jueves, 31 de enero de 2013

MILOCHETRECE

En el veranito de Buenos Ayres se instala la Asamblea General Constituyente, fruto de muchas expectativas independentistas y de otras no tan venturosas.

El año anterior se reagruparon los post “morenistas” y con ellos, la logia de San Martín y Alvear que habían golpeado y derrocado al primer Triunvirato, por retardatario y cuasi traidor. Se juntaban los restos de la primera aventura revolucionaria (los de 1810) con estos militares de profesión, que combatieron a Napoleón bajo los estandartes de las Juntas liberales antiabsolutistas españolas. ¿Era suficiente para recuperar Mayo y profundizarlo?

En febrero la Asamblea decreta la “libertad de vientres”, por lo cual serían libres los hijos de los esclavos. La historia conservadora-liberal (que aún reina, aunque no gobierne) siempre quiso ocultar el hecho de que en el Río de la Plata la esclavitud fue una realidad hasta ese momento y por un tiempo más. Se dice: “eran esclavos de servicio”, es decir “sirvientes” lo que los acerca más a la familia (logran que no parezcan gente sin libertad ni consideración social).

San Martín estrena granaderos en San Lorenzo con una victoria. Y otro grande, Belgrano se lleva puestos a los realistas en la batalla de Salta (es el próximo feriado de los “bicentenarios”, el 20 de febrero).

Pero no todo va bien (y comienzo a responder la pregunta del primer párrafo): Buenos Aires rechaza a los diputados que por la Banda Oriental envía Artigas. Lo que venían a decir (proponer/votar/ganar) era sencillamente la declaración inmediata de la independencia absoluta de las colonias (porque éramos una colonia, o varias colonias); la no admisión de otro sistema que no fuera una confederación como pacto recíproco de las Provincias que formarían el Estado; la conformación de un  Gobierno Supremo de la Nación que sólo se ocupara de los negocios generales del Estado; y -entre otras muchas cosas importantes- que el Gobierno General no residiera en Buenos Aires. Esta claro que los políticos-comerciantes de BA (monopolistas primero, librecambistas cuando les convino) conocían a Artígas, odiaban la idea federalista y no tuvieron problema en rechazar a los delegados sin más (total ya se preparaban para abandonar a la Banda Oriental a su suerte).

Y la Asamblea sigue: extinción de todo tributo sobre comunidades originarias junto al reconocimiento de su libertad e igualdad de derechos (que quedó en los pelpas); extinción de títulos nobiliarios y anulación de uso de emblemas de tales en las fachadas de las casas (cacerolazo urgente para su devolución); abolición de la Inquisición y prohibición de tormentos, con quema de instrumentos de tortura en la plaza pública (y habría que haber puesto en la pira a Lugones para que no naciera nunca su hijo Polo, inventor de la picana); sanción de obligaciones fiscales establecidas de modo progresivo en función de los ingresos recibidos (y algún día la AFIP lo va a lograr); aplicación de empréstitos forzosos a los capitalistas para cubrir las necesidades del Estado (¡vamo’  lasamblea!); libertades de pensamiento, religioso, de prensa; cumplimiento de obligaciones fiscales por parte de prelados y traspaso de casas hospitalarias en poder de la Iglesia a manos seculares. Y la lista es larga, los leguleyos suelen escribir mucho y más en estos casos solemnes.

Los frentes son muchos. Uno está en Buenos Aires en su clase mercantil acomodada que maneja dinero, tropas y relaciones (no les falta casi nada, solo patriotismo).
Otro en el Norte. Belgrano entra en Potosí como ejército libertador, pero hacia fin de año se suceden las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y se pierden las provincias altoperuanas. El Norte es godo y amenaza.

Por otra parte los realistas de Montevideo reciben refuerzos de la metrópoli. Uno junta esto con el desprecio hecho por Buenos Aires a Artigas y bueno, se complica.

Mientras, España queda libre de tropas francesas y se avisora la vuelta al trono del Borbón Fernando, que no será ese rey que imaginaron los juntistas españoles sino un triste remedo del absolutismo de sus antiguos primos franceses caídos en desgracia.

La Asamblea resuelve no declarar la independencia. Al menos decide que los funcionarios no juren por Fernando VII, ordenan preparar una marcha patriótica y que en el sello aparezca un escudo. Y la moneda, que no es poco. Pero no es lo que debía hacer.

No, no era suficiente. Moreno ya no estaba, Castelli tampoco, Belgrano estaba lejos y en problemas. A San Martín pronto se lo sacarían de encima, al menos de BA. En poco tiempo, la “revolución” va a parecer una causa perdida y en dos años, para 1815, casi liquidada en manos de un Alvear que se volvería “pragmático” y “sensato”.

