sábado, 26 de febrero de 2011

SIEMPRE

DIOS LOS CRIA

"Me encanta la posibilidad de una alianza. Lo necesitamos a Mauricio. El tiene sus votos no sólo en la Capital sino también a lo largo y a lo ancho del país. No tendrá estructura, pero nosotros la tenemos."

Luis Barrionuevo, Argentino, Contemporáneo (Página 12 del 24-02-2011, pág. 14).

martes, 22 de febrero de 2011

(sobre) PARAISOS PERDIDOS

Ya de vuelta, va la segunda avalancha sobre la existencia de una “utopía peronista” (para releer o enterarte sobre la primera avalancha, es acá)…

Bien. Si ubicamos lo utópico en las transformaciones realizadas en la “década dorada” de 1943-1945 (el “primer peronismo” que, como toda década famosa, no tiene ni de casualidad diez años), entonces alcanzar el ideal nos devolvería al pasado, un tiempo mítico cuasi perfecto que supone una idealización de los cuarentas y cincuentas. ¿Puede tener el peronismo una utopía reaccionaria, es decir, un horizonte que mira hacia atrás dando la razón a aquello de que todo tiempo pasado fue mejor?

Si estuviéramos todos de acuerdo con que la “revolución”, como la concebía el pensamiento griego antiguo (qué ambiguo) tiene que ver con ese volver a un tiempo de inocencia que fue corrompido por el cambio, entonces si, la utopía podría tener ojos en la nuca sin mayores problemas. Ocurre que, desde la Ilustración y todas esas cosas que en Europa mandaron al cuerno al Antiguo Régimen (la monarquía absoluta), la palabra “revolución” nos lleva a otros destinos. La utopía, para estar bien conceptuada, debe mirar hacia adelante.

Y algo de eso hay. Las masas trabajadoras y los humildes no habían gozado de garantías ni derechos auto sustentables en el tiempo antes de la etapa peronista. ¿Hacia qué pasado brillante iban a mirar? Su presente era el que brillaba desde el ’44 en adelante. Quintuplicación del salario real en algo más de un año, vacaciones reconocidas y pagas, jubilación para todos los trabajadores, derechos de los peones del campo, recreación, asistencia social y sanitaria. Y todo eso que sabemos y damos graciosamente como dado por la realidad como si siempre hubiera estado ahí.

No era una concesión del Estado, se trataba de la concreción de reivindicaciones por las que el movimiento obrero argentino venía luchando desde fines del siglo XIX.

La mística, qué duda cabe, fue obra de Evita. Una antorcha auto combustible que incendió la noche de los humildes para siempre y dotó al naciente peronismo de una lógica y un lenguaje clasista, al menos -y no es poca cosa- respecto de los valores y los enemigos.

Estos son elementos que se retomarán y resignificarán en la etapa de la Resistencia, cuando el peronismo desalojado de la dirección del Estado, deba sobrevivir y a la vez defender las conquistas obtenidas tan recientemente. Los verdaderos reaccionarios querían volver a otra década impar, la Infame (y digamos que fue empate).

Los que se animaron a plantear (y a replantear) la utopía peronista hacia adelante fueron los jóvenes de los sesentas y setentas (otra vez: entre el ’59 de la revolución cubana y el ’74 de la muerte de Perón hay 15 años).

“Trasvasamiento generacional”, como pase de antorcha de viejas guardias de patas húmedas en la fuente a otros con binchas y banderones negros, de banderas argentinas usadas como capas. “Actualización doctrinaria”, hecha por el mismo General desde Puerta de Hierro en el memorable documental que olvidó Solanas. “Socialismo nacional”, indefinido y lleno de definiciones a la vez que recuperaba el programa de La Falda, Huerta Grande, el 1º de mayo de la CGTA, Córdoba y Rosario. Recuperar los resortes básicos de la economía para transformar la sociedad, en base a la participación de los trabajadores como elemento dinámico y el pueblo en general. Entonces, el “primer peronismo” como base indiscutible para arrancar. Primero recuperar eso para avanzar retomando la “revolución inconclusa”. Esa es la utopía.

