Cuando un dirigente se preocupa solamente por sí mismo, se
está transformando en un oligarca; algo así enseñaba Evita, algo así.
Meritocracia; que ahora todo dependa de “vos”; el hablar en
singular dirigiéndose a todos; la supremacía del esfuerzo personal; son todas
características de un discurso que se contrapone a ese objetivo de que el
pueblo sea feliz -y la patria grande- porque nadie se realiza en una comunidad
que no se realiza… Cosas de oligarcas.
Por ahí en tren de confundirse, se piensa que oligarquía es
solamente “vacuna”, y por lo tanto cosa del pasado. Ahora decimos “neoliberal”,
cuando no “sectores dominantes” y bláblá, en tren de no poner “burguesía” y
todo eso que suena a marxismo. En el peronismo, ser oligarca es una actitud,
aparte de designar a un grupo privilegiado de privilegiados que detentan el
poder. Uno puede volverse oligarca si olvida su pertenencia al pueblo, y eso es
mucho más terrible que un manual de materialismo histórico.
Uno dice "la Oligarquía" y te aparece la Rural,
los señores de galera, bastón y levita. Uno dice: han vuelto a gobernar los
oligarcas, y aparece otra cosa. Aparece esto que nos pasa, porque han vuelto a
gobernar los oligarcas, de la mano malagradecida de una coyuntural y pequeña
primera minoría electoral. Bien, que es decir mal. En definitiva, no hay que
hacerse tanto barullo con lo que tenemos enfrente. No es tanta gente, ni la
mitad del pueblo. Es lo de siempre, desde que a una parte del pueblo se le
ocurrió disputar el poder político (imagine lo que va a ser disputar un día el
poder detrás del poder…). Han vuelto.
Los oligarcas tiran la piedra y esconden la mano, venden
gato por liebre, compran casi gratis y venden caro, producen plata propia con
plata de otros, fugan, omiten, falsean, perjuran, expatrian. Y cuando conviene,
blanquean algo. Mucha gente –no toda, ni todo el tiempo- les cree. Los siguen
como en feisbuc, poniendo “me gusta” y peor aún, “me gustará” sin saber de qué
se trata. Vea, los tienen encandilados, acaramelados, pasados por agua y
tiernitos. A punto de caramelo. Y se los van a lastrar, también. Ocurre que los
oligarcas son saqueadores, igualito que sus antepasados de dudosa nobleza que
buscaban el Dorado y tuvieron que contentarse con mano de obra india y uno que
otro monopolio y contrabando. Digo los de estas tierras y no del Perú o México,
como digo los capitanes de la industria, la patria contratista y no la nobleza
barroca. Oligarcas si, y también chapuceros.
¿Qué se hace con esta gente?, digo con la oligarquía que
gobierna. En principio, se les debe ganar en elecciones. No porque sea eso lo
virtuoso, sino porque es el pacto que hemos aceptado todos. Aunque el gobierno
se empeñe en bajar todos los días la calidad institucional, unificar los
poderes y elitizar las oportunidades. Ya cuando el viento esté a favor (porque
todo pasa), habrá que tocar la constitución para afianzar legalmente derechos y
un proyecto nacional de país. Pero es cierto también que la democracia es lo
que debe ser solamente cuando se da en favor del pueblo. Lo demás es cartón
pintado y no sirve (lo de la república con minúscula se lo pueden meter en...).
Oligarca es un ser y corrompe un estar. El peronismo vino a
terminar con la oligarquía que vive parasitando la Patria (suena a ese
gauchesco peruca de fines de los cuarenta), porque la verdad es que el
peronismo vino a desparasitar. Los oligarcas de toda índole lo saben, a veces
mejor que muchos peronistas.
Uno siempre termina preguntándose por los giros infinitos
que da esa bala 22 loca que es la conciencia de los que se sienten de clase
media, limpitos, meritorios, merecedores. Tanta tirria con el peronismo, que
viene a ser el centro del asunto y el origen de la mal llamada
"grieta". Aún los que no piensan en el peronismo o en clave política
-a esos que "no me interesa la política"- sienten que tienen que
sentir bronca con el peronismo. Los hay prejuiciosos y los hay mal bichos. Los
primeros tienen remedio o tratamiento posible, los otros dan que pensar. Son los
que necesitan sentirse más, a condición de que haya al lado uno que sea menos.
Y necesitan votar a un gobierno que ponga las cosas socialmente en su lugar de
acuerdo a la desigualdad. Ese gobierno tiene que ser de derecha. Ese fulano es
un oligarca, lleva el veneno en el alma y puede ser cualquier vecino o vecina
que se amuralla tras las rejas en los barrios buscando negros chorros en un
triste imaginario sin imaginación. Y no ve ni por casualidad a los rubios
chorros.
¿Quiere decir uno que todos los votantes del actual gobierno
son oligarcas? No papi, no entendiste nada, se trata de describir y pensar, no
de insultar a la gente. Demos una vuelta más a ver si se entiende.
A uno le gustaría que hubiera un montón de proyectos de
país, de modelos. Pero hay dos probados en la realidad una y otra vez (más
veces de un lado que del otro, si me explico). Por un lado esta cosa del
populismo como le dicen bajando el precio, que hace base en la producción.
Industrializar, reindustrializar, lo habrá escuchado. Insistir con los
productos elaborados, las nuevas tecnologías, el valor agregado. Empleo lo más
genuino posible. Balance fiscal. Desendeudamiento interno y externo. Consumo,
mercado interno en expansión. Exportaciones no tradicionales y nuevos mercados
hacia América Latina, Asia y Africa. Educación y en especial la técnica.
Expansión de derechos. Suena, durante doce años sonó y cómo. El esquema es ese
y es mejorable, tuvo un sinnúmero de malas aplicaciones y un enorme éxito.
Negarlo es mentir y mentir mucho.
Por otro lado está el modelo basado en el crecimiento hacia
afuera, mirando el mercado internacional como variable privilegiada. Base en
mercados globales y el mundo financiero. Producción primaria, reprimarización
de la economía, como boom para poder importar todo lo necesario. Endeudarse (y
cobrar las comisiones), nacionalizar deudas privadas. Consumo moderado y
segmentado, cuando no infraconsumo cosa de liberar productos para la
exportación. Se mira la tasa de ganancia. Son los mercados y no tu mercadito.
Se vende como una Argentina moderna, pese a que el esquema trata de
consolidarse desde que Buenos Aires era un puerto inglés. En este modelo sobra
gente, y como sobra en algún momento hay que darles un sopapo para que no
jodan.
En las últimas elecciones se optó por este último planteo. Y
entonces volvieron los oligarcas... ahora viene eso de pagar las consecuencias.
Del otro lado se aprende, en cada generación se aprende un poco más. En estos
tiempos se nota quién es quién, quiénes van para adelante aunque se deba tomar
caminos sin peajes y volver al barrio, eso de las bases y la política en
chiquito para ir a la política en grande. Se ven los compañeros en serio y los
dirigentes que sirven, y los que no.
Buenas tardes. Y viva Perón.
Exelente, a mi gusto muy, muy bueno
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