Cristina Fernández -la(mi) compañera Presidenta- cumple dos años de mandato. Tuvo que hacerse cargo de la más alta magistratura en momentos en que casi todos -salvo los que aún permanecen secuestrados en la exclusión social- no recordaban ya la humareda del 2001, los muertos, el corralito, la falta absoluta de esperanza, los créditos impagables que obligaban a entregar campos y propiedades, la brutal desocupación, el desamparo de un Estado Ausente.
El olvido se vincula seguramente con la pesada herencia recibida del anterior mandatario: una Corte Suprema recuperada de la postmodernidad, la generación de casi 4 millones de puestos de trabajo, el blanqueo de muchos trabajadores por años en negro, la jubilación para un millón y medio de postergados cuyos empleadores habían evadido la contribución previsional, la promoción concreta de los derechos humanos, la recuperación económica sobre bases sólidas sin déficit fiscal y sin transfusiones del FMI, el fortalecimiento del sistema jubilatorio terminando con el saqueo de las AFJP, la recuperación de empresas privatizadas que volvieron al patrimonio nacional. Y más (siempre son injustas las enumeraciones).
Quedaban sin embargo muchos compatriotas a la deriva, porque el bombardeo neoliberal de los dictadores, los blandos y los traidores había sido intenso, bestial, concluyente. La patria destrozada, no obstante, no salía en los noticieros, sólo cuando irrumpían los pocos excluídos que se organizaban y cortaban una avenida. Había muchos "comedores", planes, plancitos, migajas de un gran pan que ya no se horneaba en el país. Había también mucha indolencia, mucha incredulidad. El último mandatario y la actual no vieron algunos nubarrones amenazantes. El país crecía a 9 puntos por años, se agregaban al derecho y la ciudadanía muchos argentinos todos los días. No vieron que los inútiles (y sus amigos, los hijos de puta) -los que gobernaron sin derecho y con derecho pero sin sensibilidad ni capacidad- esperaban el hueco para abrir una brecha y entrar por todo. Esta vez habría que apelar a debilidades del alma, ya que los números suelen ser imbatibles.
Había que parar a los gobernantes que nos recordaban permanentemente el gobierno que hubiera podido ser el de Cámpora y el de Perón si la tragedia y la noche no se hubieran enseñorado de todos. Y un día, alguién le puso nombre al plan: 125. A tres meses de esta Presidente irrumpió en marcha palermitana la cobardía militante. El terror de la "clase media", la progre y la otra, ambas dos que volvieron a ser ese jamón pestilente del sandwich: impotencia de no ser de arriba, pánico de caer con los de abajo. Y fue la "defensa de la república" por no decir "viva el cáncer". Nuevas consignas, viejos temores, antiguos odios. La estupidéz suele hacer de comparsa a la maldad.
Pero no la pudieron parar. Siguió gobernando y todos lo sabemos. Ley de Servicios Audiovisuales, Asignación familiar para expulsados (subsidio por hijo, dicho injustamente), Reforma política. Y más cosas chicas que no salen en ningún medio de los sensatos (si en los blogs). Mucho trabajo, mucho gobierno.
Van seis años en que muchos recuperamos las ganas, volvimos a creer y a defender a un gobierno. Este oficialismo no es de tontos que disimulan los problemas y los errores, sino de los que comprendemos que la dirección tiene que ver con aquel proyecto nacional y popular después de tanta interrupción y contrabando. Por eso es necesario a veces, volver sobre cuestiones identitarias, ideológicas y doctrinarias y separar paja de trigo (no de soja) y decir que si apoyamos a Néstor y Cristina es porque representan, en clave de esta época, el proyecto nacional y la posibilidad de la Comunidad Organizada que nos legó Perón y Evita. Por peronistas, porque este es un gobierno peronista. Hablábamos entre compañeros el otro día de esto. Dejemos el rótulo "kirchnerismo" para la progresía y los medios buscamugre.
Dos años difíciles. Dos años más. Y lo que sigue. La nueva oportunidad se está aprovechando. Por eso bancamos.
El olvido se vincula seguramente con la pesada herencia recibida del anterior mandatario: una Corte Suprema recuperada de la postmodernidad, la generación de casi 4 millones de puestos de trabajo, el blanqueo de muchos trabajadores por años en negro, la jubilación para un millón y medio de postergados cuyos empleadores habían evadido la contribución previsional, la promoción concreta de los derechos humanos, la recuperación económica sobre bases sólidas sin déficit fiscal y sin transfusiones del FMI, el fortalecimiento del sistema jubilatorio terminando con el saqueo de las AFJP, la recuperación de empresas privatizadas que volvieron al patrimonio nacional. Y más (siempre son injustas las enumeraciones).