Y fueron horriblemente castigados por plantear eso, una utopía hacia delante. Los sectores dominantes, que Jauretche llamaba claramente del “coloniaje”, esa podrida oligarquía contra la que vomitaba Evita, esos son los castigadores. Los que habían vigilado para castigar después. Y si, también tuvieron sus personeros en el Movimiento, los verdaderos infiltrados.

Una compañera me decía que los peronistas siempre venían a “arruinar la foto”. Es decir, ocupar los espacios, aparecer aunque sea a los codazos porque los derechos se conquistan y eso exige –al menos hasta que es aceptado- un poco de prepotencia. Ahora voy pensando que de alguna manera en este tren de necesidad-derecho (eso maravilloso que planteó Evita), el peronismo fue reemplazando a los tipos que estaban en la foto y la imagen “arruinada” era ya otra foto. Apropiación de la cultura burguesa (tan negada) y no empecinamiento en una cultura alternativa… ¿es una utopía mediocre, berreta porque no da con los estándares requeridos por la izquierda?

Un buen ejemplo para pensar es esto que vivimos desde el 25 de mayo del 2003. Un tiempo lleno de contradicciones y de avances innegables (sólo los negadores profesionales pueden persistir en la construcción de una calamidad virtual y cotidiana que aparece solamente en matutinos hegemónicos y radios afines).

La mística ahogada y olvidada, el Proyecto Nacional bajo el agua (otra película que olvidó Pino), y encima el gran impulsor de la topadora neoliberal había sido… un peronista, un peronismo. ¿A qué utopía echar mano? cuando éramos dinosaurios invisibles que se habían quedado en el ’45. Ridiculizados y estupidos. La soberbia de la Alianza demostraba paso a paso que otro tipo de representaciones surgía en la Argentina. Hasta que todo voló por el aire.

Y llegaron los grises, las realidades de un país atravesado por el mercado y la lógica religiosa del individuo solo. Desde allí se partió a reconstruir con lo que había, pedazos de duhaldismo, feudalismos cocoliche de aquí y de allá, dirigentes que se habían hechos a las patadas, empresarios que miraban para otro lado si el Estado también lo hacía. Plantear una utopía en el infierno que mirara al Purgatorio.

No quedó más remedio que crecer. Aceptar que hay cosas que tardan mucho en cambiar (y otras que tal vez no cambien). Saber que la tozudez es una virtud que no abunda y que nada tiene que ver con los guardianes de las certezas. Una tozudez de cabezas abiertas (no importa cómo).

La utopía peronista siempre en construcción (y reconstrucción) es antiliberal pero aprendió algo de las leyes del mercado. Hoy sabemos que nadie quiere estar privado del sagrado derecho de ser explotado (es decir, queremos tener trabajo). También estamos concientes de que para plantear otra sociedad, primero hay que estar metidos en esta que es capitalista (es decir, me quiero comprar todo yo también). Todos queremos ser de clase media, por eso no tiene que haber ni ricos ni pobres.

Es fácil, no berreta. La puede entender cualquiera sin haber leído a Althusser. La van tomando un montonazo de pibes que militan o quieren “hacer algo”, muchos no saben un carajo sobre el peronismo pero intuyen que es esto.

Como siempre, la utopía tiene en cada momento sus héroes maravillosos y trágicos. Esta de ahora (al menos este tramo) se extendió juntando mucha historia de utopías pasadas, y tiene que ver con lo personal –que allí van todas las cosas-, con un peronista que dejó la vida en la puerta de la casa de gobierno, pero no las convicciones.

lunes, 7 de febrero de 2011

De vacaciones...

No es que volvimos a las andadas y posteamos cada muerte de obispo. No, estoy de vacaciones y, aprovechando lo mal que va todo, fuera de BA por unos días (hasta el 18 de este mes para ser más preciso).

Entonces, para esos 5 a 15 que pasan por acá a diario (y a los que estoy más que agradecido), no abandonen este blog que es pasajero (por favor).

Si da, posteo desde donde esté, tal vez hasta se me ocurra algo.


Un abrazo...

viernes, 4 de febrero de 2011

EGIPTO, aquel viejo aliado

Mientras escribo, una multitud sigue convocándose en la plaza Tahrir (“de la Liberación”) de El Cairo, para exigir la renuncia del Presidente Mubarak y su régimen. Según lo que se difunde por cadenas internacionales el conflicto, que lleva (en este caso) casi dos semanas, cuenta con alrededor de 300 muertos y mas de un millar de heridos.