Para algunos la Asamblea es un “paso más en la búsqueda de la libertad”, otros la ven como una frustración. Seguramente, para el grupo revolucionario morenista y los de la Logia fue una frustración. De ahí a decir que fue una completa victoria de los intereses comerciales de BA, también hay un trecho. Pero algo de eso hubo.

La verdad es que casi nunca hay solamente dos bandos, suele haber más (que en momentos cruciales se colocan en una y otra posición y ahí si que son solamente dos). Y falta ver aún, cuánto de la “lógica colonial”  ha sobrevivido en el imaginario colectivo, cuantos “no se puede”, “mejor ahora no”, “pensémoslo bien”, “hay que ver primero quién gana”.

Y si después de doscientos años todavía tenemos Patria es porque algunos (no todos) “en algo andaban” y “algo habrán hecho”. Menos mal. 

Datos tomados de www.pais-global.com.ar; www.infonews.com.ar; y www.lagazeta.com.ar. La argumentación y las opiniones son del quía que firma.

lunes, 21 de enero de 2013

EL AMIGO AMERICANO

Un nombre común. Tenía un compañero de secundaria que se apellidaba igual. Son cuestiones como la de invasión, el mestizaje, el colonialismo, la inmigración, la nación. La pasión. 

Nombre común, que después uno se entera que es compuesto y parece más importante; como lo van a ser todos los de acá, ahora que la ley dice que el apellido materno no debe perderse.
Pero la cara. Pero el uniforme. "Pero" por derecha, "pero" por izquierda. 
Golpista, ya sabía yo. Desconfiar, que no tenemos cien años se asambleas al pedo, desconfiar siempre. Y mi otro yo dice: ¿fue o no fue San Martín el que le hizo un golpe al Segundo Triunvirato? Estos milicos. 
Fuerzas especiales, entrenamiento especial. Ojoooo. 
El golpe no salió (oia, no parece milico) y el fulano va preso. Por suerte no dice “la historia me absolverá”. Se presenta a elecciones en un país desgastado de tanta democracia “pactada”. Gana.
Charlotea mucho, adjetiva mucho; floreo de esos floreos que la burocracia colonial hispana sabe bien. Es barroco para hablar pero habla fácil. Habla lindo. Mucha consigna eso si, mucho martaharnecker dios mío. Otra vez no, mirá que la segunda es como farsa.
Mira que la peor pesadilla es que venga uno a cumplir tus sueños.
¿Será? Naaa. Milico.
Populismo, eso es. Ajá, eso es. Y uno sabe que “populismo” es como el conquistador (el colonialista) designa al Cuco (ese cuco vengador de pesadillas varias, tal vez resto de conciencia, tal vez una parva de miedo). Entonces…
Golpe, ahora si. Pero se lo dan a él. Va preso, renuncia (y van…). No renuncia. Lo rescatan. La gente va y lo rescata. Los milicos se recuperan y lo terminan de rescatar. ¿Qué pasó? Algo había de un golpista al que le dan después un golpe y el pueblo lo rescata…
Bolívar. Bolivariana. Bolivar. La espada. 
No se deja tranquilos a los grandes muertos y el padre Bolívar es un muerto glorioso pero también un muerto derrotado. Blande la espada, habla de la espada, filo, contrafilo y caricia. Es raro.
Es raro. Petróleo, y mucho. Hay plata y no se va para el mismo lado de siempre. Se cae para abajo, y no es derrame. Esta vez. Organización abajo (de abajo).
Está solo por un tiempo, hablando de una América que no existía (pero que ahora si). Empezó él y notó la soledad inmensa de la isla verde, a la que tanto se le debe. 
Y vino acá. No se conocían pero planearon juntos y nuestro animal se lo llevó al Sur, pero esta vez si bien el Sur. Arreglaron, congeniaron, confabularon, diseñaron. Se puede. 
Mucho para decir. Y uno lo vió en Mar del Plata con eso de alcaalcaalcarajo. Qué suerte que es milico, así vi uno vivo que valía la pena. Habla, canta, susurra, chistea, recomienza mil veces, inagotablemente habla y llueve sin parar. 
Y acá iba a haber crisis energética (si nos dejaron el culo hecho un colador). Pero no hubo, o no fue para tanto. Vino energía amarilla, roja, azul y también dólares color bolivariano fuerte. No era viento de cola, no, pero tampoco es que fue sin ayuda. Entiendo que es muy triste para el altivo culorroto (vecinos míos todos seguramente) pensar que le debe al menos un “gracias”. Ojalá llegara a pensar todo lo que le debe (habría que encargarse que no se pueda arreglar con un “gracias” y menos con esa cara de orto que ponen ante cualquier cosa que sea sospechosa de popular).
Bien. Señores, pasaron algunos años y los de acá sabemos lo que es el dolor, el dolor tremendo de que se te vaya un indispensable antes de tiempo (sobre todo si el tiempo es esa eternidad que creemos necesitar siempre). Sabemos, algunos sabemos bien. 
A esta altura de la suaré no vamos a andar con boludeces. Ni con análisis políticos, geopolíticos, blablá blablá. Mire, la verdá es que a mi me gustaría que vuelva. Que se cure del todo (o de lo peor, de eso que mi tía pobre no nombraba por las dudas) y vuelva. Aunque no pueda gobernar. Me doy ese lujo, calculo que un venezolano no pensará tan ligeramente igual. Sabe lo que daría por tener al Otro acá, metiendo la cola cada tanto, mirando para un lado y para otro, que el viento le vuele el saco y entre todos lo despeinemos, sabe cómo querría…
Por eso, Comandante Hugo Chávez Frías, gracias. Por todo.
Pero vuelva, ¿si?.

