Brasil,
el tercer golpe de Estado en la era democrática de América Latina. El primero
fue Honduras, el otro Paraguay. Está como antecedente el golpe fallido a Chávez
en Venezuela, cuando el pueblo fue en su rescate arrinconando a los golpistas
en el palacio de Miraflores. Y otros dos que también fallaron: Ecuador y el
intento en Bolivia. Salvo el venezolano que tuvo participación militar, el
resto fueron los famosos golpes "blandos", esos que se dan con el
Parlamento llevándose el arco de la Constitución en el hombro y el apoyo
inestimable de la prensa hegemónica y ultraliberal. Apariencias democráticas
para cometer un crimen institucional y saltar la expresión electoral de las
mayorías y que gobiernen las minorías que perdieron las elecciones. Eso pasó en
Brasil, y es de una gravedad que iremos percibiendo a futuro.
Varias
cosas para decir, aunque no sea ordenado ni -por supuesto- que una reflexión de
orígen a la que sigue en un académico discurso de causalidades. Vamos como
podamos, pero pensemos...
En
principio recordar que fue la sra Carrió -esa autoproclamada Fiscal de la República-
la que, repitiendo el "nuevo" esquema Imperial norteamericano, nos
advirtió y advirtió a los gobiernos populares que emergían en América Latina
que se podía pensar que gobiernos "legales" por una circunstancial
victoria en las urnas, podían convertirse en "ilegítimos" por sus
aristas "populistas" y supuestas violaciones a la libertad de prensa
(empresas que tienen medios de prensa), corrupción en el manejo del Estado, y
en definitiva, oponerse a la acumulación del capital social en forma privada
tal como lo postula la dictadura del capital financiero. Fíjese que todos los
procesos populares incurren en alguna de esas "anomalías" que
vulneran la República, la república oligárquica que politiqueros como la
mencionada defienden. Era una voz solitaria que sonaba desafinada en medio de
la recuperación del país, que había llegado medio muerto después de la barbarie
neoliberal.
Pero
allí quedó la advertencia y los títulos del plan que se aplicaría
sistemáticamente como un renovado "plan Cóndor" que esta vez,
necesitaba del consenso de la ciudadanía
aturdida por titulares y denuncias, a falta de milicos del comunicado n° 1.
Golpes de Estado, lisa y llanamente para obtener los resultados que las
dictaduras cívico militares no habían podido coronar.
La
perfección facciosa fue la Argentina, qué duda cabe. No necesitaron hacer la
chanchada de Brasil. Ganaron en las urnas, tras varios intentos destituyentes
que no prendieron. CristinaFK enfrentó las andanadas golpistas durante sus dos
períodos, que comenzaron con la autodenominada "crisis del campo" y
no pararon nunca. No es que durante el período de Néstor Kirchner no lo
hubieran ensayado, pero estaba aún fresca la crisis de representatividad que
había deslegitimado el sistema institucional como para que fueran tan a fondo.
Con
esto que ha ocurrido, el Mercosur está en coma 4, y la Unasur seguramente
partida en varios pedazos. La revancha liberal no necesita bloques que asuman
identidades frente a los bloques que forma el primer mundo, más bien todo lo
contrario.
Aún
no acaban nuestras desgracias. Alguna vez se dijo acá que estábamos al
principio del desierto y no saliendo; es bueno darse cuenta también de que en
la mochila nos pusieron unas latas de anchoas como vituallas para cruzarlo. Así
que a apretar los dientes y tomar agua de a sorbos lentos y sin atragantarse.
En
tren de ser argencentrista, uno diría que algunos países estaban teniendo
recién ahora su "peronismo". En
el caso de Venezuela, Chávez es ese líder popular parecidísimo al
General y que además lo estudiaba y lo consideraba como una guía importante.
Lula, otro tanto, en una potencia con pies de barro y gente muy embarrada. Evo,
algo así, una especie de Perón indio (y el original algo de eso tenía también).
En tren de no decir barbaridades, cada uno tiene su proceso y su historia y la
experiencia nacional generalmente no es trasladable pero si se pueden encontrar
patrones y direcciones comunes. Estaría bueno alguna vez discutir la propuesta
del Coqui Capitanich de plantear esa "internacional Justicialista" o
como se llame a lo que reúne o podría reunir a estas experiencias recientes
sustentadas por partidos y movimientos populares profundamente nacionales -plurinacionales en algunos casos- antioligárquicos y anti
imperialistas.
Y un
poco a eso iba. Tengo presente la foto de los tres mosqueteros en la
Conferencia de Mar del Plata, en la que América le dijo que No al Alca en la
propia cara de Bush. Y eso compañero tiene costos, no iba a pasar así nomás.
Nos golpean donde duele, nos golpean retorciendo la ley, nos golpean con la
gente, nos golpean con los propios que flaquean, nos golpean con los miedos que
nuestros pueblos tienen después de tantos palos y tanta miseria moral. Nos
golpean.
Es
una época triste y no hay que negarla pensando en el futuro. Tenemos pasado
reciente que mostrar, tenemos adonde mirar para continuar y para
reconstruirnos. Tenemos con qué, porque lo vivido no fue al pedo y convenció
para este lado a gran parte de generaciones nuevas. Acá, sin ir más lejos se
puso en valor al peronismo que venía decúbitodorsal tras el menemismo. Miles de
miles se arrimaron a la política sin miedo y con esperanza. No pueden convencer
a todos ni todo el tiempo. Nunca se puede.
No
se trata de Brasil, se trata de todos nosotros. Y se trata de ellos, de esa
puta oligarquía.
Venceremos
(quiere decir muchas cosas "¡viva Perón").
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