lunes, 18 de noviembre de 2013

SIN NOVEDAD



Nada. Es un decir, porque  ocurrieron cosas… pero nada que el corrupto vice -vapuleado a más no poder desde el mismo día de la jura del 2011- no pudiera pilotear con su particular estilo “optimismo siempre” (compitiendo con Daniel*, que se puso serio ahora).

* Daniel es Scioli, esta es una manera de rebobinar y aceptar que puede ser nuestro candidato en un par de años (o no, pero…) y también para confirmar que no tenemos ideología, como piensan muchos gorilas a la izquierda. 

Pasaron las PASO por ejemplo, augurando una derrota de proporciones que fue superada en las legislativas posteriores al recuperarse más de un millón de votos y mantener el manejo de ambas cámaras (el manejo democrático, ese en el que pesa el número de las mayorías o primeras minorías como es el caso del Frente para la Victoria y sus aliados). Pasó la derrota que fue importante en la provincia de BA, dura en la Capital ya que perdimos al senador, derrota esperada y no por ello menos real en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Así y todo, el partido de gobierno ratificó el predominio electoral nacional, tras diez años de ejercicio continuado (todo un dato en la República Argentina).

Pasó también más quilombo con los trenes, y la estatización del Sarmiento. Que Randazzo tomó la decisión solito, que no la consultó, que se pasó por el forro al vice, y toda una sarta de boludeces que llenaron comentarios de los “que saben” (leer y escribir, porque de analizar nada). El pobre Randazzo la rema y la rema en un mar de dulce de leche, y al menos augura que de la década perdida en ferrocarriles, vamos ganando año y pico (y que hay que seguir pegándole porque asoma como posible candidato a algo, siempre). 

Va pasando el dólar y las maquinaciones para que se devalúe el peso, para que todos nos convenzamos de que los intereses de los exportadores son los intereses de todos.
Y las especulaciones sobre el futuro, el inmediato y el otro. Todo mezclado con la salud de la Presidenta, y ahí anduvo la carrera de ver quién sabe más y la competencia de boludeces. Que tiene afectada el habla, que el ACV, que no se sabe si vuelve, o cuándo vuelve. Son demasiados pelotudos para un solo país. 

El futuro. Los candidatos. Lo que va a hacer Mazza. Lo que va a hacer Macri (el primer interesado en saberlo es el mismísimo Mauricio). La oposición triunfante y con cinco bancas menos en diputados. El fin de la resaca (que también es peronista, digo la fiesta, la resaca, y la lucidez posterior). Y en el medio estos dos años que quedan increíblemente hasta el ‘15.

Batacazo del PO, me olvidaba. Tampoco tanto, pero algo y no tan poco. ¿Cómo será que te corran por izquierda? Porque por derecha estamos reacostumbrados. Habrá que probar, por ahí hasta los troskos se vuelven responsables (qué comentario burgués ¿no?).

Pasó el Cacerolazo, que memoraba al que salió bien. Ahí estaban como comunistas en la base Marambio, agitando bandera, mirándose y desconfiándose, putéandose por las “redes” (el “yo os hará pescadores de hombres” trocado en un incómodo “yo os haré pescados”). Blandiendo el odio como los últimos Templarios acosados no ya por los sarracenos, sino por las acusaciones de sodomía. 

Y los cambios de gabinete. Sacamos a Abal Medina, ponemos a Urribarri o a Domínguez o a Capitanich o a otro, ponemos-sacamos-damos vueltas y al final decimos que todo lo decide Cristina y que no sabemos un pomo. Decimos la verdad, como si fuera otra especulación. 

Todos te hacen la agenda. Todos saben lo que pasa y sobre todo lo que va a pasar. Y la tormenta que se viene, que amenaza permanentemente. Y uno dice, que ya sé, no hay que ser ingenuo y negar todo -jamás llueve en Disneylandia- y que hay problemas que solucionar y que hay cuestiones que no habría que patear para adelante. Que hay baches en diez años y cosas que no se movieron. Y que hay gente que sigue figurando como pendiente. Si.

La cuestión es que en estos cuarenta días la mayoría siguió laburando y cobrando el sueldo. Algunos le ganaron a la inflación, otros más o menos y otros no (pero por poco). Las cosas aumentaron, pero no se descontrolaron (como era costumbre). Los pibes siguieron usando las net en cualquier lado, en cualquier pueblo de cualquier provincia. Las minas siguieron cobrando la Asignación, cargando con los hijos (no teniéndolos para cobrar, forro hijo de puta), llevándolos al cole y dándoles las vacunas. Los hospitales públicos siguieron siendo públicos. El Estado siguió como si nada –y eso que pasaban cosas- porque la máquina anda. Y esa es la novedad argentina, que la máquina anda.

No era normal. Una vez un fulano nos prometió un país normal, y cumplió. Porque en un país tan poco serio como el nuestro (y eso que se parece a Europa, dicen), lo peor es que nadie empezaba, o si, pero no se seguía, todo quedaba como el Warnes. Era un constante ’55 con Libertadoras y libertadores de prestado. 

