"(...) la Argentina durante
mucho tiempo fue un ejemplo de cohesión social, hasta que en 1976 vino la larga
noche de la dictadura militar complementada con las políticas neoliberales de
los años 90, donde decía bien nuestro amigo presidente de Ecuador no sé qué
mano invisible nos prometía que el país iba a crecer y después el vaso iba a
desbordar y a llegar a todos los sectores. Obviamente no desbordó el vaso, no
llegó la mano invisible y transferimos riquezas a los lugares concentrados de
la economía de un modo muy fuerte, cosechamos pobreza, indigencia, destruimos
toda nuestra estructura productiva, toda nuestra industria, fue durísimo."
"(...) Nos estamos tratando
de recuperar, la verdad que cuando empecé mi gestión le comentaba al presidente
Lula y a otros presidentes que ya estaban, como Lagos, que tenían experiencia,
que no podía creer que la Argentina tuviera el 60 por ciento de pobreza. Hoy
cuando me toca ya terminar mi mandato todavía tenemos un índice muy grande que
es del 23 por ciento de pobreza, pero en cuatro años y medio pudimos bajar el
37 por ciento la pobreza, generando políticas que tiendan al desarrollo, con
autonomía en la globalización, la construcción de un proyecto nacional, la
construcción de un modelo nacional, integrado al mundo por supuesto, pero con
sus perspectivas, con políticas de inclusión social, con políticas de
redistribución del ingreso, teniendo en claro que hay un modelo neoliberal y la
pobreza no es un problema de eficiencia o ineficiencia, o falta de políticas
sociales, es un problema de modelos. Debemos tener un modelo inclusivo de
distribución de la riqueza, de desconcentración de la economía, construir un
modelo industrial en convivencia con la producción y el campo, pero un modelo
que tenga fuertes raíces industriales; construir un proyecto educativo fuerte,
como lo estamos haciendo en la Argentina, hemos destinado hacia el 2010, año
del Bicentenario, el 6 por ciento del Producto Bruto Interno; tenemos que
gobernar por propia decisión nacional."
Así hablaba, estas cosas decía en
el país, América y el mundo. Y lo mejor, las hacía. La verdad es que la mayoría
no lo conocíamos, fue una verdadera sorpresa. Lo votamos en un acto de fe,
chamuscados ya de tanta palabrería y tanto traidor. Lo votamos pocos y ganó
así, poquito, en el medio de una crisis que se había llevado puesto todo. Le
tocó la reconstrucción, y vió que parece ser que es el karma de todo peronista
en serio (porque los que no son en serio o se olvidaron, van de fiesta tirando
manteca al techo y entregándose al enemigo).
Pero él no. Así, desgarbado y desprolijo. A las
apuradas y con quien estuviera, iba para adelante y después vemos. Teníamos que
salir de un infierno, al menos para quedar en el purgatorio. El cielo quedaba
para la revolución justicialista inconclusa que se hace y se deshace como
nuestra historia. El flaco no tenía tiempo, y ninguno de nosotros sabía qué tan
poco tiempo.
Se le dio por escribir la
historia con una bic negra. Se le dio por zambullirse entre la gente, se le dio
pedir perdón por los pecados de otros, garpar las deudas de otros, sacarle
lustre al bronce que otros habían llenado de mierda.
Y fue el que trajo la segunda
oportunidad. Quedaban lejísimos los gobiernos de Perón, y el último, terminado
de golpe y a destiempo nos había dejado huérfanos. Teníamos en el pasado casi
fresco una dictadura feroz; teníamos muchas promesas incumplidas y después, la
chantada y la traición, el coqueteo con los liberales y la libertadora... nos
habían llenado de vergüenza.
Una madre abanderada de los
humildes en el corazón, un Padre Eterno en el cielo, un Tío lleno de honra que
se llevó el cáncer (también), tantos hermanos como espectros. No sabíamos, cómo
podíamos saber que nuestro hermano mayor venía caminando desde el sur...
Se hizo cargo. Nos levantó de
golpe, nos hizo acordar de todo. Era un sueño extraordinario verlo gobernar.
Era raro y maravilloso vivarlo, encontrarlo en medio de la plaza, estrechar su
mano y que se te quede hablando unos segundos. Quedó dueño de una alegría contagiosa
y también de todas nuestras lágrimas.
Lo tuvimos siete años, casi como
a Evita la tuvieron esos peronistas de las patas en la fuente. Pero Este nos
tocó a nosotros. Cuando a uno le devuelven así la esperanza es para que la
cuide, para que no vuelva a perderla porque el fulano, no la perdió nunca.
"Yo soy un militante
político, comprometido desde siempre y voy a seguir trabajando fuertemente por todas
estas cosas que creo, como sé que lo hacen muchos otros ex presidentes y lo
tienen que hacer con la misma fuerza que lo hacían cuando eran presidentes.
Porque se es presidente en un tiempo de la historia nada más, pero se es
ciudadano argentino, latinoamericano o del mundo, permanentemente, y hay que
trabajar permanentemente por esos ideales y las convicciones que uno tiene.
Porque con esos ideales, esas convicciones y esas experiencias podemos
construir un mundo mejor y podemos dar las respuestas que buscábamos cuando nos
incorporamos con fuerza a la política, creyendo que este mundo se podía
cambiar."
Así es, querido Presidente.
Compañero.
*Las citas son del
discurso del Presidente Néstor Kirchner en la Cumbre Iberoamericana de Santiago
de Chile; 09-11-2007; "Discursos del Presidente Néstor Kirchner 2003-2007
(2da parte); Cuadernos de la Militancia ° 3; Ediciones Punto Crítico; Buenos
Aires; 2011.
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