viernes, 18 de septiembre de 2015

EN BUSCA DEL GOLPE PERDIDO



“La oposición política ha iniciado una campaña agresiva destinada a deslegitimar la victoria electoral del Frente para la Victoria y principalmente en los distritos electorales en donde la diferencia electoral ha sido contundente con el objetivo de afectar la confianza de la ciudadanía y la credibilidad del sistema democrático.”

Así comienza la declaración del Partido Justicialista* de hace unos días. Esto que allí se dice es producto de una larga historia…

Se había perfilado ya con la marcha de Blumberg; las velas pidiendo Seguridad en una verdadera marea capitalina enfrente del Congreso. Eran los primeros tiempos de Néstor, de una paciente construcción de legitimidad –impúdicamente negada por una segunda vuelta que no fue- de una debilidad de la figura presidencial en el país del presidencialismo. Fue la primera pompa de jabón que flotaba en el aíre con visos de tragedia en varias marchas, hasta que se fueron desinflando. Porque parece que los “portadores de la conciencia cívica” no suelen perseverar en sus acciones políticas, sobre todo si se trata de ganar la calle.

Uno podría decir que un punto de inflexión el conflicto con “el campo”. Partamos de ahí, cuando una fiebre ruralista atacó a muchísimos ciudadanos urbanos cuya mayor cercanía con la tierra y su producción eran un par de macetas medio olvidadas en el balcón de 2x1. Así las cosas vimos plazas con gente de gesto airado, chacareros flanqueados por Señoras Bien (oligarcas barriales del subdesarrollo), partiditos de izquierda haciendo de guardia de corps de dirigentes de la nueva aristocracia sojera de la Mesa de Enlace. Aparecieron los primeros “andate yegua” y vúlgatas por el estilo. Hasta uno tuvo los disgustos caseros de enfrentarse con parientes y amigos (algún progre que apareció con un cartelito de “estamos con el campo” en el parabrisas del auto) y quedar reducido a la nada, al escarnio. Todo se volvía negro en aquellos días. Carta Abierta –haciendo sus primeras letras de combate- inventó el concepto “destituyente” que pegaba bien donde tenía que pegar, pese a su liviandad.

Después vinieron en paralelo varios casos… 

Moreno en el ojo de la tormenta siempre, por su particular estilo que vieron como “autoritario” (eufemismo que va por “fascista” y que a su vez va por el eufemismo de fondo por el bárbaro concepto de “peronista”, a la usanza de la Unión Democrática), perdiendo de vista de qué manera ese Funcionario les(nos) cuidó los bolsillos durante años, amén de establecer reglas en el país de “hagamos cualquiera”. 

Boudou, claro, Boudou el culpable de todas las iniquidades: tráfico de influencias, “aprete” a honestos empresarios, apropiación de una empresa dedicada a la fabricación de dinero. Condenado desde el primer momento, aún cuando la Justicia no terminó el asunto (pero claro, eso no importa un carajo). 

De Vido, otro condenado al que han dejado un poco ahora pero que fue una de las primeras obsesiones de la Fiscal de la República Carrió. De Vido, que según amigos había comprado hasta una pizzería en Miramar para lavar dinero (porque lo decían los que saben todo y no se veía que fuera mucha gente al comercio). 

Todos grandes chorros, continuadores, pero que digo continuadores, superadores por varios cuerpos del gobierno del Innombrable. Porque hay pelotudos que no pueden decir “Menem” (¿son más opositores por eso? y disculpe compañero si no puede nombrarlo, entienda que no pensaba en usté). Es decir que el remate y afano de las empresas del Estado, la entrega del país al imperialismo yanqui y la más tremenda traición al peronismo de Perón, son tres boludeces al lado de los que hizo el kirchnerismo. Entiendo.

Con la “inseguridad” medio que la cortaron porque, o hay más seguridad y/o no garpa mediaticamente como antes. Entonces… ¡se sublevó la Policía! Porque hay que ver lo que ganaban, ellos que exponen su vida. Fiebre de rebeliones de policías provinciales para fin de año, lindo, dejando ciudades sin protección y a merced del chorraje que previamente los mismos promotores convocaban. Hermoso. Fue el quilombo máximo porque me olvidé de los fines de año en el que todos los pobres tenían un hambre inusitado y trataban de saquear supermercados. Algo así como reactualizar el 2001 (para provocar el helicóptero) aunque lo afanado, perdón, saqueado fueran artículos de primera necesidad como LCD de 32 pulgadas en adelante, cajas de whisky, computadoras y así. 

