miércoles, 10 de agosto de 2016

oli(GARCAS)



Cuando un dirigente se preocupa solamente por sí mismo, se está transformando en un oligarca; algo así enseñaba Evita, algo así. 

Meritocracia; que ahora todo dependa de “vos”; el hablar en singular dirigiéndose a todos; la supremacía del esfuerzo personal; son todas características de un discurso que se contrapone a ese objetivo de que el pueblo sea feliz -y la patria grande- porque nadie se realiza en una comunidad que no se realiza… Cosas de oligarcas.

Por ahí en tren de confundirse, se piensa que oligarquía es solamente “vacuna”, y por lo tanto cosa del pasado. Ahora decimos “neoliberal”, cuando no “sectores dominantes” y bláblá, en tren de no poner “burguesía” y todo eso que suena a marxismo. En el peronismo, ser oligarca es una actitud, aparte de designar a un grupo privilegiado de privilegiados que detentan el poder. Uno puede volverse oligarca si olvida su pertenencia al pueblo, y eso es mucho más terrible que un manual de materialismo histórico.

Uno dice "la Oligarquía" y te aparece la Rural, los señores de galera, bastón y levita. Uno dice: han vuelto a gobernar los oligarcas, y aparece otra cosa. Aparece esto que nos pasa, porque han vuelto a gobernar los oligarcas, de la mano malagradecida de una coyuntural y pequeña primera minoría electoral. Bien, que es decir mal. En definitiva, no hay que hacerse tanto barullo con lo que tenemos enfrente. No es tanta gente, ni la mitad del pueblo. Es lo de siempre, desde que a una parte del pueblo se le ocurrió disputar el poder político (imagine lo que va a ser disputar un día el poder detrás del poder…). Han vuelto. 

Los oligarcas tiran la piedra y esconden la mano, venden gato por liebre, compran casi gratis y venden caro, producen plata propia con plata de otros, fugan, omiten, falsean, perjuran, expatrian. Y cuando conviene, blanquean algo. Mucha gente –no toda, ni todo el tiempo- les cree. Los siguen como en feisbuc, poniendo “me gusta” y peor aún, “me gustará” sin saber de qué se trata. Vea, los tienen encandilados, acaramelados, pasados por agua y tiernitos. A punto de caramelo. Y se los van a lastrar, también. Ocurre que los oligarcas son saqueadores, igualito que sus antepasados de dudosa nobleza que buscaban el Dorado y tuvieron que contentarse con mano de obra india y uno que otro monopolio y contrabando. Digo los de estas tierras y no del Perú o México, como digo los capitanes de la industria, la patria contratista y no la nobleza barroca. Oligarcas si, y también chapuceros. 

¿Qué se hace con esta gente?, digo con la oligarquía que gobierna. En principio, se les debe ganar en elecciones. No porque sea eso lo virtuoso, sino porque es el pacto que hemos aceptado todos. Aunque el gobierno se empeñe en bajar todos los días la calidad institucional, unificar los poderes y elitizar las oportunidades. Ya cuando el viento esté a favor (porque todo pasa), habrá que tocar la constitución para afianzar legalmente derechos y un proyecto nacional de país. Pero es cierto también que la democracia es lo que debe ser solamente cuando se da en favor del pueblo. Lo demás es cartón pintado y no sirve (lo de la república con minúscula se lo pueden meter en...).

Oligarca es un ser y corrompe un estar. El peronismo vino a terminar con la oligarquía que vive parasitando la Patria (suena a ese gauchesco peruca de fines de los cuarenta), porque la verdad es que el peronismo vino a desparasitar. Los oligarcas de toda índole lo saben, a veces mejor que muchos peronistas. 

Uno siempre termina preguntándose por los giros infinitos que da esa bala 22 loca que es la conciencia de los que se sienten de clase media, limpitos, meritorios, merecedores. Tanta tirria con el peronismo, que viene a ser el centro del asunto y el origen de la mal llamada "grieta". Aún los que no piensan en el peronismo o en clave política -a esos que "no me interesa la política"- sienten que tienen que sentir bronca con el peronismo. Los hay prejuiciosos y los hay mal bichos. Los primeros tienen remedio o tratamiento posible, los otros dan que pensar. Son los que necesitan sentirse más, a condición de que haya al lado uno que sea menos. Y necesitan votar a un gobierno que ponga las cosas socialmente en su lugar de acuerdo a la desigualdad. Ese gobierno tiene que ser de derecha. Ese fulano es un oligarca, lleva el veneno en el alma y puede ser cualquier vecino o vecina que se amuralla tras las rejas en los barrios buscando negros chorros en un triste imaginario sin imaginación. Y no ve ni por casualidad a los rubios chorros.

¿Quiere decir uno que todos los votantes del actual gobierno son oligarcas? No papi, no entendiste nada, se trata de describir y pensar, no de insultar a la gente. Demos una vuelta más a ver si se entiende.

A uno le gustaría que hubiera un montón de proyectos de país, de modelos. Pero hay dos probados en la realidad una y otra vez (más veces de un lado que del otro, si me explico). Por un lado esta cosa del populismo como le dicen bajando el precio, que hace base en la producción. Industrializar, reindustrializar, lo habrá escuchado. Insistir con los productos elaborados, las nuevas tecnologías, el valor agregado. Empleo lo más genuino posible. Balance fiscal. Desendeudamiento interno y externo. Consumo, mercado interno en expansión. Exportaciones no tradicionales y nuevos mercados hacia América Latina, Asia y Africa. Educación y en especial la técnica. Expansión de derechos. Suena, durante doce años sonó y cómo. El esquema es ese y es mejorable, tuvo un sinnúmero de malas aplicaciones y un enorme éxito. Negarlo es mentir y mentir mucho.

Por otro lado está el modelo basado en el crecimiento hacia afuera, mirando el mercado internacional como variable privilegiada. Base en mercados globales y el mundo financiero. Producción primaria, reprimarización de la economía, como boom para poder importar todo lo necesario. Endeudarse (y cobrar las comisiones), nacionalizar deudas privadas. Consumo moderado y segmentado, cuando no infraconsumo cosa de liberar productos para la exportación. Se mira la tasa de ganancia. Son los mercados y no tu mercadito. Se vende como una Argentina moderna, pese a que el esquema trata de consolidarse desde que Buenos Aires era un puerto inglés. En este modelo sobra gente, y como sobra en algún momento hay que darles un sopapo para que no jodan. 

En las últimas elecciones se optó por este último planteo. Y entonces volvieron los oligarcas... ahora viene eso de pagar las consecuencias. Del otro lado se aprende, en cada generación se aprende un poco más. En estos tiempos se nota quién es quién, quiénes van para adelante aunque se deba tomar caminos sin peajes y volver al barrio, eso de las bases y la política en chiquito para ir a la política en grande. Se ven los compañeros en serio y los dirigentes que sirven, y los que no. 

Buenas tardes. Y viva Perón.

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