Pasa que nosotros a los nuestros los queremos.

viernes, 18 de enero de 2013

Y EL MUNDO DEL MAÑANA

En 2012 los mayas no lograron terminar con el planeta, pero fue un año duro. El enorme andamiaje de un furioso ultra capitalismo financiero crujió y en algunos lugares se va desplomando, sin que ello signifique el colapso del sistema ni mucho menos. Suelen colapsar los sectores más desprotegidos de las sociedades mucho antes que los intereses del capital (en el primer mundo también).

“La clave del año (2013, aclaro) será la sostenibilidad del nuevo modelo económico impulsado por China y Sudamérica, que está comenzando a predominar en el mundo, luego de la crisis iniciada en 2008”. Según los recontraortodoxos economistas que escriben en la revista The Economist, se tata de “…el nuevo modelo de capitalismo de Estado”. (…) “…el auge del llamado capitalismo de Estado (China, Brasil, Venezuela, Sudáfrica, Argentina, Ecuador, Bolivia, etc) ha sido resultado de una década inusual y que ha llegado a su límite”. Pero pese a que todo se va al carajo y paradójicamente, estos “especialistas” del neoliberalismo, estiman “…que el nuevo modelo se sostendrá”.

La nota aparecida en el periódico Miradas al Sur no tiene desperdicio, a pesar de que se refiere a la representación del Sindicalismo y las nuevas bases de trabajadores y no a un modelo económico como pretendo aquí.

Y sigue:
“El principal dato del 2012 en Argentina es que, pese a la crisis, el desempleo casi no aumentó, las paritarias no fueron suspendidas y el gasto público no fue reducido. Se trata de una respuesta a la crisis que se ha hecho habitual y hasta parece ‘normal’, pero que no tiene nada de ‘normal’ y es obviamente fruto del predominio de la política sobre la economía. Despedir era casi un reflejo automático del empresariado a la primera nube y era parte de una cultura fomentada por las famosas leyes que ‘flexibilizaban’ el despido, la última de las cuales fue la Ley Banelco que obtuvo la Alianza sobornando al Senado. Los que piden volver al FMI tienen que saber (lo saben) que entre otras cosas el FMI va a volver a exigir que Argentina restablezca la cultura política y empresarial de despedir”.

Varias cosas por decir… Es cierto que está alumbrando otra manera de transitar el sistema capitalista, una que tiene que ver con reglas (con algunas reglas, pero lo nuevo es que vienen con el propósito de que se cumplan y la curiosa idea de que es el Estado el encargado de velar por semejante cuestión) y redistribución. Dice más arriba que eso ocurre porque la política dirige la economía. Bueno, siempre es así, sólo que a veces la “política” de hace invisible y se traviste de “economía”.

Lo que no me gusta es eso del “llamado capitalismo de Estado”. No es ninguna novedad y si bien es comprobable que –desde Néstor K en 2003- Argentina cambió de esquema económico, eso no significa que no sea aún rehén del neoliberalismo en muchos aspectos. No hay un “capitalismo bueno”, si tal vez un capitalismo “mejor” (en comparación con). Entiendo que se designa así a una nueva realidad en el ámbito internacional, como alternativa a un viejo bloque que se autoproclamaba “primer mundo”, hoy los de la crisis. Insisto, los de la crisis son los pueblos, los que están en la cima financiera de esas sociedades la pasan fantástico, se adaptan y siguen (total no viven de un sueldo como los pelotudos).

