martes, 26 de agosto de 2014

PATRIA O.



En un país que puede armarse con consignas marketineras, ocasionalmente efectiv(istas)as, sentidocomuneras, sensatas, huecamente lógicas, que caen por su peso y tapan tanta oscuridad; en un país pensado turísticamente o fastidiosamente, depende… 


En un país así –que bien podría ser el nuestro y no nuestro-, qué lugar tendrán las otras consignas que derrochaban sentido –no común- incómodo, urgente, maldito, inquieto, con cansancio de abusos y abusos. Y abusos.


Patria o Buitres, dicen y lo pegotean en carteles. A alguien le molesta, pero no por los “buitres” que, en todo caso, pasa como exabrupto descortés, chicana, insulto, porque no hay forma de decir educadamente “buitre”…y “hold out” quiere decir otra cosa (no es la forma fina de decir el contundente Buitre). Entonces va, la consigna marca la cuestión y también la situación. 


Lo que molesta, lo que les molesta es la palabra “patria”. Patria, eso que tenía sentido y mucho sentido en todas las épocas. Pero no para todos. Patria divide, Patria acusa, Patria te pone de un lado o del otro. Patria es así, jodida.


Es por eso que Patria si y Colonia no. Porque Patria excluye, al mismo tiempo que incluye. Patria no es para todos. Patria es para patriotas. La Patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas (razón de vida de la chica del rodete rubio que ladra al norte y enjoya al sur). 


No es la de los pater familiae, no la de las familias patricias, aunque si la de los Patricios que dieron un golpe de estado contra un virrey. 


Y esta gente nuestra que ahora, en un afán de abrazo, te dice que la Patria es el Otro. Otros, no yo. Otro, no cualquiera. Algunos creen que la Patria es otra, no ésta. 


Antes se dijo Patria o muerte. Epoca brava, Patria brava. Patrias cuarteadas en fronteras de una Patria perdida, enormemente soñada desde abajo del río Bravo hasta las Malvinas. 


Contenido de Patria, la libre o muerta, jamás esclava.


Resulta relativamente fácil comprender lo de Buitres, para quien quiera entender y ande bien de memorias, a quien no le patine el pedal demasiado y pueda ponerse a recordar lo que hace poco se había hecho con la Patria. Por eso -cuando alguno hace ese truco de pensar- nos previenen sobre lo malo que puede ser la lógica “amigo-enemigo”, deseando que “enemigo” sea un término a olvidar y un concepto a no tener en cuenta. El enemigo no existe, señores. Una Patria con adversarios circunstanciales, sin contradicciones fundamentales, sin tensiones estructurales. Sólo con el problema de la corrupción, la delincuencia, la droga y la mala política. Sólo eso. 


El Buitre viene a ser el enemigo. El Enemigo un buitre. Si se piensa un ratito, se entiende. La historia de la Patria está llena de enemigos, que no pueden dejar de existir por los tantos decretos del olvido.

Lo difícil es la Patria, como siempre. Lo que cuesta, lo que obliga, lo que inquieta. 


Detenida-desaparecida por la derecha (infame). Soltada por lo que no aguantaron y necesitaban una escusa tras la cual esconderse. Buscada incansablemente por anónimos patriotas. Encontrada de a ratos. Amada en silencio y también a los gritos. Recuperada. Aferrados a la Patria, sin condiciones, sin promesas, sin vergüenza, sin límites, al borde de la desesperación. Pasional y tercamente. 


Hasta la victoria siempre, Patria.


Cuando se sintió esto, lo demás no importó nada.

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