"Me preguntaron cómo viví el 11 de marzo de 1973. Me tocó ser
fiscal de mesa y recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al
fraude que la orden que teníamos era subirnos a los camiones que transportaban
las urnas para cuidarlas hasta que se terminara de revisar el último voto. Era
el 11 de marzo del 73, una generación de
argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de
construir un nuevo país. Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar
tantos dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que
trabajaba por una Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde
no sea un pecado pensar, una Patria con pluralidad y consenso como el que
tenemos hoy aquí, que el hecho de pensar diferente no nos enfrenta sino por el
contrario, nos ayuda a construir una Argentina distinta."
Escuchar a Perón en vivo desde la
Plaza en las columnas de la JP. Soñar con algún día...
Vivir todo lo que había que vivir
en esos extraordinarios días en se hacía historia todo el tiempo, en que se
aprendía geografía agarrando los internacionales de los diarios, cuando los
cuadros políticos surgían militando y se hacía y se discutía y se hacía. Aún
con cosas entendidas a medias o digeridas a medias también, haciendo palanca
con las contradicciones para ir más rápido, más fuerte. Era porque la Patria
estaba a la vuelta de la esquina y cruzando la calle la segunda y definitiva
Independencia. ¿O no era así?
Y cuando lo bravo se puso
imposible de raje al conocido Sur, el que supo albergar las raras utopías desde
el mismo paisaje. Con un plan también imposible que sería meticulosamente
cumplido desde la Básica hasta la Gobernación. Una historia más del peronismo
del Interior (que es para Buenos Aires el resto del país, sin discernir regiones ni
puntos cardinales) y que nos llegó mucho más tarde.
Porque tras la dictadura, la
democracia y otras desgracias que trae el voto tan pisado por las botas. El
neoliberalismo nos fue haciendo cría debajo de las uñas, así casi sin darnos
cuenta más allá de alguna molestia pasajera. Y el adormecimiento ese que te va
tumbando y no te das cuenta de que se trata de la derrota.
"Salen con lentes, con cara de serios, con corbata, queriendo
mostrarse como si fueran grandes pensadores de la vida nacional. Qué razón
tenía Jauretche en su libro 'Zonceras argentinas': creen que porque se juntan
cinco, ponen cara de serios, se colocan anteojos, cara de pensadores y dicen
hay que hacer con la Argentina esto y esto. Nosotros los conocemos porque lo
vimos, nos dijeron durante toda la década del 90: tengan paciencia, esperen que
el vaso va a derramar. Derramó en hambre, en exclusión, en olvido queridos
amigos y amigas."
Nos esquilmaron (de nuevo), nos
pasaron por arriba sin tanques, nos hicieron mierda pero bien mierda. A veces
uno imagina otro bombardeo como el del '55 con los compañeros y la gente
corriendo por la plaza, pero casi peor porque no son tres pasadas de aviones
canallas, son pasada tras pasada tras pasada del sentido común de los que la
juntan en pala siempre. A costa de uno, a costa de la gilada que quedó sola y espera. Como
cráteres que van quedando de un bombardeo fantasmal y efectivo, porque nadie
cree que haya ocurrido, y sin embargo...
la gente queda viviendo en los charcos que se forman en los agujeros sin
trabajo, sin vivienda, sin morfi, sin escuela, sin desayuno, sin futuro, sin
presente.
Los que sobran. Los que ya no van
a tener un trabajo, los que no se van a levantar temprano, para los que el país
ya no tenía dignidad que darles. Y bué. En la Capital se recuerda por el
golpeteo zombi de martillos en la puerta magnifica del Bank of Boston (uno de
los estafadores, no el único), las colas crispadas de los
devuelvannosnuestrosahorros. Y más lejos el humo de las gomas ruteras, las
ollas de guisos revueltos con un palo por
gente bajo un capote de plástico en la lluvia. Argentina pobre,
miserable, afanada.
Los bancos se salvan, se sincera
la economía, te rebajan el sueldo a un tercio, y se vuelve a la vida. Se llama
ajuste, y sirve para salir del desbarajuste. Hasta parece que va a clarear y se
arma un zafarrancho en el puente Pueyrredón. Dos muertos más, sumados a la pila que había
dejado el presidente que se fue a dormir la siesta.
Ahí apareció Néstor. Así, llevado
a los empujones de los que quisieron(quisimos) que la cosa no quedara en un
ballotage entre Ménem y López Murphy. 22,5. Poco. Nuestro ground zero. Lo demás
lo sabés porque lo viste. Lo viste a Néstor remar en dulce de leche en el club
de regatas del desierto argentino. Ahora parece que nunca ocurrió. Qué pronto
se olvida el infierno y al tipo que te contaba los peldaños que íbamos subiendo
para salir, de a uno. Sobre todo porque no había muchos en los que confiar y
menos aún a los que elegir. Había pasado cada cosa...
"Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las cosas que
defendemos, nos quieren hacer sentir a veces que son posturas que deben ser
'revisadas' en nombre de la supuesta racionalidad. ¿Qué es la racionalidad,
amigos y amigas, compañeras y compañeros? ¿La racionalidad es bajar la cabeza,
acordar cualquier cosa pactando disciplinada y educadamente con determinados
intereses, y sumar desocupados, sumar y sumar argentinos que van quedando sin
ninguna posibilidad? ¿O la racionalidad es trabajar con responsabilidad,
seriedad, con fuerzas para abrir las puertas de la producción, del trabajo y
del estudio para todos los argentinos? Yo quiero adherir a este tipo de
racionalidad, es la única racionalidad viable que nosotros tenemos para poder realizarnos."
Se hizo como se pudo y se pudo
mucho. Porque a medida que uno va viendo y creyendo, se pone siempre el
horizonte más allá, se pide más de lo que se imaginaba cuando se había perdido
la imaginación. No era un hombre providencial, claro que no. Era al único que
teníamos cuando ya no tuvimos nada.
"Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de
los cuadros, tenemos que volver a valorar la política y no queremos que se
repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende a acordarse de los
amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones electorales."
"No queremos ayudar a conjugar a que todo el mundo nos diga que
sí, a tener tropas 'disciplinadas', como se estila. Queremos tener compañeros
que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que
ayuden a equivocarnos lo menos posible."
Algunas cosas quedaron para
después, otras se pudieron. Con todo, es cierto eso de que "algún día tus
hijos y los hijos de tus hijos te preguntarán por él". Porque vos lo
viste, como yo y no vamos a olvidar nunca. Y también porque después vino
Cristina.
La historia a veces se toma
descansos, hasta de a ratos se cansa y la gente se va perdiendo por ahí. Qué se
yo, no hay una línea que siempre avanza. No hay un plan. Está el pueblo,
estamos nosotros y somos gente difícil...
Pero el tipo sigue, más allá de
ese censo de mierda del 27 de octubre, sigue y sigue y sigue...
"Yo les quiero contar que no soy ni eufórico ni depresivo, pero
que me siento optimista y con fuerza, me siento con absolutas ganas de avanzar
y construir un país distinto. Yo sé que a mí por el voto de todos ustedes, por
la voluntad del pueblo argentino me toca ir adelante. No tengan ninguna duda,
lo dije el día que me tocó asumir, no vine a dejar las convicciones en la
puerta de la Casa de Gobierno ni vine a sentarme en un sillón para seguir
estando por estar, para tratar de ser por ser o para tratar de hacer una
presidencia de protocolo como les gusta a muchos. Les puedo asegurar que he
venido a poner todo lo que tengo, con mis aciertos y mis errores, como todos
los seres humanos; me vine a jugar con todos ustedes por un país distinto. ¡No
me interesa durar 10 años de fracaso o cuatro y medio -como me tocan- de
fracaso, prefiero vivir dos años, un año, dos horas o un minuto a pleno
sabiendo que tengo que hacer lo que nuestro pueblo necesita y lo puedo
hacer!" (Aplausos)
Aplaudí salame, y vení que nos abrazamos fuerte. Lo necesitamos
tanto. La herencia es una bic negra, un saco cruzado, los mocasines, la mirada
que no se sabe a quién mira y ese país en serio que nos quiso dar.
Hay que buscarlo en el espejo, si
la mirada se te levanta y una inexplicable confianza te envuelve. Cuando parece
que todo está perdido, que todo se fue al carajo, cuando a pesar de todo...
Así, como aquella vez. Y le vamos
a decir que no dejamos las convicciones colgadas en la puerta de casa. Que
quisimos ser como él.
*en negrita los párrafos elegidos de "11-03-2004 Palabras del
Presidente Néstor Kirchner en el Encuentro de la Militancia", en Cuadernos
de la Militancia, Ediciones Punto Crítico.
Ese gran hombre que supo sacarnos de la terrible crisis que se agudizo en el 2001 y que duro mas de tres años.
ResponderEliminarquedarä por siempre en el recuerdo de los argentinos asi como en nuestra historia.
El hombre que nos dio el espaldarazo para comenzar a construir de nuevo.
El hombre que sin grandes promesas nos mostro un futuro que creimos perdido para siempre.