Nuevo modelo alternativo, entendiendo por ello “superador”, será cuando podamos plantearnos algún tipo de socialismo nacional que al menos introduzca otro concepto de propiedad y otras maneras sociales de apropiación de bienes y servicios que produce toda la sociedad. Pero por ahora, la variante “inclusiva” que nos acerque al concepto de justicia social es alentadora.

Y hay más:
“El verdadero peligro para el modelo sudamericano es la primarización, impulsada por los tratados de librecomercio. La exportación de materias primas a precios justos –por primera vez en la historia de América Latina- es fundamental para terminar la historia de saqueo y descapitalización de Sudamérica, pero es incapaz por si misma de crear suficientes empleos decentes para terminar con la exclusión. Se necesita redoblar la política de integración sudamericana, para conformar un espacio económico ‘interno’ capaz de sostener un camino de industrialización y valor agregado creciente, sostenido por el desarrollo autónomo de la ciencia y la tecnología”.

Clarito, clarito. De esto se habla en la política real y esto es lo que importa. Sabemos que el desarrollo no se puede apuntalar solamente con el bum (como las papafritas) de la soja. Consolidar el mercado interno ampliado (ampliado en estos diez años, a ver si queda claro; aunque habría que decir “justiciado” más que “ampliado”, porque están empezando a consumir y/o consumir más los que habían sido despojados de la capacidad de consumo). Pero también -y complementariamente- crear y consolidar un mercado ‘interno’ regional, entendiendo ‘regional’ por Latinoamérica. En este sentido hay que vincular la necesidad de abrir nuevos mercados con países no tradicionales (no del “primer mundo”), que es exactamente lo que está haciendo la delegación argentina en los Emiratos Arabes Unidos, Indonesia y Vietnam en estos momentos (con la Presidenta a la cabeza y el armado indispensable de Guillermo Moreno).

No es fácil abrir mercados, cuesta tiempo, dinero; tiene que ver con relaciones personales. El Estado hace de vanguardia llevando tras de si al empresariado. Bien, es lo que hay que hacer. Los frutos se ven a mediano plazo, no menos (y eso lo sabe cualquiera que conozca un algo sobre el tema).

Reemplazar gradualmente la exportación de productos primarios (aún primarios elaborados) por una producción con un alto contenido de valor agregado. Otro objetivo que se logra con políticas de largo aliento (y un Estado popular de largo aliento sobre todo). Y todo para lograr una continua y virtuosa cadena de generación de empleo “decente” (en blanco y con todo lo que tiene que tener), que es objetivo y a la vez causa de desarrollo.

Y dejemos entonces que los boludos se ocupen de titular/comentar el lujo de los hoteles, la muñeka, los asados, la rentabilidad inmediata de hacer negocios como si se tratara de poner una heladería en enero.

No va a ser fácil salir de la mortaja neoliberal, sobre todo cuando encontraron la manera de mezclarla con el ADN de una parte del pueblo. Maldición de Malinche renovada una y otra vez, de la misma manera que los antídotos (¿anticuerpos?) aparecen y las ideas aparecen.

La magia (la mística) de los pueblos también es muy importante.


Las citas son de “Sindicalismo: el desafío de representar a los nuevos incluídos” por Alberto Pepe Robles, Director de Investigaciones del Instituto del Mundo del Trabajo “Julio Godio”; Miradas al Sur del domingo 13-01-2013.



lunes, 14 de enero de 2013

O BARBARIE

Casi siempre, los chicos eligen ser indios, no soldados. Generalmente, seguro que no siempre. Supe de una nena que se empacó mal porque la maestra no la dejó ser cacique, así de serio puede ser. 

