Irresponsables. Antes, los habían tratado de “fascistas”, es
que eran tiempos de una campaña para unas elecciones que no podían perderse (y
se perdieron)… y la marcha esa que llamaron de la Libertad. Bueno.
Irresponsables si; porque le dieron a un montón de gente –de
esa gente- un lugar que no les correspondía. Como saber, por ejemplo, que el
único cargo probado por la Comisión 33 que juzgó el accionar de la Fundación
Eva Perón encontró la una inoportuna e innecesaria importación de bacalao
noruego con destino a los comedores de la
entidad (que eran muchos).
¿Y qué importa el bacalao noruego? Mucho, porque junto al
lujo insensato de buenas Casas para madres solteras llamados “Hogares”, el
menaje de metal pesado y distinguido, los cortinados de buena tela, los
tapizados de primera, la ropa de blanco bien blanca (y con el logo, claro)…
todo eso y mucho más (la lista es tan larga como imprescindible), se colocaba a
gente humilde y pobre en un lugar social que no le podía corresponder, y que al
no corresponderle tampoco iba a durar. Entonces… caída la dictadura peronista
los humildes volverían al lugar de subordinación que naturalmente les cabía, y
eso iba a crear el resentimiento necesario como para idealizar a un régimen
ajeno a la República.
Todo esto fue escrito, están los documentos, dejaron las
huellas en todos lados. Y mucha cría.
Decir que donde hay una necesidad, existe un derecho… un
derecho negado, obviamente negado. Eso fue herejía; y los herejes deben ir a la
hoguera. Hay aún hogueras en Buenos Aires, en otros sitios conurbaneros y
urbanizados.
Hay subjetividades y opiniones. La democracia tiene que ver
con eso, la multiplicidad de opiniones, válidas o inválidas, fundadas o
livianas, reflexivas o del sentido común. Ese no es el problema, sino la
objetividad que –pese a tanta postmodernidad- parece que existe. Objetivo, como
dato duro incontrastable porque es verdadero, más allá de la opinión(es).
Es una verdad, por ejemplo, que los gobiernos kirchneristas
retomaron las mejores tradiciones del peronismo ejerciendo el poder.
Recuperaron funciones del Estado, ampliaron derechos, mejoraron la situación de
los más humildes.
Recuperación de empresas del Estado, sin bien como
sociedades mixtas (tributo en el altar del mercado entronizado como deidad por
otros, aceptado por todos), asignación universal por hijo, jubilación para la
totalidad de la población en condiciones de serlo. Cosas. Más cosas que van en
el sentido correcto para los intereses populares, de lo que le hace bien al
pueblo por más que algunos sectores del pueblo no quieran enterarse.
Suspiro… ¡Cómo jode la igualdad! La libertad no, porque
gracias al goce de tanta libertad es que a algunos se les da por manifestarse
en contra de la igualdad.
Debe ser imperdonable haber terminado con tanta cometa
asociada a la renegociación de crédito internacional a fin de renegociar la
deuda externa, llevándola siempre para arriba. Quita, cambio por bonos, pago
puntual… pero, qué hijos de puta.
Debe ser espantoso que un gobierno así, de repente, te
destroce el armado de la jubilación privada, esa que dependía de la
capitalización personal, privada, íntima, a cambio de comisiones, de una buena
timba de mercados. No funcionaba, pero el Estado no tendría que haber
intervenido. Encima, ponen jubilación de “reparto”, que suena a algo comunista,
peronista. Peronista.
El Estado estaba para subvencionar a la actividad privada,
facilitar los negocios privados, perder, incluso perder para que el sector
privado avance. Esa era la República. Es más, un peronismo que sostuviera eso
como ocurrió durante el menemismo era totalmente aceptable, era algo así como un
“peronismo republicano”.
Lo que importa de verdad es lo de Boudou, desde Ciccone
hasta los papeles del auto; interesan los hoteles de los K en Calafate; importa
la corrupción. La Corrupción. Y el delito, que cada vez hay más y no se puede
vivir porque entran por una puerta y salen por la otra como dice Berni pero
Berni no porque es de este gobierno de mierda. Hay muchos jueces, diputados,
sindicalistas, empresarios, prestanombres, narcos, que entran por una puerta y
salen por la otra. Y armaron esta trampa que estalló (sin error de cálculo,
sino como otro cálculo) en 2001. Esta gente cree que ha llegado el momento para
volver a armar otra de esas emboscadas que llaman “ciclos” y quedarse con el
botín (nuestros ingresos y de ser posible el PBI entero).
Néstor Kirchner no tenía que ser, menos CFK. No tenía que
pasar, era una transición para equilibrar, salvar bancos y empresas (no todos,
no todas), ponerse a tono con la globalización, se trataba de eso. Peronistas
de mierda...
Es imperdonable.
Perón se cogía a todas las chicas de la UES, se llevó el oro
que estaba apilado en los pasillos del Banco Central. Se rodeó de chorros. Los
peronistas son congénitamente ladrones. La Libertadora no fue la solución
final. El Proceso no fue la solución final. ¿Por qué?
No molesta la libertad o su falta que no falta. No molesta
la justicia… molesta la igualdad, el intento siempre inoportuno de igualar.
No hay nada que hacer. Los de abajo nunca debieron probar el
bacalao noruego.