La elección del domingo –como todas las elecciones- tiene
varias lecturas posibles, pero debe partir de los datos duros (alguno diría
objetivos, ya que son idénticos a la realidad) y eso da validez o no a los
análisis que pueden montarse arriba…
Sin andar copiando números de diarios y páginas web (de paso,
toda la información está en www.resultados.gob.ar),
digamos que se trataba de elecciones de “medio término”, lo que vale decir, que
se dan en la mitad del mandato presidencial (no, no se termina ahora, faltan
dos años) y que son elecciones legislativas. El domingo se renovaban por
mitades la cámara de Senadores y Diputados y también parcialmente legislaturas
provinciales y de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
El primer análisis, entonces, tiene que ver con ese
objetivo: cuántos senadores y diputados obtuvo cada fuerza. Y la verdad es que
el Frente para la Victoria retuvo el control de ambas cámaras: en el caso de
Senadores con una mayoría simple juntos con sus aliados, y en Senadores esa
mayoría simple se logra aún sin aliados (que también están). Es decir, hubo una
mejoría respecto a lo que se tenía.
El Ejecutivo (Cristina y sus equipo) no tendrá
inconvenientes para transformar en leyes las ideas y acción política diseñada y
a diseñar hasta terminar el mandato, no más que los que impone el consenso
necesario a que se debe aspirar para ir al fondo en políticas de Estado (esas que
no deberían cambiar aunque cambien los gobiernos), pero también como para no retroceder
ante el chantaje parlamentario propiciado por grupos de intereses y otras
chapucerías de legisladores dóciles a los que mandan dendeveras.
No existen amenazas reales de una reedición de un “grupo A”,
y la luz se planta necesariamente en cómo se conduzca el bloque oficialista y
aliados y los acuerdos que pueda lograr allende sus fronteras. Las herramientas
están. De esto se trata la cuestión parlamentaria, pese a que a muchos tarados
se les haga tragar la barbaridad de la “escribanía” para los caprichos
supuestos de una Cristina inexistente, salvo en la imaginación prolífica de
Mundogorila. Hará falta muñeca eso sí, como la tenía el chivo Rossi y la tiene
la Di Tullio (una mina peronista).
Entonces y a la final, este tema está bien. Ningún enrevesado
análisis puede hacer malabarismos para arribar a una conclusión que no sea
esta, porque no se trata de una opinión sino de lo que arrojó el voto de los
ciudadanos (esos tipos).
Segundo punto. Ese resultado que consagra al FPV como la más
importante fuerza nacional (luego de diez años de gobierno), es resultado de
muchas elecciones distritales. Y de allí las disparidades y diferencias
interesantes. Ocurre que Mundogorila –como Dios según dice- atiende en BA y
pareciera que todo ocurre acá. Burrada mayúscula que pretende llevarse puesto
al país federal (y no lo logra nunca).
Cada elección local responde a múltiples circunstancias,
pero sobre todo a esa realidad “local” (nótese que “local” pertenece a las
provincias y “nacional” a Buenos Aires, curioso ¿no?) reivindicada por
intereses concretos, urgencias palpables, maravillosa vecindad y siesta
saludable.
Cosas para destacar: la espectacular elección del gobernador
Capitanich en Chaco (59,31% para diputados provinciales; 60,60% en senadores);
la muy buena del entrerriano Urribarri (46,61% diputados nacionales; 46,24%
senadores); la de Río Negro (50,77 % diputados; 49,95% senadores y Picheto como
gran ganador). Hay más claro, no mayores que estas, pero tiene una
intencionalidad presentarlas así (espere un poco impaciente).
Aclaro que todos los datos están sacados de la página
oficial (la que se menciona más arriba) y son parciales de datos provisorios, pero
con casi el 80% de las mesas escrutadas. Con el correr de los días variará un
poco -no la tendencia- y después estarán cargados los definitivos. Ningún
secreto, se trata de información pública (algo que ver con la “república”).
Una tercera consideración. Alguno se preguntará… ¿este tipo
está como Boudou, disertando sobre los
resultados de una fiesta en la noche en que todos hablan de la derrota del
oficialismo? Y como este blog no compite con la representación exclusiva de
radioDisneylandia, va lo que sigue.
¿Sabe qué? Perdimos. Políticamente, perdimos. Como dijo un
filósofo del conurbano bonaerense, en las PASO nos cagaron a palos y ahora lo
ratificaron. ¿Cómo fue entonces?...
Massa y su armado apurado nos sacó 12 puntos en la provincia
de Buenos Aires, como usté bien sabe; en Capital Filmus perdió la senaduría a
manos de Pino Solanas; Cobos arrasó en Mendoza; la Córdoba de De la Sota sigue
siendo de él; Santa Fe bailó al ritmo inigualable de Binner. Por nombrar lo más
destacable. Todo eso da una sensación de derrota importante y se siente, claro
que se siente.
Dicho todo esto, voy a la cuarta parte que es la más
interesante y la más desprolija. Vamos a opinar un poco que es gratis.
Es inevitable caer en la tentación de hablar de octubre de
2013 como si fuera octubre del 2015… y también es una estupidez. Lo hacemos
igual (un poco estúpido es uno así que). Hoy por hoy el gobernador Daniel
Scioli tiene un problemita: se cargó la campaña al hombro y perdió, perdió él
junto con Insaurralde (insisto, menos mal lo de Jésica que si no) que era un
buen candidato, pero no para pelearle a Ubietto, perdón, Massa. El tipo puso la
misma cantidad de cámaras que el tigrense, pero el otro tenía la patente del
monitoreo ciudadano. Dificultades de instalación y el otro con un proyecto
claro que tiene por lo menos dos años de recorrido.
