domingo, 27 de septiembre de 2009

NO COMERSE LA GALLETITA

Vengo rumiando desde el viernes y antes de escribir pase por blogs compañeros... No me informé especialmente ni puedo hacer un dossier sobre el tema, sólo voy a opinar alguna parrafada de entrecasa, y va.

A nadie le gusta ver trabajadores reprimidos, a nadie de nosotros (hay un alto porcentaje de energúmenos a los que les gusta) y uno está en contra de que un conflicto sindical lo resuelva la policía sobre todo porque como dice Alcohólicos Anónimos "nosotros ya estuvimos allí" (y varias veces nos cagaron a patadas). Sobre esto, ninguna duda.

Veamos algunos elementos para el rompecabezas (que desde ya no voy a armar). Una multinacional que escala un conflicto despidiendo una carrada de trabajadores (todo empieza con la gripe A). Un sindicato que aparentemente se hace el distraído. El tiempo que pasa y pasa. Un juez que ordena el desalojo a la madrugada de la fábrica ex Terrabusi tomada. Grupos políticos (¿sindicales?) que se montan cuando se huele quilombo. Hora de los noticieros y transmisión en cadena. El ministro de Trabajo de la Pcia de BA adentro de la fábrica. Negociaciones que no llegan. El desbole en directo.

No es nuevo. Es muy viejo. La falta de reflejos también y es serio no poder anticiparse al conflicto. Es que son muchos los actores y quien sabe si todos patean para el mismo lado, parece que no. Y están los cacatúas que se escandalizan por la "represión" de los K estrenando capacidad de escandalizarse por estas cosas. Y están los que confirman lo que sabían, que son progres y menos mal que no apoyan al gobierno, que no lo van a votar como jamás lo votaron.

El poder no es uno solo, son varios. Las jurisdicciones son varias y nadie dirige todo desde la cabina de control, el Estado no es así. Eso no deslinda responsabilidades, más bien las semblantea y debe poner en alerta a los que tienen que estar antes que los noticieros. Y otra cosa, los conflictos laborales ocurren, sobre todo cuando los trabajadores existen. Los problemas en los sindicatos, las internas y las distintas maneras de ver la conducción de un gremio son inherentes a la vida del movimiento obrero.

Un mar de contradicciones y la necesidad de tomar posición ante cada cosa que pasa en este complejo proceso político que se inició el 25 de mayo de 2003 con Néstor y Cristina. Y la necesidad para el que la elija de no confundirse y ver siempre en primer plano al enemigo, sin olvidarse de nada, sin silenciar nada.

jueves, 24 de septiembre de 2009

LA INTERNA MENOS PENSADA


¿Es más fácil ser un PN&C (peronista nacido y criado)? Me inclino a pensar que si, seguro que se llega más fácil que a PPO (peronista por opción). El peso de la tradición, la marcha como canción de cuna, los viejos y los amigos de los viejos como soldados imposibles de la resistencia que no salieron en ningún libro, el sentimiento por Evita que es más importante que tu vieja… no jodan, es más fácil.


Uno. Uno viene de un hogar no peronista (bah, antiperonista), de rebeldía pendejeril se hijo zurdito (no peronista), vivió el tercer gobierno del General siempre del lado de la izquierda peronista, puteó al General porque no era el lider socialista que liberaba América (al menos Argentina), un día en el medio de la puteada se le muere el General y uno termina bajo la lluvia corriendo tras los granaderos y la cureña, llorando y sin entender ideológicamente por que.


Dos. La crianza con los curas del Tercer Mundo. Unos antiperonistas y otros muy peronistas. Opción por lo pobres, opción por el martirio, y todo eso. El capo: Mugica.


Tres. Un partido de izquierda tradicional (el dueño del marxismo y el segundo mundo) y una militancia sindical. Su misión: trabajar con las masas peronistas. Y uno que era un soldadito, cumplió. Tanto cumplió que se extraño cuando le dijeron: pibe, vos sos peruca y no te das cuenta, ya vas a ver…


Cuatro. Pasaron veinte años. Se cayó el internacionalismo proletario. Acepté con gusto lo de los dos imperialismos. Intenté pensar que el peronismo era el nombre de la revolución en la Argentina, después de boludear con que la clase obrera era peronista (y se dio cuenta). El nombre de la revolución argentina es Peronismo, la verdá.


Cinco. La armonía capital-trabajo cuesta, siempre cuesta, al PN&C le cuesta (ahí se les cae el peronómetro de la mano), pero cuánto uno suspira por el pacto social que nos de un aire para completar el proceso con Néstor y Cristina. Cuánto por una comunidad organizada.


Seis. La pasión por Eva la tuve siempre, cierro los ojos y es mi abuela, abro los ojos y se escapa la lágrima. Hace mucho que era peronista y como un boludo, no me había dado cuenta.