Es difícil para occidentales como nosotros comprender y mucho más, analizar, estos acontecimientos del mundo árabe. Inmediatamente imponemos nuestras categorías –de derecha o de izquierda, pero todas tributarias más o menos lejanas de la Ilustración y la Revolución Francesa- y, para peor, con nuestras propias taras remanentes de una mentalidad colonial que está en el sustrato inconsciente –que en algunos aflora desvergonzadamente- de nuestra cultura. Sobre estas dos cuestiones cabalga la ignorancia, los temores y prejuicios, y la propaganda convertida en relato hegemónico (que llevan adelante los EEUU, Israel y muchas potencias europeas). Hecha la salvedad –de la cual tampoco me salvo del todo- voy a lo que venía…

Leo en la Red Voltaire (para ver el artículo completo, del cual provienen las citas que siguen, moleste con el cursor
acá): “Hace una semana que los medios de prensa occidentales vienen haciéndose eco de las manifestaciones y de la represión en marcha en las grandes ciudades egipcias. Esos medios establecen un paralelismo entre estos hechos y los que desembocaron en la caída de Zine el-Abidine Ben Ali, en Túnez, y hablan de un aire de rebelión que recorre el mundo árabe. También según esos medios, este movimiento puede extenderse a Libia y a Siria y debe beneficiar a los demócratas laicos, no a los islamistas, …”

Para desmentir estas afirmaciones, el artículo señala una serie de argumentos, de los cuales me quedo con algunos que ayudan a comprender un poco la situación:
“… las manifestaciones de Egipto comenzaron hace meses. Los medios de prensa occidentales no les prestaban atención porque pensaban que no llegarían a nada. Los tunecinos no contagiaron a los egipcios sino que les abrieron los ojos a los occidentales sobre lo que está sucediente en la región.” (…) “los tunecinos se rebelaron contra un gobierno y una administración corruptos que poco a poco comenzaron a expoliar a toda la sociedad, privando así de toda esperanza a un número cada vez mayor de categorías sociales. La rebelión egipcia no está dirigida contra ese modo de explotación sino contra un gobierno y una administración que están tan ocupados en servir a los intereses extranjeros que no les queda energía para responder a las necesidades básicas de su propia población.”

En la múltiples manifestaciones anteriores a este estallido, las consignas y motivaciones fueron de diversa índole y sobrepasaron la crítica puntual a la prolongación de un gobierno autoritario: “Los manifestantes se refieren simultáneamente a los acuerdos de Camp David, el bloqueo contra Gaza, los derechos de Egipto sobre las aguas del Nilo, la división de Sudán, la crisis de la vivienda, el desempleo, la injusticia y la pobreza.”

Es que para los medios occidentales, “…los ‘malos’ son los gobiernos que se oponen –o que parecen oponerse– a la política occidental. Sin embargo, para los pueblos, los tiranos son quienes los explotan y los humillan.”

Y sabemos de memoria que los “malos” son “extremistas islámicos” (los extremistas evangélicos a la yanqui, extremistas católicos, sionistas ultraconservadores y demás por supuesto no existen). Por eso es interesante este párrafo: “Los pueblos del Medio Oriente no aspiran a reemplazar las dictaduras policiales o militares que los oprimen por dictaduras religiosas. No existe un peligro islamista. Simultáneamente, el ideal revolucionario islámico, que ya dio lugar al nacimiento del Hezbollah en el seno de la comunidad chiíta libanesa, está influenciando ahora al Hamas en la comunidad sunnita palestina. También puede ser capaz de desempeñar un papel en los movimientos que ya se encuentran en marcha, y ya lo está haciendo en Egipto.” Una cuestión de matices en el análisis que está ausente en el discurso de muchos “especialistas” criollos (todólogos mediáticos).

No se trata del “que se vayan todos” ni de promover la llegada al poder de opositores aceptados por Occidente. Sobre esto, ilustra la nota de la Red Voltaire: “… en realidad sólo existen dos organizaciones de masas, implantadas en la población, que se oponen desde hace mucho a la política actual: los Hermanos Musulmanes por un lado y la iglesia cristiana de los coptos por el otro…” (…) “Unas elecciones beneficiarían a los Hermanos Musulmanes y a los coptos. De ellas saldría un gobierno que abriría la frontera con Gaza y que liberaría al millón de personas allí encerradas.”

