Usté me dice con indignación,
casi furia y un dejo de sorpresa, que no es posible que tanta gente no se dé
cuenta lo que está pasando. Que está todo para atrás, que el gobierno miente
alevosamente, que las cosas están por las nubes, que está faltando el laburo,
que tal o cual empresario chico -de esos que uno puede conocer del barrio- está
pensando en cerrar. Todo eso, que las tarifas aumentan, que los transportes
aumentan, que la plata con animalitos no alcanza. Que la deuda externa no para
de crecer... Y, de nuevo, que los fulanos no lo ven; y si uno se los dice, como
que no le creen, aunque dos minutos después se quejen de lo mismo. Y usté ve el
país que quiere yéndose, paulatinamente, a
la mierda.
En ese curso de conversa,
comienzan a aparecer los argumentos sociológicos dentrecasa. Uno, conque la gente
es medio pelotuda, los cabeza de termo;
y más de uno lo votó porque era de Boca y porque siendo de guita, para qué va a
robar... Otro, como el caso de mi buen amigo Edelmiro F, directamente se lo
explica porque son unos hijos de puta malagradecidos. Sencillo, contundente, no
admite réplica (y si usté lo viera como se pone).
La verdad es que no asombra el
fenómeno, vea... ¿Cómo piensa que se van a dar cuenta ahora que están mal, si
antes ni se enteraron que estaban bien?
Se quedaron con lo del PBI y
medio afanado por los K... Si rebusca por la red, saca que un Producto Bruto
Interno argentino del 2015 (último año de los chorros), es decir de todo lo
producido por todos los argentinos en un año vienen a ser 584,7 miles de
millones de dólares. Un PBI y medio son 877,05 miles de millones de dólares
(excede la imaginación pensarlo en billetes). Eso dijo el descerebrado de Fariña, y también el
salame que lo repitió y votó en consecuencia totalmente indignado. Vea que
llevarse de las arcas del Estado semejante suma se nota y mucho, no hay forma
de taparlo. Que, además, de afuera nos monitorean y no dejan pasar una de esas.
Y que, por otra parte, ese gobierno (el de Cristina FK) no hubiera podido hacer
absolutamente nada por años, ni pagar sueldos, ni mierda porque se habrían
llevado todo lo producido por el país y más. Hay que ser nabo, pero nabo nabo y
nabo.
Se quedaron con la bronca de los
subsidios, que los beneficiaron ampliamente, pero... les encanta pagar y mejor
si es pagar de más. Una cosa es darle plata a un empresario -que no va a
repartir- y otra dársela a un gobierno populista que la va a repartir. Todos
los gobiernos redistribuyen el ingreso, sólo hay que tener la viveza de saber
para qué lado quieren hacerlo. Ahora, si subsidiar pobreza para achicar la
brecha de la marginación social a uno le parece un gasto innecesario, bueno, me
gustaría saber en qué colegio le enseñaron a ser una mierda. Fíjese en los que
ven un tetra, un fasito, un protodelincuente, y no ven nunca la pala, la
changa, la caminata o la bici, los viajes a la madrugada para llegar, las
millones de formas que tiene un guiso. Desconfíe de gente que ve chiquito.
Se hartaron de que les hablaran
de la igualdad, suena mejor el cuentito de la libertad. Y uno no cree en
ninguna de las dos, porque solas son palabras que vuelan como diarios viejos en
un potrero. Pero ahí estaban, poniendo cara de Sarmiento.
No vieron, no quisieron ver,
trataron por todos los medios de no enterarse de las compus y los subsidios
para que los pibes no dejen de estudiar, les chupó un huevo las universidades
del conurbano, las comunicaciones pasadas por el Arsat, ese satélite argentino.
Y qué podría importar tampoco lo de latinoamérica, cosas incomprensibles como
Unasur, bloques emergentes y negocios de alto vuelo con los ex malvados, China
y Rusia. Chino básico.
La plata les alcanzaba, a la
mayoría y no a todos. A esos que no les alcanzaba, los alcanzaba algún
programa. Muchísimos ahorraron, muchísimos viajaron afuera (habían visto un
pasaporte solamente en una película), muchos que ya la pasaban bien, la pasaron
mucho mejor. Un diario, canales, boludos, les dijeron que todo eso era pasarlo
realmente mal. Imposible, pero acá ocurrió así que es verdad. Cambiemos.
Un aparte: la derecha siempre fue
una porquería, la factura grosa hay que pasársela sin falta algún día también a
esa manga de soretes que se esconden tras el escudo radical.
En fin, y aquí estamos. El país
que tanto quisimos y que tanto esfuerzo costó levantar, va arrastrado por la
calle y lo mean todos los días. Los pueblos suelen tener los procesos que
quieren tener, digo.
Por eso -y mientras uno toma aire-
le repito casi con fastidio: ¿cómo piensa usté que se van a dar cuenta ahora
que están mal, si antes no se dieron cuenta de que estaban bien?
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