Al día siguiente de la hecatombe
parecían feos augurios de malos perdedores, prefigurados ya en las profecías de
campaña sobre los desastres que ocurrirían si la derecha liberal y atorranta se
hacía también con el poder político del país. Con la victoria en la mano (y en
la boca) un personaje que sería importante en el área económica, anunciaba el “sinceramiento”
del dólar -a la suba, por supuesto- arrastrando tras el anuncio inocente a los
precios de todas las canastas posibles. Fue una devaluación provocada aún
estando vivo el anterior gobierno como para ir calentando motores. Después
vinieron los “perdones reales” de cuanto impuesto/obligación pagaran los
beneficiarios concretos del nuevo gobierno. Una bestial transferencia de
ingresos de los sectores del trabajo a los de la producción y la especulación.
Ah, y también estuvo lo del pago a los buitres, con una inestimable
colaboración opositora (hubieron algunos peronistas de Braden por allí). Y se
agregaron las inversiones que vinieron -y vienen- para fugar divisas y hacerse
picnics con las tasas. Y los “sinceramientos” de tarifas de servicios. Y una
constante que no para: deuda, deuda, y más deuda; estamos por llegar a los 70
mil millones de dólares (aparte de la deuda reestructurada).
Y cuando todo nos iba tan bien,
al decir del gobierno de la derecha optimista…
“El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica
Argentina (UCA) informó ayer que la pobreza pasó de 29% a fines de 2015 a 32,9%
en el tercer trimestre de 2016. Hoy hay en el país 13 millones de personas bajo
la línea de la pobreza.”
“En el mismo período, la indigencia pasó de 5,4 a 6,9%. Este último es
el peor dato desde 2010, cuando la UCA empezó su medición. Hoy hay 2,7 millones
de personas por debajo de la línea de la indigencia.”
“(…) cerca de 580.000 chicos de hasta 14 años se sumaron a la pobreza,
siempre en la medida por ingresos, en los primeros nueve meses de la gestión de
Cambiemos. Ese índice subió en ese período de 43,5 a 48.8%, por lo que es
posible decir sin equivocarse que casi la mitad de los niños en la Argentina son
pobres.”
La Nación, en su desesperación,
aportó lo suyo para diluir el tremendo dinosaurio a digerir, mire si no esto en
tapa: “La política impulsada por el
Gobierno para normalizar la economía y el ajuste para sobrellevar la herencia
recibida del kirchnerismo tuvieron un impacto social: en nueve meses de gestión
de Mauricio Macri, 1,5 millones de personas cayeron en la pobreza y 600.000, en
la indigencia.” ¡Si señor, nosotros tenemos la culpa!, qué esperaba.
Pero volviendo al informe de la
UCA: ¿cómo fue que ocurrió tamaña desgracia justo cuando se comenzaba a
arrancar?...
“El aumento de la pobreza no se generó (…) por la falta de asistencia
estatal, sino que a la devaluación y la consecuente inflación se sumó una
recesión que golpeó el mercado laboral e impulsó la precarización del trabajo,
sobre todo en los sectores medio-bajos informales. Allí muchos trabajadores
perdieron sus empleos, trabajaron menos horas (subocupación) o simplemente vieron
licuados sus ingresos por la inflación, al no estar dentro de convenios
formales.”
Tamaña puñalada trapera nada
menos que de la UCA… Justo es recordar que relativizamos en su momento sus
pronósticos –aumento de la pobreza, por ejemplo- y los metimos en la bolsa de
una oposición impiadosa. ¿Era tan así? No lo sé, igualmente y conociendo las
dificultades de andar midiendo en conjunto al país, uno duda un poco de los
resultados antes y también debería ahora. Pero no de la tendencia y de lo que
dice el informe. Mire si no:
“El análisis histórico muestra que el crecimiento no será suficiente
para revertir las desigualdades estructurales que afectan el mercado de
trabajo, con efectos directos sobre la indigencia, la pobreza y la exclusión estructural’,
estimó el informe.” “(…) pese a que en el último trimestres del año observó una
leve mejora en el empleo, para mover el amperímetro de la pobreza se necesitaría
un ‘shock de trabajo’ y que la negociación paritaria superara este año por
varios puntos a la inflación…”
Para dar esa “batalla cultural”
en la que están empecinados y hacernos pasar como deseable el capitalismo
salvaje, los números tienen que dar, la gente se tiene que sentir mejor y
avizorar que con un modelo como este hay un futuro que los incluye. Y para eso,
debe haber un presente que incluya.
Lo que van viendo es que no lo
hay, y que… lo había.
Citas y datos provienen
de “En 2016, 1,5 millones de personas cayeron en la pobreza” por Francisco
Jueguen, La Nación del 10-03-2017, portada y pág.16 y 17.
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