De producirse un desenlace tal, y más allá del desarrollo posterior de los acontecimientos, sería un problema real para la política colonial de EEUU e Israel en la región.

No se trata de encontrar “buenos” y “malos”, ni de adivinar cómo se insufla el vivificante oxígeno “democrático” en las sociedades de Medio Oriente. La cosa a remarcar es que los pueblos siguen debatiéndose en un contrapunto de “liberación o dependencia”. Algo que, con particularidades y procesos diferentes sigue uniendo a los Países del (viejo) Tercer Mundo, que alguna vez preocupó a los imperialismos por aquello de “No Alineados”.

Ojalá la situación se resuelva con el menor costo (no más que el ya registrado) y que Egipto pueda alumbrar un período de democracia popular y justicia social, que sólo podrá ser posible en el tiempo si es “a la egipcia”. Y ahí, deciden ellos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

NUESTRO HOMBRE EN EL CAIRO



Tiene experiencia
sabe de lo que habla

Está capacitado para gobernar
y lo hizo en el momento en que nadie quería hacerlo

Es un hombre para tiempos duros
porque sabe manejar los tiempos
y no se deja tutear por la fama
ni la popularidad

Es el hombre que se necesita
Por el trabajo
Por la producción
Por la paz social
con orden social en el presente
Olvidando todo lo malo del pasado

Siempre se para en la línea blanca
de lo posible


No pacta con las dificultades
las resuelve sin importar
los costos
ningún costo

Lo hizo una vez
Se muere por volverlo a hacer


…y este año está al pedo

DUHALDE PRESIDENTE DE EGIPTO 2011

martes, 1 de febrero de 2011

CATORCE ACUERDOS Y UN BALCON

¿Qué pasó entre las presidentas de Argentina y Brasil aparte de los discursos y de un buen almuerzo en el Palacio San Martín?

Afianzaron la relación bilateral “estratégica”, trabajada largamente por Lula y Néstor, y firmaron catorce (14) acuerdos. Vamos a Prensa Latina (31-01-2011;
http://www.prensa-latina.cu/) y nos vamos enterando un poco más:

“El primero de los acuerdos de cooperación suscriptos prevé la construcción de sendos reactores nucleares multipropósito de investigación, con similares especificaciones técnicas y de 30 MW de potencia.”
“La cooperación técnica en políticas y programas de planeamiento urbano, vivienda e innovación tecnológica en producción habitacional quedó plasmada en un Memorando de Entendimiento.”
“Del mismo modo fue reflejado el desarrollo de proyectos conjuntos de investigación relacionados con la construcción de la Nueva Fuente de Luz Sincrotron en las áreas de física de aceleradores, líneas de luz y estaciones experimentales.”
“Otro de los acuerdos firmados se refiere a la implementación de proyectos de desarrollo económico local y fronterizo, el incremento de infraestructura urbana, producción de viviendas para la población menos favorecida y la estructuración de programas sociales.”
“También fueron acordados la construcción de un puente internacional sobre el río Pepirí-Guazú, y el establecimiento de un plan de acción conjunta para avanzar en la cooperación en el área de masificación del acceso a Internet de banda ancha.”
“Otros dos Memorandos de Entendimiento se refieren al intercambio de energía eléctrica, durante los meses de enero a diciembre de 2011, y la cooperación en la producción y el uso de la bioenergía y los biocombustibles.”
“La visita de Rousseff aquí permitió además la creación del Foro de Empresarios Argentina-Brasil, así como avanzar en la promoción comercial conjunta, a fin de fomentar el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios de considerable valor agregado hacia terceros países.”
“Ambos gobiernos suscribieron también una declaración para la promoción de la igualdad de género y la protección de los derechos de las mujeres,…”

Pero hubo más… La presidenta de Brasil se reunió con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y otros organismos defensores de los Derechos Humanos en salones de la Casa de Gobierno. En un momento, las cuatro mujeres de la foto salieron al balcón y nos dieron inesperadamente una imagen histórica y reparadora. El mejor comentario sobre esto lo encuentran en
Aluvión Zoológico, así que ya mismo pueden ir caminando para allá.