“La Cámara de
Apelaciones de Nueva York decidió levantar las restricciones que pesaban contra
el país, por lo que la Argentina quedó habilitada para emitir y pagar deuda
externa y cumplir con los acuerdos efectuados con los holdouts. ‘Es una decisión
sin precedentes’, celebró PratGay, en relación a la medida que beneficia
directamente a los fondos buitres, habilitados a cobrar la totalidad de los
bonos que compraron a precio vil hace años.”
Datos al pasar como para tener una idea:
“El tribunal habilitó entonces al país para
que pueda hacer una emisión por un monto de hasta 15.000 millones de dólares
para cumplir con el acuerdo con los fondos buitre (10.800 millones) y para
pagar gastos corrientes y presupuestarios (4.200 millones).” (…) “No lo esperábamos
tan pronto y lo estamos festejando’, sostuvo el funcionario en referencia a la
decisión de la Cámara.”
Y otro dato sobre el buitraje:
(…) “Los fondos más duros lograron que se les reconozca la sentencia plena,
con un pequeño recorte en los intereses punitorios, que les significó una
ganancia de más de 1.600 por ciento respecto del valor al que compraron la
deuda defaulteada. Por cada lámina de 100 dólares recibirán 400, a lo que se
suma que la adquirieron a 25 dólares cuando los papeles eran basura.”
La Argentina liberal está de vuelta para reiniciar un nuevo
proceso de endeudamiento y entrega, sin más ni menos. Las argumentaciones
usadas por el funcionario citado (viejo conocido en el refinado oficio de
vender la Patria) y otros tantos del elenco gobernante no se lucen por la
originalidad: sacar a la Argentina del aislamiento; atraer capitales para
desarrollar el país; tomar deuda para crecer;… y carradas de pelotudeces dichas
hasta el hartazgo por Martínez de Hoz y Cavallo (en varios momentos) para
apostar fuerte en la timba grande del mercado de valores mundial, hacerse de
interesantes comisiones y poner a funcionar a la economía nacional como banco
de sangre del sistema financiero global.
Esto es lo que se votó, se lo sepa o no. Es esto: la
destrucción de una ingeniería compleja y agotadora para lograr el
reordenamiento de la catastrófica deuda externa argentina; el detrozo del logro
significativo de una quita que alcanzó la mitad de su valor (inflado
extorsivamente), terminar el pago puntual de los compromisos asumidos para
pasar a la “refinanciación” puntual. Fue la tarea gigantesca de Néstor
Kirchner, seguida estrictamente por Cristina FK. Destrucción de ese esfuerzo,
del de todos los argentinos (o al menos de los que producen) y su reemplazo por
las viejas formas de hacer dinero sin trabajar.
Durante doce años estuvimos ajenos a los bingos
internacionales de divisas. No participamos como país de la montaña rusa de los
capitales ni aceptamos las “recomendaciones” mafiosas de los organismos
multilaterales de crédito, como les gusta llamarlos al periodismo “especializado”.
Eso para ellos era estar “fuera del mundo”. Estábamos adentro pero en clave
política, no como subordinados de fondos buitres. Participábamos de
megaemprendimientos que se destacaron por su pertinencia política y su peso
internacional: Mercosur, Unasur, Celac, y una aceitada relación con el emergente
grupo BRICS.
Estuvimos si afuera de Wall Street, afuera de paraísos
fiscales, afuera de guerras imperialistas contra países del Tercer Mundo,
afuera de misiones genocidas de “asesoramiento” antisubversivo. Afuera de ese
mundo de mierda.
Habrá que pensar, como dijera en su famosa carta el
compañero Capitanich, que quizás vaya siendo tiempo de que se le de forma a la
idea de una Internacional Justicialista, en la que quepan con sus variados
colores y diseños los países que en los últimos años han llevado a cabo la
proeza de vislumbrar otro mundo en el que vale la pena estar “adentro”.
Por ahora, la noticia es que el hijo pródigo ha vuelto y
está dispuesto a hacer negocios y llevarse la cometa. La pesadilla “populista”
ha pasado y se han hecho con el poder político (el otro siempre lo tuvieron)
por el voto de la gente. Y viene bien decir “de la gente” y no por el voto “popular” que es otra cosa. La
gente individual, sola frente a la pantalla del discurso único, criada y
engordada para saltar encima del que le tendía la mano. Así fue y ya está.
Ahora lo que sigue:
“El siguiente paso al pago a los buitres
es el retorno a las auditorías anuales del FMI, que tradicionalmente el
organismo utilizó para bajar línea sobre la necesidad de aplicar recetas
económicas ortodoxas. El gobierno espera que en setiembre tenga lugar esa
evaluación.”
Como decía el General Cangallo: El que no tenga cabeza para prever,
tendrá espalda para aguantar. Nosotros mientras, seguiremos haciendo política
contra la entrega, cuidar el laburo, tratar de hacer menos terrible lo
terrible. Y saldrá bien y saldrá
mal.
Eso, hasta volver y rehacer la casa, como siempre lo hemos
hecho.
* Las citas corresponden a
Página 12 del 14-04-2016, págs. 16 y 17.
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