por Dios y sus ángeles. Eso que las ideas, los principios están por allá arriba y son los hombres los que los arruinan con ser parcialmente cierto, no deja de ser una acto de soberbia. ¿Quiénes somos nosotros para decir que no servimos para mierda? El hombre sigue siendo la medida de todas las cosas y que los ultrarreligiosos y los ultranaturistas se vayan al carajo (como el Alca). En fin, me acomodo el mechón,que ya no tengo sobre la frente, y voy terminando.

De ahí entonces la maravilla de las ideas, que sin nosotros no son nada. Somos su materia y su única posibilidad. Será por eso que las batallas culturales no se dan en los medios (como se podría creer), no nos tiramos con editoriales, nos tiramos siempre con gente. Y se le apunta siempre a la gente, más precisamente a la cabeza, aunque sin desmerecer el resto del cuerpo.


Bueno, andaba queriendo decir esto.