Renglones aparte merecen los “cacerolazos” cuando se cortó la compra indiscriminada de dólares o cuándo detuvieron la rerre que la Presidenta jamás pidió ni quiso (y pensar que algunos idiotas útiles de este lado aún lo creen). Aún el ucedeísta Massa reclama el liderazgo de la lucha que dio como resultado que no hubiera reforma de la Constitución, que no podía haber y nadie intentó hacer. Cacerolazos de gesto airado una vez más, de ignoradas sirvientas del poder (es genérico humano, no femenino porque la boludéz no distingue hombres de mujeres), de desagradecidos y contrariados, y algunos bienintencionados arrastrados por la marejada mientras le pasaban al lado los gurkas de Biondini y la Pando.

Este año, el último de la saga (al menos de esta que tuvo 3 temporadas de gran éxito) comenzó con la denuncia escandalosa del fiscal Nisman, esa que afirmaba sin ningún fundamento que la Presidenta y algunos de sus ministros habían armado una conjura para sacar a Irán del caso AMIA. Y como todos sabemos, acto seguido Nisman apareció muerto en el baño de su dpto. de Puerto Madero. Gran conmoción, claro si lo había matado la Presidenta. Y nuevamente los iracundos en la calle, esta vez de paraguas porque les llovió tremendamente, siguiendo a unos fiscales de dudosa honestidad y antecedentes. ¡Pero qué importa!, si todo aquel que se oponga a la dictadura K es automáticamente un santo, un cruzado de la libertad y la República. Aunque en verdad sea cualquier cosa.

Hay más, uno no puede acordarse de todo, tenerlo todo presente. Están las corridas cambiarias, el dólar blue, las mil y un truchadas financieras… Creo que nunca, salvo quizás el gobierno de Perón, nunca un gobierno fue tan denostado, insultado, maltratado, acosado, golpeado, operado como éste. Pero lo insólito, salvo el gobierno de Perón, es que ningún otro se defendió tan abierta y claramente, no retrocedió, no cedió, no se bajó los lienzos, y fue resueltamente para adelante subiendo la apuesta ante cada arremetida.

Ahora es el fraude. Parece que las elecciones argentinas siempre fueron fraudulentas, y la mejor prueba es que nunca ganó por derecha la derecha. Le tocó actuar al Grupo de Tareas de la Sala I en lo Contencioso Administrativo de Tucumán anulando unas elecciones que podrían ser cuestionadas por temas que no hacen al resultado ni lo desvirtúan. Pero claro, qué importa. Habrá fraude en Chaco, hubo fraude con cualquier método de votación utilizado si el ganador es el gobierno (el Frente para la Victoria). Y habrá fraude el 25 de octubre en el caso de que los 10 puntos que saque nuestro candidato Scioli por encima del conservadorliberal Macri sean 10 y no 15. Forzar una segunda vuelta de todos contra los corruptos, que somos nosotros, que sos vos que estás leyendo esto, que es el pueblo peronista y el pueblo que aún no siéndolo banca absolutamente este proyecto nacional, popular y democrático.

Vuelvo al documento del Partido Justicialista, prestá atención:

(…) “No cabe la menor duda de que su fin último es intentar una suerte de voto calificado o que la gente no vote, porque esa es la única manera en donde pueden evitar una derrota electoral. Gran parte del arco opositor adhiere a políticas neoliberales que destruyeron los cimientos del país y durante nuestro triste pasado de dictaduras militares alimentaron con cuadros políticos los gobiernos autoritarios.”

“Son los mismos que se llenan la boca hablando de democracia, de república, de calidad institucional pero cuando les toca gobernar reprimen al pueblo, cercenan sus derechos, reducen sus salarios y condenan al pueblo a la frustración y desesperanza.”

 (…) “…los partidos políticos, organizaciones sociales y movimientos sociales que formamos parte del Frente para la Victoria repudiamos las maniobras de la oposición tendientes a desacreditar los resultados electorales que constituye el preludio de un golpe de estado si no son favorecidos por el voto popular.”

(…) “Estaríamos retrocediendo a las etapas más oscuras de nuestra historia, a las que estamos seguros, la inmensa mayoría de los argentinos no quiere ni va a volver.”

No quiere ni va a volver. No quiere ni va a volver. Queremos una Patria Justa, Libre y Soberana. Y la vamos a apoyar con las mayorías en votos, en la calle, siempre. Porque a nosotros nos sacan solamente por las urnas o a los tiros. 

 
* Documento del Consejo Nacional Federal del Partido Justicialista; solicitada en Página 12, 14-09-2015, pág. 11.



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