Nosotros somos unos genios (nada que envidiar al Dr Víctor
Von Frankenstein): Massa jefe de gabinete, Cobos vicepresidente, y si seguimos
podemos recordar a Alberto (el Fernández malo), ni hablar del ministro de
economía que inventó la 125, el compañero Lousteau. Una máquina de hacer
traidores, pero así son las cosas (hay que tomar nota).
Volvamos a la idea. Scioli aparecía demudado en la fiesta,
no era para menos. Su proyecto presidencial sufrió un traspié. Nada de lo que
no pueda recuperarse, pero se las verá fea con una legislatura implacable. Y no
hay que ser hipócritas, a más de uno (y uno se incluye) veía con buenos ojos a
Daniel que de pronto no era Scioli tras las PASO como la última esperanza, eso
de bajemos varios cambios y quedemos un poco mejor con las capas medias y el
stablishment. Nunca pensé que Scioli fuera (y no lo creo) un traidor ni mucho
menos, es un hombre de este proyecto. Pasa que lo vive a su manera, y su manera
es así como él, como habla, como actúa. Tiene cosas que a uno lo preocupan
porque no le ve la fuerza que se necesita para tener a raya a tanto buitre
suelto. Y porque tiene agachadas (o convicciones, lo que puede ser peor).
De todas maneras, Scioli sigue en carrera, pese a que
pinchó, le sale humo del capot y está viendo cómo sigue desde la banquina.
Los otros “presidenciales” (y también “vicepresidenciables”)
son Capitanich, Urribarri, Picheto. Lo agregaría a Randazzo. ¿Y las minas?
Algunos pensarán en Alicia, no se (me parece que no). Di Tullio es una
posibilidad. Y si seguimos nos vamos a la mierda con tanta especulación. Estoy
convencido que estas elecciones no adelantaron el 2015. Son muchas las cosas
que hay que ver aún, muchas variables, muchos escenarios que cambiarán.
En principio, se vendrá la vuelta de Cristina, una
presidenta que siempre jugó en toda la cancha y todo el tiempo (por suerte,
pese a que a veces uno hubiera deseado menor exposición para que no aguantara
con el cuerpo todos los pelotazos). Si todo sigue como hasta ahora, estará
completamente recuperada (atenti, que es muy potente eso) a mediados de
noviembre o fines. Uno desea que se tome todo el tiempo que necesite, porque
algún equipo se ha demostrado que hay como para hacer el aguante.
Cristina vuelve y gobierna no una transición, sino los dos
años que restan y hasta el último día. Seguramente será una “gran electora”, lo
que no significa la imposición del dedo sino cosas más serias y complejas. Pero
el tiempo que viene tras el 2015, será el tiempo de otros.
Es de pensar, en base a la experiencia de estos años y de
muchas circunstancias difíciles (más aún que esta, y los que entienden saben de
qué hablo), que el rumbo se profundizará. Hay una dirección y un proyecto, no
se va a rifar todo por ganar votos de van de acá para allá movidos por el
rating. Sería deseable (y necesario) abrir más el juego, explicar más, perder
más tiempo con la gente y menos con nosotros (militantes, amigos, los que van a
estar siempre si o si).
Está el amplio kirchnerismo y está también el PJ, una
amalgama compleja e inédita como para detenerse a pensarlo un poco. No son
construcciones desplazables una a otra, se trata de complementariedades, no
exentas de confrontación, contradicción ni sobresaltos. El gran PJ –que es lo
que acaba de crujir, no jodamos- busca su cauce y hay de todo en la viña del
Señor. Algunos necesitan un Proyecto, ideas claras y firmes, otros un Jefe
firme y claro. Hasta ahora lo tuvieron, pero los que se vandearon en la fiesta
inolvidable de los noventa (y más aún los que se criaron en ella) se asustan
pronto y creen que la identidad es esa cosa que se masca y se escupe cuando
pierde el gusto. Siempre va a ver dos (o más) maneras de vivir el peronismo.
Es decir, el tema del peronismo es más que importante. Muy
lejos estamos de colocarlo en una vitrina o imprimirlo en una remera para
vender en hard rock.
Esto se hace largo, hay mucho más que decir sobre todo de lo
particular (la cuestión capital, que prometo para una próxima por si a alguno
le interesa) pero, si a le parece que esto habla sólo de lo que pasa en el FPV,
en el oficialismo, bien, tiene toda la razón. Se puede hablar de la oposición,
la variada y localista oposición, y eso también lo dejo para otra vez. ¿Otro
mate?
coincido casi totalmente con tu análisis. veo que los K nos preocupamos pero no nos asustamos, a diferencia de 2009. Me carcomen 2 cosas... cual será la medida más apropiada para dar ese salto hacia adelante? junta nacional de granos? ley antimonopolio? y la otra duda... es hay una Dilma? hay alguna manera de no arriesgar las líneas maestras de esta nueva Argentina?
ResponderEliminarabrazo
Guillermo
tenemos las mismas dudas y por suerte, las mismas certezas compañero
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