Lo del “impuesto al trabajo” suena a melodrama como cuando ahora se dice (exagera) para cualquier cosa “con el salario noooo!!!” (como si se tratara de algo que toca la moral más sensible y sacrosanta, eso que no se puede hacer de ninguna manera). Hay un vaciamiento conceptual de palabras y esta época es pródiga en eso. Porque resulta que el descuento por “ganancias” lo cobran casi todos los Estados del planeta. Es cierto que la masividad no siempre implica un criterio de verdad, pero al menos nos ilustra sobre usos y costumbres de la humanidad.
Otro criterio consignero es que “el salario no es ganancia”. Y bue, no. Hay una discusión sobre la “renta” y blablá que los marxistas hicieron clásica en su discusión con los teóricos del liberalismo. Y como el que escribe es conciente de que no le moja el elástico del soquete a todos esos tipos, es que no me meto en semejante discusión (¿qué cosa es el salario?). Pero opina el tipo: el salario –determinado nivel de salario- me parece que debe tributar en un país serio (el “país en serio” del que nos hablaba NK cuando junto con muchos querontes tirábamos de la barca para sacarla del infierno). Lo que terminamos discutiendo –después de un montón de consignas que quedan bien- es cuánto debe ser ese “determinado nivel” de salario. Y creo que debería ser más alto. Si. Es decir que el mínimo no imponible anunciado queda corto. Y si.
Ahora de ahí a decir (como se dice) que esto “impacta y anula las paritarias” o que “el acuerdo de precios con los supermercadistas más el mínimo no imponible nos deja sin paritarias” es una tremenda boludéz, o una meditada hijaputéz. Y lo es también porque saca de contexto la discusión profunda que hay detrás de este tema.
Con esta introducción, paso directamente a unos párrafos del artículo “Un debate de fondo” de Carlos Marín (abogado laboralista) que apareció en Miradas al Sur el domingo 03-02-2013. Y va:
(…) “ El aumento de 20% del mínimo no imponible es sólo un retoque, un maquillaje que permite, quizás, saldar coyunturalmente el tema y allanar el camino para una negociación salarial menos convulsionada para este año.”
“Sabemos que cuando esto ocurre estamos a expensas de los vaivenes, no sólo internos sino externos. Como ejemplo, en el año 2012 no hubo ‘modificación’ y producto de ello el Impuesto a las Ganancias –que es un tributo progresivo- empieza a perder ese carácter para tener ciertos rasgos regresivos”.
“Por ende, lo importante no es tanto el retoque del mínimo no imponible, sino hacer una mirada estructural al sistema impositivo argentino, porque sólo de esa manera se pueden compensar y expandir un círculo virtuoso que implique más y mejor redistribución del ingreso”.
(..) “Entendemos que las dos puntas referenciales de la reforma deberían ser Ganancias e IVA”.
(…) “…la generalización de la bancarización de todos los trabajadores y la devolución del IVA, vía tarjeta de débito, de aquellos gastos que se dirijan al consumo de los bienes de la canasta básica para los sectores populares no deberían quedar de lado en una reforma de este tipo”.
“Para compensar ello, las medidas de recaudación fiscal podrían ser la creación –en algunos casos reestablecimiento- de los siguientes impuestos:
- Impuesto a las transacciones y renta financieras.
- Impuesto a la renta minera.
- Redimensionamiento de la estructura impositiva de todo el sector rural-agropecuario (valor de tierras, retenciones, renta potencial de la tierra).
- Impuesto a la transición gratuita de bienes.
- Rediscutir el impuesto a la Herencia aumentando porcentajes.
- Incorporación de aquellas personas físicas o jurídicas que hoy están exentas, como los jueces, diputados, senadores, etc, del Impuesto a las Ganancias”.
“Por otra parte, si bien no serían acciones ‘estrictamente’ fiscales, el combate ‘a muerte’ contra el trabajo ilegal sería también una enérgica medida que impactaría, fuertemente, en el universo fiscal”.
(…) “Los trabajadores y sus organizaciones gremiales deben pensar también, estratégicamente, porque no sólo el reclamo salarial logra aumentar el poder adquisitivo”.
“Hay políticas ‘indirectas’ como la reforma tributaria que pueden proyectar un impacto mayor en el ingreso, incrementando el salario real, más que un aumento nominal de salarios; aportar a ese debate es imprescindible y sólo en el marco de un gobierno como el actual se puede plantear”.
Y hasta acá. Son los temas que se deben discutir en el año parlamentario que está por comenzar, sobre todo en un año de renovación legislativa (un buen argumento para considerar al votar en octubre y fortalecer la representación del Frente para la Victoria –y aliados- que es una de las formas de bancar a un gobierno como este).
No hay comentarios:
Publicar un comentario