Pero después vienen los monumentos ecuestres en bronce, muchos de ellos de famosos asesinos seriales como Roca por ejemplo. Hagamos justicia, por más que no me guste, Marín Rodríguez y Rosas tienen sus trapos sucios en esto, aunque en la época los “pueblos originarios” fueran indios patasucia que era mejor erradicar o al menos ir corriendo hasta el mar o hasta donde fuera, pero lejos. Los huincas hemos llegado a ser gente jodida, y nos alcanza el genérico por más buenas intenciones que supongamos tener (“huinca” era cómo designaban los nativos –de verdad- a los “cristianos”, “blancos”, “ladrones”; quien podría culparlos ya que las tres cosas eran verdad).
Hasta ciertas ramas de la izquierda bienpensante (es decir, europea, por más criolla que se creyera) supieron hacer desaparecer al “indio” tras los disfraces del campesino y el obrero, diluyendo la condición étnico-cultural para poner sobre la mesa una lavada (correcta) ubicación en la estructura social. Pasaban a ser parte de los explotados sin más, y de paso se borraba todo lo demás que señalaba(acusaba) a la “civilización” positivista. Y agrego algo más (ya que nos fuimos un poco al carajo): la cruel persecución al desdichado Mariátegui por parte del Comintern latinoamericano (sucursal imperial del PCUS stalinista) por haber concebido al indígena peruano como el sujeto revolucionario (en lugar de la clase obrera, sacrilegio que indicaba inequívocamente una herejía desviacionista). Pero dejemos esto.
Y vamos a lo nuestro (que siempre es incómodo). “La comunidad qom Potae Napocna Navogoh (La Primavera) de Formosa amaneció ayer con otra muerte, la tercera en un mes. Juan Díaz Asijak, de 16 años y sobrino del líder Félix Díaz, falleció luego de cuatro días de internación. ‘La policía me dio que mi hijo estaba ebrio y tuvo un accidente en la moto. No le creemos. Y los médicos nos dijeron que fue una golpiza’, denunció Pablo Asijak y alertó: ‘Nos matan por nuestra lucha por la tierra’. El gobierno provincial sostuvo que se trató de un ‘accidente vial, lo que se diga en contrario son falacias”.
(…) “En junio de 2010 la comunidad decidió un corte por tiempo indeterminado en la ruta 86 por reclamo de tierras ancestrales. El 23 de noviembre de 2010, la policía reprimió el corte. Asesinaron al abuelo qom Roberto López. Un día después fue atropellado Mario López, dirigente del pueblo pilagá. Murió atropellado por un oficial de policía cuando se dirigía a solidarizarse con la comunidad La Primavera.”
“El 28 de junio pasado, a la noche una patota atacó a Abelardo Díaz, hijo de Félix Díaz.”
(…) “El 9 de agosto fue el turno de Félix Díaz, en la ruta, cuando circulaba en ciclomotor y una camioneta se le fue encima. Siete puntos en la frente, fuertes golpes en el brazo, piernas y pecho. La camioneta no se detuvo.”
“Lila Coyipé, de 10 meses y Celestina Jara, su abuela, de 49 años, murieron luego de ser atropelladas por un gendarme el 9 de diciembre pasado. Ricardo Coyipé, también atropellado, había denunciado que ‘no fue accidente, lo hizo a propósito.” (…) “…la versión policial y del gobierno fue de ‘accidente”.
“La semana pasada, en Laguna Blanca, una patota golpeó a Omar Avalos, de la comunidad La Primavera.” (…) “…los atacantes los acusaban de ser opositores al gobierno provincial. No hubo detenidos.”
Otro ejemplo de estos días (para establecer algún contraste): “En el marco de la investigación de la muerte del niño qom en Villa Bermejito (Chaco; nota mía), la fiscal Raquel Maldonado dispuso la detención de otras dos personas, hermanos de Saturnino Franco, quien hasta ayer era el único detenido.”
“De acuerdo con la denuncia de los familiares del niño Iber Flores, cuyo cadáver fue hallado el sábado a la mañana, esta familia tendría antecedentes en ataques a integrantes de la comunidad qom de esa localidad.”
(…) “El chico apareció muerto con fuertes golpes en el cráneo y en la cara. Los padres de Iber y dirigentes de su comunidad fueron recibidos el miércoles por el gobernador Jorge Capitanich, quien les prometió que la provincia sería querellante en la causa.”
Dirigentes golpeados, miembros de comunidades asesinados por policías y gendarmes, el gobierno formoseño lavándose las manos una vez más (en las últimas horas se supo que se iniciaría una investigación ya que parece que la “convicción” de que se trató de un “accidente” está muy cuestionada). Lo último fue pesado: chicos patoteados/asesinados. Mucho y durante mucho tiempo.
Desde el ciclo inaugurado en 2003 (los gobiernos K) se comenzó un trabajo en profundidad para delimitar áreas reclamadas por las comunidades indígenas y destrabar el cumplimiento de tantas cosas que dice la Constitución (la reformada) sobre los derechos de los pueblos originarios. El tema no es sencillo, porque siempre la realidad supera edulcorada ficción de las declaraciones y las buenas intenciones. Ya volveré sobre esto más adelante y con información de primera mano.
La verdadera “barbarie” es blanca, la de la civilización hipócrita que nos toca a todos. Hay que hacerse cargo de toda la historia (también de ese famoso y triste Malón de la Paz de 1946), es la única manera. Aceptar que los indios son los “otros” y que ellos tienen sus propias ideas acerca de la inclusión.
Y –por ahora- como dice la nena que quería ser cacique: he dicho.
* Las citas son de “Piden investigar la muerte de un jóven qom” por Darío Aranda, Página 12 del 11-01-2013, pág. 17.

viernes, 11 de enero de 2013

CARANCHEANDO

En otra época se las tomaban a Montevideo. Una vez, desde allí se las arreglaron para meterse a la cola del imperio del Brasil e invadir el propio país, eso si, en aras de un objetivo trascendente como era el de liberar a la Patria de la “sangrienta dictadura” de Rosas. Qué cosa, siempre se encuentra algún alto ideal, la defensa de “sagrados” valores, la salvación de la libertad, pero el método no cambia demasiado: siempre se arrima hacia el lado de los poderosos o la cuasi traición a la Patria.