Mientras, Cristina es la presidenta, Boudou es vice y la vida pasa. Como todos los días. Y si se quiere, también podríamos debatir. Pero de verdad, aunque cueste mucho en el país de las certezas y los que lo saben todo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

CAYO MORDOR



Todo llega, aunque tarde cuatro años. 

Se ha dicho hasta el cansancio –no quiere decir que todos lo sepan- pero en esto trabajó mucha gente durante mucho tiempo. Cuando se habla de “democratizar la palabra” se está dando en el punto justo del asunto. Porque esta es una ley antimonopólica, una de las pocas (Estados Unidos tiene más). Se trata que un mismo multimedios no tenga la parva de licencias que tiene MundoClarín; que no pueda un solo Grupo manejar a su antojo los medios audiovisuales de cada una de las localidades del país. Es que ese es el caso, son más de trescientas y pico de licencias. Van a tener que reducirlas a las legales (que no son pocas tampoco).

Y hay gente que te habla de los “derechos adquiridos”, el cambio de reglas de juego que perjudican los “derechos de propiedad”, y más y mucha más argumentaciones escucharemos en estos días de aquellos que, ahora, descubren que la Corte Suprema es independiente de verdad (y yo lo dudo, pero parece que fue demasiado). Uno no la va ahora de abogado ni nada de eso, pero si de sentido común (vamos a reivindicarlo, que está muy devaluado). ¿Cómo fue que el diario que todos leíamos se convirtió en esto? Hubo una época en que decir “son desarrollistas” los acercaba a la defensa de la industria nacional, a cierto progresismo, hasta una especie de peronismo reestructurado o “modernizado”. Pero se convirtieron en esto. Pasó la dictadura, pasó la fiesta inolvidable del menemismo y crecieron, crecieron, coparon, se expandieron. Y cuando uno comete una grosa como la de Papel Prensa, lo demás no importa. Es más de lo mismo y lógica de mercado, de ese mercado y ese momento en que “me llevo todo”. 

Vino un gobierno popular o, mejor dicho, apareció un fulano con escarcha y el veintidós por ciento, el bolsillo vacío, mocasines y sin corbata. Una bic negra. Pactó, ganó tiempo mientras construía poder político en clave de legitimidad popular. Claro, como eso no se usaba no le dieron mucha pelota, ni lo veían desde la perspectiva del escritorio.

El flaco rompe con el padrino, con EL peronismo conocido y va juntando peronistas sin preguntar de dónde venían sino si estaban dispuestos, y avanza. Después viene la Crispada y Alberto se va a la mierda (porque no se puede servir a dos amos, con perdón, pero como dice el evangelio). Ley de Medios que era un reclamo de muchísimos fulanos que laburan en medios, que la tocan porque la conocen y no de oído, porque se luchó y mucho y porque se consultó a todo el mundo. Desde ese escritorio tan alto y tan grande no se veía, ha de ser eso.

Porque de golpe te estabas metiendo con la “libertad”, con la “república”, con sus negocios. Te metiste con ellos y sus políticos te saltaron al cuello, que para eso se paga. Sus comunicadores (esos que no podían tener comisión gremial interna en el gran diario argentino). Sus intelectuales. ¿Ves? Ahora son todos libres, ya pueden decir lo que quieren, trabajar donde quieran, ya no tienen que sobreactuar, hasta los que se hacían los progres ya no tienen que defender al multimedios porque la ley está vigente plenamente (¿qué harán?).

Ahora hay que cumplirla. Ahora hay que hacer (y no patear más para adelante). A partir de ahora nos tenemos que dar cuenta de que hay cosas que están cambiando en los medios. Porque aunque estos tipos van a seguir jodiendo, su poder tiene que disminuir o tendrán que buscar otras estrategias al menos. Hay que actuar todo lo rápido que se pueda y cumplir. Cada vecino tiene que darse cuenta de que la ley de Medios lo beneficia y que no da lo mismo que exista o que no. 

Porque si no pasa esto, no lo van a tomar como algo propio y menos como una conquista y ni que hablar que como un derecho. La gente cree cuando ve (así somos).

Cayó Mordor, es una buena noticia. Ahora estamos en el día después. Las radios comunitarias, los medios alternativos, los canales locales, la producción para la tele de cada lugar, los con o sin fines de lucro. Todos, muchos. Si no es así, habrá sido al pedo y en este país, nada pasa porque si. 

Siguiendo con la metáfora del Señor de los Anillos, será preciso que los aldeanos de la Comarca salgan de su chiquitismo –que es muy acogedor- y que se sienta que algo nuevo está pasando. 

Y cuando todo esto se logre (cuando lo logremos) entonces, si, será el tiempo de hacerle ajustes a la ley para que sea mejor porque la realidad es más grande. Sería tan saludable empezar a corrernos por izquierda…