lunes, 18 de enero de 2016

EN CAMPAÑA

Está la nota que hoy sale en Página 12, “Cómo llegó al suicidio Nisman” firmada por Leopoldo Moreau, con un análisis interesante y sumamente lógico, desnudando la trama de una conspiración que terminó en tragedia. Pero si nos parece tendencioso (a mi, aclaro que no, estoy de acuerdo con Moreau otra vez, quién lo diría), dejémos la nota. No le hagamos caso.


Lo concreto es que se cumple un año del inicio de una feróz campaña “política” para sacar al gobierno kirchnerista de escena, desprestigiarlo, borrarlo del mapa y evitar que lo sucediera uno de igual o similar tenor. Si esa fue verdaderamente la intención, objetivo conseguido.

Y esa fue la intención. Nisman, el fiscal que salió con una insólita denuncia de complicidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con Irán para el ocultamiento del atentado a la AMIA, está muerto hace un año. Fuera por un suicidio, la eventualidad improbable hasta ahora de un asesinato, o la figura difícil pero que a la mayoría nos cierra de un suicidio inducido, la cuestión que ese hombre, está muerto. Lo usaron en vida, usan su muerte. Aclaro que me importa un bledo la cuestión de la moralidad de Nisman, lo de la guita mal habida, las putas, y etc etc etc. No tiene que ver con saber qué pasó con su muerte, en tal caso tendría que ver con él como persona y como funcionario y eso es otra cuestión.

Seguramente hay ingredientes internacionales, necesidades de culpar a Irán en vísperas de un acuerdo nuclear con los Estados Unidos (hecho que realmente ocurrió, el del acuerdo). Pero también había necesidades locales. No jodamos, la idea era y es que la gente se convenciera que Cristina Kirchner había mandado matar a Nisman por la denuncia en su contra. Y hay gente convencida de esto, así como del odio irracional que le profesan a la ex Presidenta. Una clase peligrosa de gorilismo, porque está contra toda prueba, se basa solamente en los indicios que da la rabia, la frustración y cierto avanzado estado de inclinación hacia el autoritarismo político.

El actual gobierno de derecha que ha ganado las elecciones ¿continuará usando la muerte del fiscal contra el gobierno anterior? ¿necesita de algo así para consolidarse? Yo creo que no, pero la tentación es enorme. Hay una necesidad cuasi “vital” en perseguir (y que no se note que se hace adrede) al gobierno de Cristina F. de Kirchner. Necesidad de ensuciar al kirchnerismo, de basurearlo para que no sea una alternativa a futuro. Que sólo sea un mal recuerdo en pasado. La derecha busca ascender sobre los despojos del último peronismo, casi un clásico.

Hemos lamentado la muerte de Nisman, sin hipocresías. Primero porque a uno no le gusta que la gente se muera, que la mueran, que la obliguen a morirse. Segundo, porque era una operación en contra de los peronistas y del kirchnerismo. Tercero, porque era la antesala de una campaña despiadada y feróz que podía dar sus frutos. No los dio por eso, pero quedó flotando el prejuicio.

A los que usaron la muerte de Nisman, les importa un carajo Nisman. No tengo ninguna duda.


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