Pero ahora se quedan acá (más allá de esporádicas salidas de negocio/placer). Las soluciones que encuentran a los problemas son también casi siempre las mismas. Hay que pagar a los “fondos buitres” por eso de que hay que honrar las deudas (el presidente Avellaneda había dicho “hasta con el hambre de los argentinos”). Decir “buitres” es otra expresión peyorativa que la gente de bien no tiene por qué compartir y menos usar. Demás está decir que importa bien poco que un 95% de los acreedores de la Argentina hayan aceptado quita y reprogramación de los pagos. Claro, se lo aceptaron a Néstor y después lo volvió a negociar Boudou, bajo mando de Cristina. Tampoco importa que ese altísimo porcentaje esté compuesto por bancos, empresas de países del primer mundo, defensores a rajatabla del capitalismo del que ellos se sienten amorosos cruzados. En este caso, vale sólo ese 5% de negociantes itinerantes que andan a la caza de oportunidades (como esos que entregan tarjetitas en hospitales y tragedias). Será que se parecen.

Algunos han llegado al colmo de proponer cuentas bancarias para recaudar los fondos necesarios para pagar esa supuesta “deuda” del honor argentino. Miserables que, como esos criminales de novela negra, pretenden volver al lugar del crimen y encontrarse con la víctima (y que colabore). Son diputados, políticos, uno piensa que debieran al menos tener un sentimiento que rozara, tendiera a, supusiera, intuyera algo cercano al patriotismo. Pero no.

Son de diversa calaña, para qué andar contando sobre todos. Apuestan mal, se equivocan en los diagnósticos, no conocen ni de casualidad al pueblo (no saben, por ejemplo, que “habitantes” no es sinónimo de “pueblo”) y por eso mismo imaginan escenarios que finalmente no se dan (y lo que se da es todo lo contrario).

Aún no lograron que el dólar esté a $ 10 y eso que vienen tratando desde el 2003. No pudieron estabilizar ni disparar una hiperinflación (eso sólo les sale cuando gobiernan ellos). No pueden hacer que los argentinos se vean reflejados en el “campo” como en un espejo. Ni siquiera saben organizar bien un “saqueo”. Y no pueden, de ninguna manera, convencer a nadie (al menos no a la mayoría) de que “los valores” están por encima del “bienestar”.

El viejo tema –se me ocurre, sólo porque soy un jodido- de la Libertad vs Igualdad. Dilema liberal de primer orden, que fuera solucionado de sobra por el Peronismo. Sería algo así como: nivelados los sectores sociales (no jodamos con las “clases” en este tramo), para decirlo más concretamente -como a Evita le gustaría- elevados los trabajadores y los humildes por sobre el resto porque venían muy de atrás, y cuando todos pueden sentarse más o menos “de igual a igual” en la mesa. Es decir, con los mismos derechos sociales/políticos/económicos, con poder adquisitivo (proporcional a cada uno, esto no es igualitarismo duro) real, entonces ahí puede empezar el reino de la “Libertad”. Igualdad/Libertad son una misma palabra que se dice de dos maneras diferentes. Eso de contraponerlas es cosa de liberales, unitarios e hijos de puta. Hasta acá, ¿támo? ... bien.

Pero para ellos no es así (siempre tan librepensadores, tan diferentes, tan que no estoy de acuerdo nunca). Los “valores” como la libertad, democracia y otros (total en boca de ellos todo pierde significado real y pasa a tener significado ficcional) vienen a cubrir libertad de empresa (mentira también: son los privilegios de algunas empresas más poderosas), subordinación de la mayoría a la minoría (y eso si es una dictadura), subordinación a intereses extra-anti nacionales (como la curiosa manera de “pagar” la deuda por ejemplo). Uno diría que son traidores y una extensa ristra de adjetivos-insultos. La verdad es que son cagones, muy cagones. Fijése si no, que antes andaban pidiendo que una patota (esas “patotas cívico-militares”) te golpee, secuestre, picanee, te tire al mar con cemento en los pies.

Y están también esos otros que no son culpables de nada, los que se bañan en el Jordán todos los días, los “puros” de toda pureza. Y eso porque se autoproclaman “socialistas”, como si decirse fuera serlo. Y que me perdonen por un momento los socialistas de verdad. De estos truchos hay muchos, los que se dan lustre y trabajan de “izquierdistas” como quién ha puesto una florería enfrente de un cementerio.