Quedaban sin embargo muchos compatriotas a la deriva, porque el bombardeo neoliberal de los dictadores, los blandos y los traidores había sido intenso, bestial, concluyente. La patria destrozada, no obstante, no salía en los noticieros, sólo cuando irrumpían los pocos excluídos que se organizaban y cortaban una avenida. Había muchos "comedores", planes, plancitos, migajas de un gran pan que ya no se horneaba en el país. Había también mucha indolencia, mucha incredulidad. El último mandatario y la actual no vieron algunos nubarrones amenazantes. El país crecía a 9 puntos por años, se agregaban al derecho y la ciudadanía muchos argentinos todos los días. No vieron que los inútiles (y sus amigos, los hijos de puta) -los que gobernaron sin derecho y con derecho pero sin sensibilidad ni capacidad- esperaban el hueco para abrir una brecha y entrar por todo. Esta vez habría que apelar a debilidades del alma, ya que los números suelen ser imbatibles.
Había que parar a los gobernantes que nos recordaban permanentemente el gobierno que hubiera podido ser el de Cámpora y el de Perón si la tragedia y la noche no se hubieran enseñorado de todos. Y un día, alguién le puso nombre al plan: 125. A tres meses de esta Presidente irrumpió en marcha palermitana la cobardía militante. El terror de la "clase media", la progre y la otra, ambas dos que volvieron a ser ese jamón pestilente del sandwich: impotencia de no ser de arriba, pánico de caer con los de abajo. Y fue la "defensa de la república" por no decir "viva el cáncer". Nuevas consignas, viejos temores, antiguos odios. La estupidéz suele hacer de comparsa a la maldad.
Pero no la pudieron parar. Siguió gobernando y todos lo sabemos. Ley de Servicios Audiovisuales, Asignación familiar para expulsados (subsidio por hijo, dicho injustamente), Reforma política. Y más cosas chicas que no salen en ningún medio de los sensatos (si en los blogs). Mucho trabajo, mucho gobierno.
Van seis años en que muchos recuperamos las ganas, volvimos a creer y a defender a un gobierno. Este oficialismo no es de tontos que disimulan los problemas y los errores, sino de los que comprendemos que la dirección tiene que ver con aquel proyecto nacional y popular después de tanta interrupción y contrabando. Por eso es necesario a veces, volver sobre cuestiones identitarias, ideológicas y doctrinarias y separar paja de trigo (no de soja) y decir que si apoyamos a Néstor y Cristina es porque representan, en clave de esta época, el proyecto nacional y la posibilidad de la Comunidad Organizada que nos legó Perón y Evita. Por peronistas, porque este es un gobierno peronista. Hablábamos entre compañeros el otro día de esto. Dejemos el rótulo "kirchnerismo" para la progresía y los medios buscamugre.
Dos años difíciles. Dos años más. Y lo que sigue. La nueva oportunidad se está aprovechando. Por eso bancamos.
y yo. creo que debe haber sido el voto mas acertado de toda mi vida.
ResponderEliminarabrazos , marquesito
que invisibilizada que está la acción de gobierno... es desesperante
ResponderEliminarGuille
Impecable, compañero. Tan contundente que da más orgullo todavía
ResponderEliminarYo también la banco a esta presidenta. Y por supuesto, la voté.
ResponderEliminarBiolcatti y el colorado decían que los K no tomaban conciencia de la pérdida de las elecciones. Pero... es que no perdimos compañero!!! Fueron elecciones legislativas, que se cuentan los votosd pòr secciones electorales. Pero a nivel nacional, si hubiera sido elección presidencial, la Cris volvia a ganar... la sumatoria de todos los votos del FPV fue mayor a los demás.
Nos engañan para bajopnearnos. Fijate ahora que la oposición dice que han operado en el Congreso para quie los K no tengan mayoría. Y eso es mentira. Éramos la 1º minoría, pero no mayoría... Y hoy, en el discurso de los ruralistas, he visto que ellos se adjudican el 70% de voto opositor al Gobierno ¿has escuchado algo más ridículo? QWuiero verlos operar a ésos todos juntos. Porque hicieron la más fácuil que es quejarse y renegar. Pero a la hora de consensuar las mejoras para nuestro País, se van a comportar como la bolsa de gatos que son. Más de uno va a salir arañado ¿no creés?
Celebro que hoy, 10 de diciembre cumplimos 26 años de democracia ininterrumpida. Y eso es un logro.
Saludos