Pero entonces: ¿somos los únicos buenos? ¿habrá que pensar como nosotros? ¿es cierto que si hacés una crítica o tenés pensamiento propio son un gorila y un turro? Así no somos nosotros, pero si nuestro cliché. Por supuesto que si piensan como nosotros, mucho mejor. Pero la verdad es que todos estos "opositores" trabajan para nosotros. Son tan desastrosos y meten tanto miedo (también miedo a su incapacidad manifiesta para gobernar) que aún los que nos desconfían nos terminan votando. Al menos así fue hasta ahora.

Yo quisiera, la verdad,  que esta puta derecha se hundiera, que dejara de ser un ave rapaz sobrevolando mi Patria, no tener que temer que todo se vaya al carajo si no estamos: que no peligre de nuevo YPF, que no se vuelvan a afanar la plata de la Seguridad Social, que no hipotequen generaciones de argentinos ni nos aten otra vez al FMI, que no levanten los ramales de trenes que se pudieron recuperar, que no se queden sin jubilación los que tienen patrones chorros que no les hacen los aportes, que no devuelvan la ESMA ni hagan un monumento a Videla y Massera, que no impidan que se case el que quiera con quien quiera, que no se pierdan puestos de trabajo, que no deje de haber paritarias, que haya una ley que impida los monopolios en los medios de comunicación y en todo, que los científicos no se tengan que ir de nuevo. Y más, porque es mucho lo que se hizo/hicimos los argentinos desde el 2003.
Y tampoco quiero la sombra de ese vuelo negro porque quiero más cosas (que todavía no están, pero que es posible desear y realizar): que la minería sea una actividad industrial cuidada para sus trabajadores y el ambiente, que Monsanto se vaya a la mierda, que los géneros sean iguales y respetados, que no haya más gatillo fácil, que la Policía no pueda ser acusada de “narco” ni de “trata” (porque se liberaron de esos estigmas), que vuelvan los trenes del Estado (y sean muchos), que tributen más los que más tienen, un plan Procrear multiplicado, la victoria tras pelear una guerra contra la pobreza (y no contra los pobres). El orgullo por ver un desfile militar. Y más, siempre más.

Mis hijos tienen críticas, sus amigos, nosotros mismos. ¿O de qué hablamos en la sobremesa entre compañeros? Un proyecto se construye discutiendo, disintiendo también, pero tiene que haber una conducción y decisiones. El asunto es que acá hay las dos cosas, digo para los que se dicen de “adentro” pero se la pasan despotricando cuando alguna medida los perjudica un poco. Porque hay de todo en la viña del señor.

Y claro que hacen falta críticos adentro (y si querés también al costado, o de frente) que nos corran por izquierda, pero sin abrazarse enseguida con los enemigos de la Patria.

martes, 8 de enero de 2013

EN POBLADO Y EN BANDA



La pregunta es: ¿por qué no salen de comprar?

Todos sabemos que esta es una foto de los “saqueos” de diciembre de 2012. Pero primero despejemos un poco la mesa: se llevan “plasmas” (LCD, HD, LED) y no comida (y si buscás, vas a encontrar otras fotos con gente que se lleva comida); están encapuchados, está “armado”, organizado. Si. Hubo instigadores, cómplices y también frustrados beneficiarios (políticos) de una generalización del descontrol que no ocurrió. Hay procesos abiertos con sospechosos, incriminados, detenidos. Muchos irán a juicio en algún momento. Alguno que otro será condenado por robo en poblado y en banda, destrucción de la propiedad, y otras calificaciones que desconozco. Y si, es lógico y licito que la democracia actual se autodefienda, tiene leyes a mano para eso. 
Está también eso otro de la “conspiración” que tiene tantos padres y madres como imaginación el opinador (y grado de paranoia). Pero sin exagerar, los rasgos conspirativos fueron a trazo grueso. Cómo para no notarlo. Después valen también las consideraciones de situaciones locales, internas cruzadas, territorializadas, revanchas, vendettas (¿es casual que haya habido muertos en Rosario, epicentro de las denuncias de narcotráfico policial?).
Son todas cosas aparte para quedarme sólo con la cuestión del principio: ¿por qué no salen de comprar?, preguntado en profundidad y sin la respuesta fácil incriminadora que lleva a un calificativo polisémico: porque son lúmpenes. Y “lúmpenes” es también una palabreja de gatillo fácil: dispara al bulto y disipa en el humo de la descarga la responsabilidad colectiva. Oh, oh, qué estamos diciendo… Hagamos un recorrido rápido: lumpen vs trabajador (prolijo, disciplinado, conciente de su rol); lumpen como divorciado de buenas costumbres, familia, sanidad, educación (cultura, sobre todo cultura). Lumpen como inadaptado social. Un candidato a la segregación finalmente aceptada, casi como un acto de justicia o autodefensa (del cuerpo social). Y también es lumpen la mano de obra barata para la desestabilización (como señala el caso). Incorregible, simiesca, drogona. Le cabe todo. 
Sin embargo, se puede decir (acorde con los clichés de la época): nadie nace lumpen. Y no, porque producir lumpenaje sale mucha plata y ocupa mucho tiempo.
Es difícil que varias generaciones humildes puedan mantener la coherencia espiritual (y los valores de buena sociedad burguesa y liberal, todo esto dicho sin sorna ni sarcasmo) durante tanto tiempo de desastre. Y en esta frase, dos cosas: hay que hablar de esos tiempos y del desastre. 
Los tiempos: me tienta decir que los frutos de la promovida Argentina Peronista se vieron confirmados en la bonanza económica de los trabajadores de los sesentas (políticamente, todo para el carajo), justamente de esos “mejores pagos” que iban a hacer el “Cordobazo” por ejemplo. En los setentas esa sociedad se comenzó a desmontar, a desmembrar, y bien puede incluirse el fenómeno en un río tumultuoso que se llevaba puesta la seguridad social como víctima sacrificial en el altar del mercado neoliberal. Así las cosas, así el mundo (cuanto peor, peor). Golpe, dictadura, democracia vigilada, democracia desfachatada, democracia hipócrita, dosmiluno. Es la secuencia temporal del desastre. 
El desastre: agujeros, como en un bombardeo, agujeros que se abrieron y se tragaron las casas, los trabajos, la educación pública, las obras sociales, la “cultura del trabajo”, la vida de miles y miles de fulanos. No era daño colateral, eran los blancos fijos. La teoría del “ejército de reserva” para regular el precio de la fuerza de trabajo se fue a la mierda y se cambió por “población sobrante”. Sobraban, así como había “provincias inviables”. 
Claro que no fue como con los desaparecidos. Estos hijos de la desgracia quedaron vivos vagando por los barrios, juntándose alrededor de una birra, sin ver jamás a papá, a mamá y al tío salir a laburar. Peleas, separaciones, vergüenza. Trabajadores humillados que ante el encuestador (por un decir) admitían que eran “amos de casa” porque la patrona había pegado unas horas limpiando casas de familia (no sabían mucho de la cuestión de género, la humillación era tan real, había que verlo en sus ojos). 
Por supuesto que muchos, muchísimos la remaron con la dignidad que tal vez les llegó más entera y no se hicieron chorros, ni dilers (se escribe de otra manera pero qué). La inseguridad social apadrinó ejemplarmente la “inseguridad” de la propiedad, sin que esto signifique establecer un causa-consecuencia (pero no boludeemos).
Nadie nace lúmpen, son decisiones políticas tomadas en el más alto nivel lo que produce la lumpenización de la sociedad, la economía y la política. Y acá esto se hizo en muchos años. No se con qué cara de pelotudo se puede creer que vivimos en un país “normal” y quejarse como si de repente la sociedad perfecta que teníamos se hubiera hecho mierda por la “corrupción”, la “violencia” u otras palabras que parecieran tener un sentido explicativo per se. Atrás de cada una de ellas hay relaciones sociales, malas relaciones sociales que cuentan como una parte minoritaria de la población (de aquí y de afuera) se fueron quedando con la vida, el destino y los proyectos del resto. 
Y ahora demos otra vuelta de tuerca más a esto. Si los de la foto salieran de comprar lo que llevan en los changuitos querría decir que sus ingresos les permitieron consumir más y consumir otros bienes. Bienes de confort y diversión por ejemplo. Como que más de la mitad de la población se vaya de vacaciones en verano, otro ejemplo. Estar más integrado de alguna manera si, lo que no significa formar parte de algo. 
Cuestiones espirituales que dicen que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Formar parte de la Patria, ser la Patria. Eso es otra cosa. Claro que no se puede hablar de esto, sin arreglar primero lo otro. Panza llena y bolsillo contento dan orejas amables y al poco tiempo, espíritus activos, creativos (y hasta críticos, última de las virtudes y no la primera). 
Esa era la promesa de la Argentina Peronista, no otra. Esa era la Revolución Justicialista y no otra. Tendremos que ver cómo vamos y lo que falta, navegando por este río furioso que no nos ha dejado parar a tomar un descanso. Y eso que, mirando a la distancia, estamos tan mejor.